jueves, 27 de diciembre de 2012

Brough y el Ferry Inn

Brough es una pequeña localidad de Yorkshire en Inglaterra. Principalmente residencial, aparte de numerosos barrios de casas al estilo inglés, cuenta con pocos atractivos para un viajero que pase por aquí.

Sin embargo un pub, el Ferry Inn, llama la atención cuando nos enteramos de su historia. Y es que en este edificio vivió Dick Turpin, a quien algunos recordamos por la serie británica de televisión emitida en los años 80. En esta serie hacía el papel de Turpin el actor Richard O'Sullivan, a quien habíamos conocido por la comedia Un hombre en casa, de la que derivó Los Roper, otra comedia que también tuvo gran aceptación en España.


El Dick Turpin real fue un salteador de caminos de principios del siglo XVIII que estableció su residencia en este lugar, donde finalmente fue detenido para ser juzgado y condenado en la cercana York. La serie sin embargo, mostraba una versión distinta del personaje que aparecía más bien como un justiciero.

En todo caso ayer estuve en este pub que es muy grande y acogedor. Pertenece a la cadena Marston's y tienen gran número de cervezas de caña, varias de ellas de tipo manual. Una de éstas, la Ringwood XXXX Porter que tenían temporalmente como "cerveza invitada", es la que elegí para beber en esta ocasión. De color negro y espuma densa, era intensa y con un sabor amargo y tostado que recuerda al café. Pero lo mejor y que más me sorprendió es la persistencia de su espuma, que duró lo mismo que la pinta.


miércoles, 26 de diciembre de 2012

De visita en Asturias: Lunes (y IV)

Después de haber pasado todo el fin de semana en el Principado, como hemos relatado aquí en las entradas anteriores (ViernesSábado y Domingo), el lunes ya era el último día, así que no teníamos tiempo para mucho más. Decidimos dar un paseo por la mañana por Oviedo y luego ya poner rumbo de vuelta a Logroño, parando en Llanes para comer y dar una vuelta. 



Aunque había llovido por la mañana, el agua nos respetó durante el paseo e incluso salió algún rayo de sol. Fuimos por el casco antiguo, viendo la Catedral, el Ayuntamiento, la Plaza de Trascorrales, la Plaza del Paraguas, la plaza del Fontán, el edificio histórico de la Universidad (con parada en su biblioteca, que es muy bonita), el Teatro Campoamor y el Campo San Francisco, donde nos sorprendió un mosaico que colocan con la fecha, parada obligada para una foto.


También pasamos por la fuente de la Foncalada, uno de los monumentos prerrománicos más importantes de la ciudad. La UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad el prerrománico asturiano en el año 1985, ampliándolo en 1998 
(Lista de Patrimonio Mundial UNESCO), bajo el nombre de "Monumentos de Oviedo y del Reino de Asturias". En la lista figuran las iglesias de Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo,  San Julián de los Prados y la Cámara Santa de la Catedral, además de la obra de ingeniería hidraúlica conocida como La Foncalada, entre otros monumentos prerrománicos. Para ampliar información sobre el prerrománico en Oviedo, se puede consultar la página del ayuntamiento (Ayto. Oviedo - Prerrománico). Antes de marcharnos, nos dirigimos a los monumentos de San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco. Pero no pudimos disfrutarlo mucho ya que empezó a granizar, así que tras esta visita rápida, nos dirigimos a Llanes.

San Miguel de Lillo
Santa María del Naranco
Llegamos justo para la hora de comer. La comida fue en el Restaurante-Sidrería La Casona,  a base de tapas para picar. Pedimos una ensalada mixta y pastel de cabracho como entrantes, y luego croquetas, chorizos a la sidra, patatas al cabrales y escalopines al cabrales. 







De postre, una copa helada, tarta de queso y tarta de chocolate. Las tartas estaba riquísimas, sobre todo la de chocolate, pero eran un buen trozo y no pudimos con ellas. Nos gustó mucho el sitio, ¡buena elección!




Tras la comida, nada como un paseo por Llanes para prepararnos para el largo camino de regreso. Dimos una vuelta por el Puerto, los Cubos de la Memoria y la Playa del Sablón.





Playa del Sablón

Así pusimos el punto final a unos días estupendos en Asturias, disfrutando del paisaje, el senderismo, el mar, las ciudades y sobre todo, la gastronomía. ¡¡¡Habrá que repetir!!!

domingo, 23 de diciembre de 2012

De visita en Asturias: Domingo (III)

El domingo tocaba cambiar la montaña por el mar, así que nos acercamos hasta la costa. Fuimos a Bayas, en Castrillón, para acercarnos al Mirador de la Isla de la Deva. Desde allí se pueden ver la Isla de la Deva y el Playón de Bayas, que son, junto con la playa de El Espartal, los tres monumentos naturales con los que cuenta el municipio. 
Playón de Bayas (Castrillón)
El día estaba lluvioso y con muchísimo viento, pero mereció la pena porque el mar era todo un espectáculo. Había muchísimo oleaje, como se puede ver en esta foto, y la vista del paisaje era espectacular. 

  

Existe una senda costera peatonal (como se puede ver en esta foto) que, en Castrillón, tiene una longitud de unos 10 km. Se puede empezar desde Bayas y llegar hasta Arnao. Por el camino iremos encontrando las playas de Munielles, Bahínas y Santa María del Mar, hasta llegar a la playa de Arnao. Luego, se puede continuar hasta Salinas y San Juan de Nieva, atravesando la playa de Salinas y las dunas del Espartal.

Tras disfrutar del paisaje, nos dirijimos a Salinas en coche y dimos una vuelta por la zona de la playa, el museo de Anclas y la playa del Cuerno. El día estaba tan revuelto, que hasta pudimos ver un arco iris.

Playa de Salinas, al fondo, el faro de San Juan de Nieva.
Playa de Salinas, con el museo de Anclas al fondo.
Playa de Salinas
Playa de El Cuerno
Así que, después de la lluvia, el frío y el paseo, ya era hora de ir a comer. Fue en la sidrería Pinos Altos, en Salinas. El menú, típicamente asturiano, consistió en unas cuantas tapas para picar y poder así probar un poco de todo. Pedimos longaniza de Avilés frita con patatinas, tabla de quesos asturianos (que servían con membrillo y nueces, nos encantó), chipirones en salsa, lacón y picadillo con salsa de queso. 







Para beber, la sidra no podía faltar. En este caso era de TrabancoY la que se quedó con hambre se pidió unas natillas caseras que estaban riquísimas. Buena elección de sitio, un amplio comedor que suele estar lleno, ya que tienen menú del día tanto por semana como los fines de semana. Además, también tienen una terraza, que, si el día acompaña, es ideal para tomarse unas sidras.

Y por la tarde nos acercamos a dar una vuelta por Avilés, para que conocieran un poco la villa. 

Iglesia de San Nicolás de Bari
Calle Rivero
Ayuntamiento de Avilés
Iglesia de los padres franciscanos
Iglesia vieja de Sabugo
Plaza del Carbayo (Sabugo)
Iglesia de Sto. Tomás de Cantorbery

No pudimos pararnos demasiado porque habíamos quedado en Gijón, pero les gustó Avilés, y es que tiene muchos lugares con encanto. Nos faltó acercarnos hasta la ría para ver el Centro Niemeyer, pero habrá que dejarlo para otra vez, como lo de probar los pinchos y conocer bares y sidrerías, que hay muchas y variadas, hay de sobra donde elegir.
Una vez en Gijón, nos reunimos a tomar algo y al final, nadie se acordó de cenar, así que no hubo cena. Creo que no la necesitábamos, después de tantos días de "farturas".

viernes, 21 de diciembre de 2012

Receta para cocinar ciervo

Hace unos días nos reunimos en casa de unos amigos a cenar y, aprovechando que tenían carne de ciervo, les propuse cocinarla de la siguiente manera.

Para ir dándole cuerpo a la carne, la ponemos a marinar un par de días con vino tinto en una fuente con laurel, tomillo, orégano, albahaca, cebolla, ajos y zanahoria. El vino debe cubrir la carne. Se guarda en la nevera cubierto con papel transparente o si lo ponemos un recipiente con tapa, mucho mejor.

Para cocinarlo ponemos en la olla a presión aceite de oliva en el que rehogaremos la cebolla, la zanahoria y los ajos (que pueden ser los de la marinada). Cuando estén rehogadas las verduras se le pueden echar más (como puerro, nabo, patatas, etc.). Echamos la carne para que se dore con las verduras. Cuando esté, le podemos echar la manzana cortada en trozos, las pasas y si apetece, unas castañas peladas en trozos.


Cuando esté todo un poco rehogado, se le echa el vino de la marinada o si parece que va a quedar fuerte, se puede echar agua o caldo y se le añade la sal y las especias al gusto (tomillo, albahaca, orégano, hierbabuena, canela, etc.). No hace falta cubrirlo, con que quede por la mitad basta, si se desea más salsa se puede echar más.

Se cierra la olla y se deja hervir durante unos 45 minutos a una hora.

Las cantidades son variables, lo normal:

- de 500 gr. a 1 Kg. de carne de ciervo
- 1 ó 2 cebollas
- 1 zanahoria
- 2 ajos
- 2 ó 4 manzanas
- 2 patatas (optativas, y pueden sustituir a las manzanas)
- un puñado de pasas y otro de castañas

Las cantidades se pueden ampliar o reducir dependiendo de la cantidad de carne de que se disponga o del número de comensales (si no se tiene mucha cantidad y parece que los invitados son más o va a quedar corto se aumenta la guarnición).


He aquí el resultado tal como quedó en los platos. Ninguno de los comensales se quejó, así que supondré que salió bien.