sábado, 22 de julio de 2006

NO HAY CROQUETAS COMO LAS DE LA MAMA

No hay croquetas como las de la mama pero hay algunas que se acercan mas que otras. El pasado domingo con motivo del último acto de las jornadas de jazz de Ezcaray fuimos para tener una estupenda jornada de vino y jazz.
Mientras pasábamos unos estupendos momentos al descubrir lo bien que se hacen los vinos familiares en muestra región hicimos una parada para degustar unos pinchos. El primer sitio se designó el Massip para probar las famosas croquetas.
Yo no suelo comer fritos fuera del ámbito familiar pero se propuso un reto ya que el resto quería comerlas en este sitio y en el restaurante Echaurren. El reto es hacer aprovechando el día una cata de croquetas. Para lo cual se pidieron ambas raciones en sendos sitios.
Las primeras serian las del Massip. Fue duro centrar la atención en las croquetas porque nos coincidió con la salida de Alonso del gran premio de Francia pero se hizo un esfuerzo.
Las croquetas llegaron y empezamos a saborearlas. Tenían un color tostadito. Al cortarla tenia un buen empanado; una capa no excesivamente fina ni gruesa. No se notaba excesivamente el cansancio del aceite. El contenido era con un sabor y textura bueno. Una de las partes mas importantes es que el contenido tiene que saber y verse el relleno. Éstas lo cumplían bastante bien. Sabían a jamón y se podía apreciar. La sensación fue satisfactoria y salimos bastante contentos.
Seguimos degustando vinos y nos fuimos a comer. Llegaba el siguiente momento del día, se pidió las especialidades y llegó el momento de degustar la siguiente ración de fritos. La parte exterior era de un color dorado, sin sensación de cansancio del aceite. Al cortarla la textura era buena, la masa estaba bien pero no sabía ni se veía el elemento principal: el jamón.
Los fritos son una especialidad muy relativa. A cada uno nos gustan de una manera o de otra. Siempre asociando su sabor a los sabores de la infancia. Por ello no se puede decir que algo sea mejor que otro, pero en mi opinión lo importante es que no sepan excesivamente a aceite, que el envoltorio este crujiente y no se separe del contenido y que no sepan a harina sin hacer. También hay que tratar bien el elemento principal ya que puede echar a perder el resultado. Y sobre todo que sepan a lo que se supone que deben saber.
Todas cumplían los conceptos básicos pero las del Echaurren no sabían en demasía a jamón.
El resto de la velada fue buena.

2 comentarios:

Javier dijo...

En resumen, y según mi modesto paladar, ganaron por goleada las de Masip. :-)

Bienvenido Nacho.

Guillermo dijo...

Estoy de acuerdo. Las del Echaurren no eran malas, pero las del Massip fueron perfectas.
Y la descripción técnica me ha encantado. Antes sabía que me gustaron. Ahora además sé por qué me gustaron.
Espero que haya más (artículos y por supuesto catas).