lunes, 25 de febrero de 2013

Potencial enológico de los viñedos cercanos al cauce fluvial

Contemplar viñedos en zonas próximas a los ríos en general y al río Ebro en particular es una de las vistas más gratificantes que se puede tener en cualquier época del año. El cultivo de viñedo en la ribera del río Ebro en la DOCa Rioja no solo destaca por aportar al paisaje en otoño diversidad de colorido, si no que también aporta riqueza ecológica, agrícola, económica y cultural al medio en el que se asienta.

Algunos ejemplos de paisajes humanizados por el cultivo de viñedo en la DOCa Rioja son los meandros que forma el río Ebro en la localidades de Cenicero o de El Cortijo. Estas zonas tienen amplias terrazas fluviales de suelos con horizontes de arenas, arcillas y limos, mezclados con abundantes cantos rodados y sustrato calizo. 

Meandro del río Ebro en la localidad de Cenicero dedicado al cultivo del viñedo. En diferentes colores se han destacado las Terrazas fluviales.

Meandro del río Ebro próximo a El Cortijo (la escala de las colinas esta exagerada). En el meandro se puede observar el aprovechamiento de cultivo de viñedo para la bodega "Viñedos del Contino. CVNE"

A lo largo de los años numerosas bodegas han sabido valorar la riqueza vitivinícola de estos suelos francos cultivando y aprovechando el relieve geológico fluvial. Pero el potencial vegetativo que aporta un cultivo proximo al río puede ser perjudicial para el viñedo de calidad. Este potencial vinícola se puede ver afectado por un exceso de vigor vegetativo (exceso hidrico en capas freaticas cercanas) o baja acidez (suavidad de sus temperaturas). Así que si no actuamos sobre el cultivo a nivel de planta, eligiendo portainjertos adecuados (no vigorosos, resistentes a suelos encharcables, etc) o a nivel de distancia a la ribera, se puede ver condicionada la calidad de la uva. 

Si nos quisieramos aventurar sobre la calidad del producto final cultivado en las terrazas fluviales podríamos tomar como ejemplo las fotos panorámicas anteriores y de una manera aventura y con poco rigor, podríamos diferenciar 3 diferentes calidades de productos: 

  1. La zona de cultivo de viñedo comprendida entre la línea verde y azul podría aportar uvas para vinos jóvenes (racimos generosos en grado, peso y tonalidades violeta).
  2. La zona de cultivo entre las líneas azul y roja podría corresponder con uvas para elaborar vinos crianzas (mayor acidez, menor potencial productor y más potencia aromática).
  3. Por último las uvas obtenidas de viñedos cultivados en la meseta de las colinas, sobre los que se hubiera controlado el estres hidrico, potencialmente pudieran ser generadoras de vinos de alta expresión.

domingo, 24 de febrero de 2013

Última parada: Frankfurt (De viaje por Alemania)

Frankfurt es una ciudad grande y cosmopolita que se encuentra situada en las orillas del río Meno. Aunque no es la capital del estado federado de Hesse, es su ciudad más poblada, rica en historia y además es la sede de una de las bolsas más importantes de Europa y del Banco Central Europeo. 
Lo que más me gustó de Frankfurt fue su contraste entre lo antiguo y moderno.



Después de 5 días de viaje estabamos cansadas y nuestro primer contacto con la ciudad fue montadas en el autobús turístico. Dos rutas diferentes que nos permitieron ver los grandes rascacielos, la zona de los museos y la parte antigua de la ciudad. 

El Römerberg es la vieja plaza mayor de la ciudad. Sus edificios fueron restaurados después de la II Guerra Mundial. Esa mañana nos dedicamos a recorrer la parte antigua y, ya que hacía sol, nos sentamos a comer en las terrazas de la plaza.


La sidra es la bebida típica de Frankfurt y se sirve en un vaso especial que se llama Geripptes, se ve en la imagen. Rica y refrescante. La Westhafen Tower se asemeja en su diseño a este vaso.




Durante nuestra estancia en la ciudad también comimos en el restaurante Cucina delle Grazie, al lado de la catedral, donde probamos el risotto con gambas, calabacín y chile. Picante y sabroso a la vez.




El Palmergarten, la casa de Goethe, la antigua Ópera, un paseo por las orillas de río fueron otras de las muchas cosas que visitamos e hicimos en la ciudad. 



Y con un vaso de Federweißer en la mano en una animada fiesta en la calle, nos despedimos de Frankfurt. Aquí termina el viaje que tanto me ha costado contar :-D.

                                                        Auf Wiedersehen!


lunes, 18 de febrero de 2013

Cata de cervezas artesanas en El Dorado

Ayer domingo asistimos por la tarde a una cata de cervezas artesanales en El Dorado. La cata fue presentada por Óscar Puértolas, de artesaniacervecera.com y consistía en probar cuatro cervezar artesanas de distinto tipo, acompañadas por algo de picoteo, aunque como veremos hubo más. El número de plazas era limitado, por lo que había que inscribirse con antelación, por un precio de 10€, para asegurarse el sitio. Quien tenga interés en apuntarse a futuras catas o a otros eventos en El Dorado puede enterarse a tiempo siguiendo su Facebook.


La previsión de unas dos horas se demostró muy corta pues finalmente fueron más de tres horas en las que, además de por supuesto catar unas buenas cervezas, Óscar nos ilustró ampliamente sobre los distintos tipos de cervezas existentes y su elaboración. Como inicio nos mostró un esquema (que podemos encontrar aquí) que nos enseña cómo se relacionan todas las clases de cervezas partiendo de la primera división fundamental entre el tipo ale o cervezas de alta fermentación y el tipo lager o cervezas de baja fermentación. Del primer tipo son las lambic, pale ale (de las que a su vez parten las bitter inglesas), stout/porter, ales belgas y francesas y ales alemanas. De tipo lager son las extendidas pilsner así como las lager americanas, alemanas y otras europeas.

Para la cata es importante destacar que en el aspecto olfativo las hojas que nos proporcionó tenían tres apartados principales bien diferenciados: malta, lúpulo y levadura. En general una cerveza mostrará un cierto equilibrio entre ellos, pero en ocasiones (y más frecuentemente en el caso de cervezas artesanales) se puede buscar que el predominio de uno sobre los demás la dote de más personalidad.

El criterio seguido para el orden de la cata fue el grado, de menor a mayor. Así comenzamos por la Napar Pilsner, una cerveza tipo pils, elaborada por Naparbier en Pamplona, de baja fermentación y que tenía un 4,9% de alcohol. Mostraba aromas herbáceos y a mantequilla, color dorado turbio y sabor seco y amargo, resultando muy refrescante. La acompañamos con un queso de cabra con el que maridó muy bien.

La segunda cerveza fue una de trigo tostada procedente de Alemania, la WeißBier Dunkel de St. Georgen Bräu, con una graduación del 5%. Mostró aromas a levaduras con predominio de pátano y clavo, color marrón turbio y en boca fue dulce y cremosa, muy fácil de beber. De picoteo fue acompañada por una tortilla de patata.

En tercer lugar probamos una cerveza de Estados Unidos. La Snake Dog IPA, una India Pale Ale de la cervecera Flying Dog, que subía a un 7,1%. Este es un tipo de cerveza creado en Inglaterra en el siglo XVIII para conseguir, gracias a un mayor grado y más lúpulo, que las cervezas llegaran hasta la India en buenas condiciones. En sus aromas encontramos, por tanto, lúpulo en forma de hierbas, flores, cítricos y especias. De color era anaranjada y resultaba extraordinariamente amarga. Maridó con pan untado con tomate y jamón.

Llegados aquí hicimos una pausa para divertirnos un poco con un juego de cata ciega. En una jarra de cerámica, que no dejaba apreciar el color, nos sirvieron una cerveza. De ella teníamos que adivinar el color, país de origen, tipo de fermentación y grado alcohólico (con un margen de 0,3%). En cada mesa se iba probando y se aventuraba una respuesta a las cuatro características. Entonces Óscar decía cuántas (pero no cuáles) se habían acertado. La respuesta correcta era rubia, belga, de alta fermentación y 8,5% y se trataba de la Moinette blonde de Brasserie Dupont.

Me enorgullece decir que en nuestra mesa ganamos el juego, aunque debo reconocer que los varios intentos anteriores nos ayudaron a intuir algunos detalles antes incluso de probar la cerveza. También ayudó sin duda que coincidiéramos en la misma mesa con Xabier Vadillo, de la vinoteca del Hotel Viura, quien mostró su experiencia en catas, aunque su especialidad sean las de vino. Por cierto, nos invitó a participar en las que organiza y espero que podamos hacerlo porque parecen muy interesantes.

Tras el interludio lúdico volvimos a la tarea. La cuarta cerveza de la cata era de nuevo española, en esta ocasión de Méntrida, Toledo. Una stout llamada Oso Negro, de Cervezas el Oso y el Cuervo, con un 7,2% de alcohol. Una cerveza de color petróleo y aromas a malta (café, regaliz, chocolate, caramelo), amarga de sabor, aunque también algo dulce. Punto especial para el maridaje, que en esta ocasión consistió en una tarta de Guinness en la que se había empleado la propia cerveza catada como ingrediente. Perfecto.

Antes de terminar todavía nos quedaba otra sorpresa. Una cerveza más para catar. En este caso una escocesa de 9,2%, la Hardcore IPA (no os perdáis el vídeo), de la polémica cervecera Brew Dog. Me hizo especial ilusión probarla porque quería conocer sus cervezas desde que escuché hablar de su Tactical Nuclear Penguin, una imperial stout con un 32% de alcohol con la que entraban en la carrera por elaborar la cerveza más alcohólica del mundo. Luego se superaron con la Sink the Bismarck (41%) y finalmente con The End of History (55%). En el otro extremo de la escala, y de nuevo buscando la polémica, crearon la Nanny State (Estado Niñera) que con tan sólo un 0,5% de alcohol hacía burla con su nombre de la reducción de impuestos a las cervezas de baja graduación.

Una buena experiencia en la que disfrutamos y aprendimos. Si nuestros amigos de El Dorado siguen organizando este tipo de catas, pueden contar con nuestra asistencia. Como nota final, decir que la web de Artesanía Cervecera todavía está en construcción pero ya se puede ver su interesante catálogo y un correo electrónico para quien quiera contactar con ellos.

lunes, 11 de febrero de 2013

Restaurante Chino Nieves - Año de la serpiente

Restaurante Chino Nieves
Dirección: Pintor Rosales 10, Logroño, La Rioja
Teléfono: 941213690 - 941214782
Web: www.restaurantenieves.es
Precio orientativo: 18 €

Ayer domingo daba comienzo el año nuevo según el calendario chino, correspondiendo en esta ocasión al signo de la serpiente de agua. Para celebrarlo fuimos a comer a uno de los restaurantes chinos más tradicionales de Logroño. No en vano el restaurante Nieves celebraba, además del año nuevo, su decimoquinto aniversario.

Para la ocasión había una serie de platos especiales que teníamos muchas ganas de probar. De entre ellos elegimos los Huevos de mil años, un plato que para algunas personas resulta difícil de entender pero que, a los que lo disfrutamos, nos pareció exquisito. También del menú especial tomamos los Raviolis a la plancha, el Xiao long bao y el Bao de cerdo.

Tofu con huevo de mil años

Raviolis a la plancha

Xiao long bao

Bao de cerdo

De la parte más habitual de la carta no pudimos resistirnos al Kuba (lo tomamos de pato, de gambas y de pollo al curry), así como al Pato pekinés como gran final. Estaba muy rico, aunque siempre que lo probamos no podemos evitar recordar el original, único y delicioso Pato pekinés del Quanjude Kaoyadian. Y es que hay experiencias que marcan para siempre.

Kuba de pato

Pato pekinés

Pese a que ya estábamos más que satisfechos todavía encontramos lugar para los postres. Y tras los postres aún hubo más, porque la comida no podía terminar sin las tradicionales mandarinas.

Mandarinas

Pero la fiesta verdadera empezaba después, por la tarde y en el exterior del local. Ya había anochecido cuando nuestra anfitriona, Nieves, comenzó a repartir bengalas entre los niños, que disfrutaron de lo lindo con sus luces. Además tuvieron el detalle de ofrecernos algo de comer a los mayores que también participamos de la alegría de la celebración.

Bengalas (no comestibles)

¡Feliz año de la serpiente!