La víspera del 11 de junio de 1521, día de San Bernabé, se levantó el cerco que las tropas francesas mantenían alrededor de la ciudad de Logroño. En conmemoración de aquel evento se celebran todos los años las fiestas de San Bernabé, patrón de la ciudad, que este año terminaron ayer.
Han sido unos días en los que salir a la calle resultaba muy entretenido gracias a la ambientación renacentista de la zona antigua, las evocaciones históricas en distintos lugares de la ciudad y la presencia de un mercado de productos artesanales también caracterizado de época.
Hasta la cervecería El Dorado, donde encontramos descanso y refugio tras la mayoría de nuestros periplos, se había convertido en una convincente taberna.
Dentro de los actos conmemorativos, sin duda el más importante es el reparto del pez, pan y vino, recuerdo de los alimentos con que sobrevivió la ciudad al asedio y que se realiza junto a la muralla, en la puerta del Revellín.
También estos días se suceden variadas degustaciones. Una de las mejores es la que organiza la peña Aster en la plaza Martínez Zaporta. Consiste en un plato de caracoles y otro de fresas con vino. Los dos excelentes y además acompañados, como no podía ser menos, de un buen tinto.
Y cumpliendo los votos de San Bernabé, tampoco se puede faltar a la degustación de toro guisado, a cargo de la Federación de Peñas.
Unas fiestas en suma en las que disfrutamos de nuestra ciudad, del buen comer y el buen beber. Como nos gusta en este blog. Os dejo para terminar con un vídeo de uno de los espectáculos pirotécnicos y musicales celebrados junto a la iglesia de Santiago. ¡Viva San Bernabé!
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