Por segundo año se celebra esta cata de vinos jóvenes de Rioja en la calle Bretón de los Herreros de Logroño. En este caso serán cuatro jueves (17 y 24 de julio y 7 y 14 de agosto) los dias en que diferentes bodegas se acerquen a nuestra ciudad para presentarnos sus vinos.
Y ya podemos hacer balance de la primera de estas jornadas asignando en primer lugar un cero a la organización. Me explico. La cata va a dar comienzo a las 19:30 y se espera una asistencia multitudinaria. Es de suponer que al comienzo se formen filas para la adquisición de las copas y los vales de cinco catas. Se puede ir pronto y tratar de buscar un buen lugar o dejar pasar el primer agobio y aparecer más tarde. Nosotros optamos por la segunda opción, llegando hacia las 20:15 y aún así observamos filas de longitud absolutamente disuasoria. Nos vamos a tomar un pincho al Soldado de Tudelilla y volvemos un rato después. La fila ha menguado algo y resignados nos añadimos a ella. Esperamos aproximadamente media hora hasta que llegamos a ser atendidos. Otras personas con las que conversamos después nos hablan de esperas de hasta ¡una hora! Y el problema no es tanto la cantidad de gente en la fila como la lentitud con la que se avanza. El motivo: en cada puesto de venta se atiende de una en una y con cierta parsimonia a las personas que van llegando (y eso que parecía haber personal para más); además hay pocos lugares de venta y tal vez agrava la situación el que hay variadas opciones para elegir, a saber, vale de cinco catas, copa y vale, camisetas, pegatinas, etc. Lo dicho, un desastre. Espero que los organizadores tomen nota y aprovechen las próximas tres jornadas para enmendarse.
Por lo demás, pues mucha gente, algo de agobio pero buen ambiente en general. Y buen vino.
Las bodegas de este primer jueves pertenecían todas a PROVIR, la Asociación de Bodegas Familiares de Rioja.
Nosotros empezamos probando el tinto Yursun de Bodegas César del Río, de Cordovín. Nos pareció un vino correcto, con las características de los cosecheros de la zona y algo punzante.Después encontramos la mesa de Bodegas Gerardo Viteri. Como la semana pasada en Ezcaray su crianza nos causó muy buena impresión, nos acercamos a probar su vino joven, llamado Viterico. Nos comentaron que lo elaboran igual, a base de tempranillo y garnacha y con un 5% de viura. De nuevo resultó ser un vino afrutado muy agradable de beber.La siguiente visita fue para Bodegas Francisco García Ramírez [flash] de Murillo de Río Leza. Su tinto Heredad Garblo es un vino de cuidada elaboración que nos pareció muy equilibrado.El tinto de 2007 de Ramírez de la Piscina, de San Vicente de la Sonsierra ya lo probamos en la presentación de la añada que hizo PROVIR en Riojafórum. En esta ocasión confirmamos nuestra impresión de que se trata de un buen vino, suave y afrutado, como suelen ser los de aquella zona.Por el contrario el Murmurón, de Sierra Cantabria [flash], también de San Vicente y que también probamos en Riojafórum, es un tinto de maceración carbónica en el que se busca no la tradición sino la modernidad. Y siento decirlo, pero su aroma tan excesivo me recuerda más a barnices que a frutas. Es cuestión de gustos y este vino no cuadra con el mío. Aunque justo es reconocer que la bodega acumula numerosos premios internacionales.Y ya con el tiempo bien cumplido (si no recuerdo mal, la cata debía terminar a las 21:30 y eran casi las 22:00) todavía tuvimos la suerte de probar para finalizar la jornada el Chulato de Bodegas Abeica de Ábalos. Es un vino que conocemos bastante bien porque se sirve como tinto de la casa en varios bares de la calle Laurel y sus aledaños. Un cosechero correcto y afrutado que siempre resulta agradable de beber y más aún si va acompañado de algún pincho.Hasta la próxima semana.
Y ya podemos hacer balance de la primera de estas jornadas asignando en primer lugar un cero a la organización. Me explico. La cata va a dar comienzo a las 19:30 y se espera una asistencia multitudinaria. Es de suponer que al comienzo se formen filas para la adquisición de las copas y los vales de cinco catas. Se puede ir pronto y tratar de buscar un buen lugar o dejar pasar el primer agobio y aparecer más tarde. Nosotros optamos por la segunda opción, llegando hacia las 20:15 y aún así observamos filas de longitud absolutamente disuasoria. Nos vamos a tomar un pincho al Soldado de Tudelilla y volvemos un rato después. La fila ha menguado algo y resignados nos añadimos a ella. Esperamos aproximadamente media hora hasta que llegamos a ser atendidos. Otras personas con las que conversamos después nos hablan de esperas de hasta ¡una hora! Y el problema no es tanto la cantidad de gente en la fila como la lentitud con la que se avanza. El motivo: en cada puesto de venta se atiende de una en una y con cierta parsimonia a las personas que van llegando (y eso que parecía haber personal para más); además hay pocos lugares de venta y tal vez agrava la situación el que hay variadas opciones para elegir, a saber, vale de cinco catas, copa y vale, camisetas, pegatinas, etc. Lo dicho, un desastre. Espero que los organizadores tomen nota y aprovechen las próximas tres jornadas para enmendarse.
Por lo demás, pues mucha gente, algo de agobio pero buen ambiente en general. Y buen vino.
Las bodegas de este primer jueves pertenecían todas a PROVIR, la Asociación de Bodegas Familiares de Rioja.
Nosotros empezamos probando el tinto Yursun de Bodegas César del Río, de Cordovín. Nos pareció un vino correcto, con las características de los cosecheros de la zona y algo punzante.Después encontramos la mesa de Bodegas Gerardo Viteri. Como la semana pasada en Ezcaray su crianza nos causó muy buena impresión, nos acercamos a probar su vino joven, llamado Viterico. Nos comentaron que lo elaboran igual, a base de tempranillo y garnacha y con un 5% de viura. De nuevo resultó ser un vino afrutado muy agradable de beber.La siguiente visita fue para Bodegas Francisco García Ramírez [flash] de Murillo de Río Leza. Su tinto Heredad Garblo es un vino de cuidada elaboración que nos pareció muy equilibrado.El tinto de 2007 de Ramírez de la Piscina, de San Vicente de la Sonsierra ya lo probamos en la presentación de la añada que hizo PROVIR en Riojafórum. En esta ocasión confirmamos nuestra impresión de que se trata de un buen vino, suave y afrutado, como suelen ser los de aquella zona.Por el contrario el Murmurón, de Sierra Cantabria [flash], también de San Vicente y que también probamos en Riojafórum, es un tinto de maceración carbónica en el que se busca no la tradición sino la modernidad. Y siento decirlo, pero su aroma tan excesivo me recuerda más a barnices que a frutas. Es cuestión de gustos y este vino no cuadra con el mío. Aunque justo es reconocer que la bodega acumula numerosos premios internacionales.Y ya con el tiempo bien cumplido (si no recuerdo mal, la cata debía terminar a las 21:30 y eran casi las 22:00) todavía tuvimos la suerte de probar para finalizar la jornada el Chulato de Bodegas Abeica de Ábalos. Es un vino que conocemos bastante bien porque se sirve como tinto de la casa en varios bares de la calle Laurel y sus aledaños. Un cosechero correcto y afrutado que siempre resulta agradable de beber y más aún si va acompañado de algún pincho.Hasta la próxima semana.
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