En la localidad de Alfaro se encuentra la bodega de crianza que Marqués de Griñón tiene en Rioja. Y su página web demuestra que la calidad en los vinos no tiene por qué estar asociada a una adecuada presencia en la red. He puesto el enlace en realidad por poner algo, pero lo cierto es que de poco sirve visitar esa página.Para empezar sale solamente un logotipo y se lanza la verdadera página ¡en una ventana emergente! Como, por supuesto, mi navegador las bloquea (todos lo hacen desde hace ya unos cuantos años) hay que darse cuenta y desbloquearla para empezar a navegar (es un decir, lo de navegar). Para ahorrarnos este inconveniente podemos entrar directamente aquí. Pero es que una vez dentro, da la impresión de que hemos vuelto al pasado de la red. Así a ojo, la página parece desarrollada para una resolución de pantalla de 640x480, como la que usaba mi ordenador de hace quince años. Y también los contenidos son de otra época. Si no nos desesperamos por la críptica organización de la página, es posible llegar a los datos del Alea crianza, incluyento hasta una ficha de cata, ¡de la cosecha de 1997! Los responsables de esto sin duda viven en otro mundo.
Bueno, y ahora que ya me he desahogado, que de verdad lo necesitaba, vamos a hablar del vino.
Es un monovarietal de Tempranillo con crianza durante 15 meses en barricas de roble americano. Su graduación alcohólica es del 13%.
A la vista es de un bonito color rubí, de intensidad media alta. En aromas nos descubre su crianza con agradables tostados sobre frutas rojas. Y en boca nos termina de convencer, pues es un vino redondo, bien estructurado y con buena persistencia.
Nos hemos encontrado con un buen vino al estilo clásico de Rioja. Y aquí, a diferencia de lo que pasaba con la web, sí que me alegro de que no se hayan modernizado.
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