Este jueves fue la tercera jornada de este Riojano joven y fresco de 2008. Visto lo visto en las jornadas anteriores decidimos en esta ocasión ir a primera hora para tratar de evitar las mayores aglomeraciones. Y fue una buena idea, porque de nuevo se reunió gran cantidad de gente en la calle Bretón de los Herreros de Logroño. Cuando llegamos todavía se podía caminar con cierta soltura, pero un rato después la situación era bastante agobiante, aun sin llegar a los extremos de la segunda jornada.
Comenzamos la ruta en Bodegas Heredad Baños Bezares, bodega de Briñas cuyo tinto crianza nos gustó mucho en la reciente Cata de Añadas Singulares en Ezcaray. Así que decidimos cambiar y probar su Bohedal blanco. Un vino de aromas cítricos, fresco y muy agradable en estos días de calor.Continuamos en Bodegas Sonsierra. Ya conocíamos su tinto Íporos así que no pudimos evitar vernos atraídos por su rosado, de un atractivo color frambuesa. También resultó muy afrutado en aromas y sabor.Después llegamos a Bodegas San Prudencio, de Moreda. Resultaba muy llamativo ver cómo servían su Envite desde una botella de gran tamaño. Posiblemente un Rehoboham. No se trata de un mero reclamo promocional; en su web se informa de los distintos grandes formatos que embotellan habitualmente, hasta llegar a los 15 e incluso 27 litros, los espectaculares Nabucodonosor y Primat. Además el vino merecía la botella: intenso en color, aroma y sabor. Tal vez algo moderno para mi gusto, pero eso ya es otra cuestión.Las Bodegas Real Rubio de Aldeanueva de Ebro también nos dieron a probar su tinto. Un vino equilibrado y muy agradable en el que destacaba un toque astringente. Una muestra más del buen hacer de las bodegas de este municipio de la Rioja Baja, el de mayor extensión de viñedos de nuestra Comunidad.Y terminamos en Solabal, bodega de Ábalos de la que ya hemos hablado en otra ocasión, cuando probamos su reserva de 1999. Esta vez probamos su vino joven, embotellado bajo la marca Muñarrate y su crianza, de nombre Solabal. Dos vinos muy equilibrados que no podían ocultar su parentesco, aunque con el toque de madera añadido del segundo.Será el próximo jueves día 14 cuando se celebre la cuarta y última jornada por este año. De nuevo en víspera de festivo, veremos qué nos depara. Aunque no seré yo esta vez quien lo cuente.
Comenzamos la ruta en Bodegas Heredad Baños Bezares, bodega de Briñas cuyo tinto crianza nos gustó mucho en la reciente Cata de Añadas Singulares en Ezcaray. Así que decidimos cambiar y probar su Bohedal blanco. Un vino de aromas cítricos, fresco y muy agradable en estos días de calor.Continuamos en Bodegas Sonsierra. Ya conocíamos su tinto Íporos así que no pudimos evitar vernos atraídos por su rosado, de un atractivo color frambuesa. También resultó muy afrutado en aromas y sabor.Después llegamos a Bodegas San Prudencio, de Moreda. Resultaba muy llamativo ver cómo servían su Envite desde una botella de gran tamaño. Posiblemente un Rehoboham. No se trata de un mero reclamo promocional; en su web se informa de los distintos grandes formatos que embotellan habitualmente, hasta llegar a los 15 e incluso 27 litros, los espectaculares Nabucodonosor y Primat. Además el vino merecía la botella: intenso en color, aroma y sabor. Tal vez algo moderno para mi gusto, pero eso ya es otra cuestión.Las Bodegas Real Rubio de Aldeanueva de Ebro también nos dieron a probar su tinto. Un vino equilibrado y muy agradable en el que destacaba un toque astringente. Una muestra más del buen hacer de las bodegas de este municipio de la Rioja Baja, el de mayor extensión de viñedos de nuestra Comunidad.Y terminamos en Solabal, bodega de Ábalos de la que ya hemos hablado en otra ocasión, cuando probamos su reserva de 1999. Esta vez probamos su vino joven, embotellado bajo la marca Muñarrate y su crianza, de nombre Solabal. Dos vinos muy equilibrados que no podían ocultar su parentesco, aunque con el toque de madera añadido del segundo.Será el próximo jueves día 14 cuando se celebre la cuarta y última jornada por este año. De nuevo en víspera de festivo, veremos qué nos depara. Aunque no seré yo esta vez quien lo cuente.
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