miércoles, 2 de junio de 2010

Cata de blancos de Rioja

Bien es sabido que en Rioja la mayor parte del vino que se elabora es tinto. El blanco siempre ha tenido una menor importancia, cuando no ha sido abiertamente despreciado. Y sin embargo muchas bodegas elaboran blancos de muy buena calidad, en algunos casos excelentes, y a veces hasta vinos verdaderamente únicos.

Este tema surgió hace tiempo conversando con unos amigos en Ciudad Real mientras disfrutábamos de los buenos vinos locales acompañados de unas tapas. Y así quedamos que cuando viniesen ellos a La Rioja íbamos a probar algunos de estos blancos que son muy poco conocidos fuera de aquí.

La ocasión llegó el pasado fin de semana. Preparé tres blancos de Rioja y ellos trajeron de La Mancha un excelente queso para tomar junto con el vino. La elección de los vinos no voy a decir que fuera fácil, pero tampoco demasiado difícil pues me dejé guiar por un criterio tan subjetivo como mi propio gusto. Casi más difícil fue encontrar esos vinos que, por desgracia, tienen una distribución bastante limitada.

Comenzamos con el Muga 2009. Un blanco joven que para mi gusto es uno de los mejores de Rioja. Elaborado casi en su totalidad (90%) de viura y el resto malvasía, fermenta en barricas nuevas de roble francés, lo que lo suaviza y dota de más variedad de aromas. Nosotros lo encontramos limpio y brillante, de tono pajizo con reflejos verdes. Aromas intensos de tipo frutal, cítricos, pera. Y fresco en boca con una notable acidez, dejando un posgusto levemente amargo de buena y agradable persistencia. Un vino que está, sin duda, en su mejor momento.

En segundo lugar llega el que consideramos la estrella de la jornada. Se trata del Viña Tondonia Reserva 1992 de López Heredia. Un vino verdaderamente excepcional, único en el mundo. Sale de la bodega con 18 años de edad tras una larga y cuidada crianza en barrica y en botella. Y se encuentra en su punto. A la vista presenta un hermoso color dorado, muy bien conservado para su edad. En aromas es verdaderamente espectacular, gracias a la extraordinaria complejidad que le otorga su larga estancia en madera, que sin embargo no oculta las frutas blancas en forma de confitura. Sensación que se repite en boca, donde el placer se mantiene con su larga persistencia. Abrir una botella de este vino es siempre un acontecimiento.

Terminamos con otro vino totalmente diferente, Alicia Rojas malvasía semidulce 2008. Una pena, por cierto, no haber podido encontrar el de 2009. Si ya los vinos blancos son minoría frente a los tintos, el encontrar un blanco que no sea fundamentalmente de viura es una verdadera rareza. Este vino es un monovarietal de malvasía que Finca Alicia Rojas viene elaborando tan sólo desde 2006. Y creo que han logrado un resultado verdaderamente notable. Al ser un vino joven ya en su segundo año esto se notaba inicialmente en sus aromas, aunque poco a poco se fue abriendo para mostrar notas melosas. Pero es en boca donde disfrutamos de su dulzor y su equilibrio que muestra su buena elaboración.

Tras la sesión de vinos blancos nos fuimos de tapeo por la calle Laurel. Y nos pasamos a los tintos. Para completar la jornada, acompañamos los correspondientes pinchos con los crianzas de Beronia, Viña Cubillo, Alcorta y Ontañón. Una gran ocasión en la que disfrutar de buenos vinos en mejor compañía.

2 comentarios:

ulises dijo...

El de López Heredia reserva es un poco ácido, el gran reserva pierde esa acided.

Guillermo dijo...

Con lo que me gustan los vinos de López Heredia debo reconocer, para mi vergüenza, que no he probado el Tondonia blanco gran reserva. Pero prometo aplicarme y probarlo en cuanto tenga ocasión. :-)