sábado, 20 de febrero de 2010

Le Bon Roy Henry. Jurançon. Blanco Dulce.

Para intentar dar respuesta a la pregunta del otro día de Javi en la entrada del blog “Reflexiones desde la cepa” sobre los vinos supurados, de los cuales desconocía su existencia, he recurrido a las fuentes del vino moderno, la France. En Francia he encontrado algún paralelismo en cuanto a vinos pasificados de baja graduación, aunque eso si en blancos. Os cuento, en el vecino país en general tienen unas producciones por cepa bastante más altas que en Rioja y para aprovechar este condicionante realizan vendimias selectivas. Primero vendimian los blancos secos y luego realizan 2, 3, 4… las que haga falta, vendimias para vinos dulces. Como curiosidad, previo a la realización de estas vendimias colocan unas mallas protectoras contra pájaros e inclemencias meteorológicas -vientos-, ya que como os podéis imaginar las uvas están que se caen solas. Consiguiendo entre otros aspectos:
Diversificar el producto final al cliente, creo que objetivo de este experimento riojano, bueno también darse publicidad. Y aportar valor a esas producciones que naturalmente da la cepa -en Rioja se tiran-

Y puestos en materia, os puedo contar que el vino procede de una de las numerosas Denominaciones de Origen (AOC) que posee Francia, destacable por su cercanía a nuestro país, la AOC Jurançon.
De esta denominación podemos decir que los viñedos son cultivados en laderas sur a los pies de los Pirineos Franceses destacando, en blancos, la variedad Petit Manseng entre otras. Para los vinos dulces someten a la variedad un proceso de pasificación para realizar vendimia tardía en el mes de noviembre aproximadamente.
Respecto a la bodega, se puede decir que proviene de la Cave de Gan que es una cooperativa que ostenta el ranking de primera productora en cantidad de vino en la AOC Jurançon. Tiene unos 300 socios y produce aproximadamente unas 4.500.000 botellas al año. En cuanto a la vendimia y vinificación, se realiza una selección de los racimos más sanos y pasificados realizando una fermentación controlada a temperaturas bajas para favorecer la alta extracción aromática y posterior maceración sobre lías. Luego se mantiene en depósitos de acero inoxidable 12 meses antes del embotellado.

Por último de la cata os puedo decir que la primera impresión del vino no es muy halagüeña; del año 2000, con la etiqueta con una capa de humedad… pero bueno, sometido a cata posee un color Amarillo-dorado, de gran limpidez y tal vez con reminiscencias verdosas. Este aspecto se aprecia mejor tras varias copas…

En cuanto a los aromas, destaca la intensidad aromática en copa, con aromas frescos, recuerdos cítricos y sobre todo aunque muy apagado por la edad del vino, a frutas en almíbar (melocotón).

En boca tiene agradable paladar, muy suave, en general goloso en el paso por la boca. Un vino muy recomendable para acompañar con dulces: Chocolate, helados, galletas, caramelos.

2 comentarios:

Javier dijo...

Gracias por la respuesta. Una pena que la botella tuviera ya unos años; por lo que cuentas, da la impresión de que en su mejor momento tiene que ser un vino más que apreciable.

Guillermo dijo...

Me parece muy interesante lo de las vendimias sucesivas. Es una pena que la limitación de la producción consista simplemente en tirar lo que sobra.
Por cierto, que no conocía la denominación de Jurançon, pero ahora que nos has hablado de ella estoy deseando probar alguno de sus vinos.