domingo, 2 de diciembre de 2007

Fish and Chips

Pues al final todavía ha habido tiempo para una más. En mi última cena inglesa de este viaje nos decidimos por algo sencillo pero sabroso: fuimos a un fish and chips y pedimos raciones para llevar de bacalao, patatas fritas y puré de guisantes. Y tengo que confesar que desde que empecé a oler el típico aroma a fritanga del local se me hacía la boca agua. Al tiempo que me volvían los recuerdos de mi primer verano en Inglaterra, en el que muy a menudo terminábamos recenando en uno de estos sitios.
De vuelta en casa nos preparamos para disfrutar de la cena, que resultó deliciosa y que, para no desmerecer a las del resto de la semana, decidimos acompañar con un buen vino. El elegido para la despedida fue un Marqués de Murrieta de 2000, pero en esta ocasión un gran reserva que también encontramos en la completa sección de vinos de una gran superficie.
Y no nos defraudó. En su aroma todo hablaba de la crianza en barrica de roble, pues predominaba un agradable tostado. Y en sabor nos pareció perfecto. Un vino redondo, sin aristas y al estilo de los riojas tradicionales. Todo un placer para el paladar.

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