El valle de la Bekaa en el Líbano es conocido desde la antigüedad por sus vinos. Allí, a una altitud de unos 1000 metros sobre el nivel del mar y con un clima suavizado por la protección de las montañas, se encuentra la bodega Massaya (crepúsculo). En sus vinos se une la tradición que data de la época de los fenicios con las técnicas importadas de Francia. Su tinto Silver Selection se elabora a partir de las variedades Cinsault (40%), Garnacha (30%), Cabernet Sauvignon (15%) y Mourvèdre (15%) y se envejece en barricas de roble francés.
El resultado es un vino fuerte en todos los sentidos. Color cereza, casi púrpura, muy intenso. Su aroma resulta muy alcohólico merced a su graduación del 14%, que enmascara la madera y apenas deja percibir la fruta madura. Y en boca resulta astringente, amargo y algo ácido, de moderada persistencia pero mucho cuerpo.
En definitiva nos resulta tan excesivo que nos llega a recordar (salvando las diferencias) a los antiguos vinos sin refinar.
El resultado es un vino fuerte en todos los sentidos. Color cereza, casi púrpura, muy intenso. Su aroma resulta muy alcohólico merced a su graduación del 14%, que enmascara la madera y apenas deja percibir la fruta madura. Y en boca resulta astringente, amargo y algo ácido, de moderada persistencia pero mucho cuerpo.
En definitiva nos resulta tan excesivo que nos llega a recordar (salvando las diferencias) a los antiguos vinos sin refinar.
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