El paisaje de los viñedos en los meses de otoño es un verdadero disfrute de los sentidos. Los cultivos de vid hace unos meses verdes cambian a rojizos y ocre en variedades tintas, tempranillo sobre todo. El resultado es el proceso de degradación de la clorofila que genera antocianinas rojas en las hojas, mas intensas en las variedades de tempranillo y mazuelo, frente a garnacha y variedades blancas. Este mosaico de diferentes colores durará tan solo hasta la llegada de la primera helada en la que las hojas se caen definitivamente y sirve de señal de aviso para iniciar la poda del viñedo.
Este año 2009, es especialmente interesante iniciarse en paseos por parcelas de cultivo de viñedo, ya que en numerosas viñas de la DOC Rioja nos podemos encontrar cantidades razonables de uvas sin vendimiar abandonadas –por causas puramente reglamentarias- para disfrute gustativo de caminantes y disgusto de agricultores. Además, si somos avispados podemos realizar una vendimia tardía con interesantes resultados, pero cuidado, debemos realizar una adecuada selección de las uvas que cogemos, ya que pueden existir partes de racimos afectados por la podredumbre gris (botrytis cinerea).
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