Después del éxito de St. Bernadus, los responsables de "El Dorado" se han ido hasta Alemania para traer las siguientes cervezas del mes. Exactamente a Frisinga (Baviera), cerca de Munich, donde se encuentra la Bayerische Staatsbrauerei Weihenstephan (flash), empresa estatal bávara, antigua cervecera real y, antes, monasterio benedictino productor de cerveza.
La primera de estas nuevas cervezas es la Weihenstephaner korbinian, cerveza negra de 7,4º. Presenta un color rojo tostado, caramelo. En los aromas destacan los tostados, predominando el café y la malta tostada. En boca, repiten el caramelo, el café y los tostados, pudiéndose encontrar toques de chocolate y fruta pasificada. Una cerveza realmente agradable.
A continuación, trajeron la Weihenstephaner Hefeweissbier, cerveza de trigo que ha llegado en barril, por lo que se sirve en cañas y pintas tiradas con la habitual destreza que caracteriza a "El Dorado". Ha desplazado a la habitual Franziskaner, a la que sustituye con solvencia. Tiene 5,4º y un color pajizo o maíz seco. Abundante espuma al servicio, que persiste. El aroma a cereales es característico de una cerveza blanca, con algún matiz lácteo. En boca, encontramos de nuevo el cereal, con toques de plátano, alguna especia (clavo) y frutos secos (anacardos). Es suave, amarga y altamente refrescante. En estos días de verano, la pinta de Weihenstephaner Hefeweissbier entra extraordinariamente bien.
Por último, este mes de agosto podemos probar la Weihenstephaner Pilsner, una cerveza en botellín que sigue el tradicional modelo de las cervezas pilsner, elaboradas con malta y lúpulo. Tiene 5,1º y presenta una abundante espuma al servirse, que persiste durante un tiempo. Tiene el color dorado típico de las pilsner, muy limpio. Los aromas a cereales delatan su composición. En boca es amarga, muy suave y con un posgusto prolongado.
Como nota curiosa, no podemos dejar de señalar la dificultad que para los hispanohablantes supone la pronunciación de los nombres alemanes. Cada uno lo suple con mejor o peor pericia, pero, hasta el momento, siempre hemos conseguido que nos sirvan lo que queremos :-)
Por último, este mes de agosto podemos probar la Weihenstephaner Pilsner, una cerveza en botellín que sigue el tradicional modelo de las cervezas pilsner, elaboradas con malta y lúpulo. Tiene 5,1º y presenta una abundante espuma al servirse, que persiste durante un tiempo. Tiene el color dorado típico de las pilsner, muy limpio. Los aromas a cereales delatan su composición. En boca es amarga, muy suave y con un posgusto prolongado.
Como nota curiosa, no podemos dejar de señalar la dificultad que para los hispanohablantes supone la pronunciación de los nombres alemanes. Cada uno lo suple con mejor o peor pericia, pero, hasta el momento, siempre hemos conseguido que nos sirvan lo que queremos :-)
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