Por la tarde, ya de nuevo en París he subido hasta la basílica de Sacré Coeur en Montmartre, desde donde se disfrutan unas vistas privilegiadas de toda la ciudad.
Había además mucha gente y un ambiente extraordinario a la espera de la puesta del sol sobre la ciudad. También había unos músicos que, con más esfuerzo que calidad, interpretaban canciones muy conocidas. Por ejemplo esta particular versión de Billie Jean, del recientemente fallecido Michael Jackson.
Por cierto, que también ayer en el Campo de Marte había mucha gente a la espera de la puesta del sol y los juegos de luces de la Torre Eiffel.
Ya de noche, bajando de Montmartre, he parado en un bar de vinos, me he sentado en su terraza y he pedido un tinto de Borgoña. Me han puesto una copa de un vino de bonito color rubí, de media intensidad (nada de modernidades), con aromas a frutas (ciruela) y afrutado aunque algo ácido en boca. Su persistencia era larga y agradable. No le echo más allá de 11,5% o 12% de alcohol. Muy adecuado para paladearlo mientras recordaba lo visto durante el día.
3 comentarios:
Qué buenos recuerdos me traen estas fotos... Aunque en mi caso lo vi todo super deprisa. Habrá que volver...alguna día...
Un abrazote
Ese vino me trae a la memoria, a nuestros vinos..., clásicos y especialmente a los de Haro: color, grado, acidez. Los franceses, aunque hacen muchas cosa nuevas, modernas,e innovadoras son teméndamente conservadores, con los clásicos.
Versalles, la grandeur de la France hecha edificio... ¡visto! :-)
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