martes, 29 de marzo de 2005

¿Hay vida más allá de la Laurel?

El grupo que llamamos logia se reúne habitualmente los viernes para compartir unos cuantos pinchos por la calle Laurel, excusa, pretexto o quiza única razón para la reunión. Obviamente, con el paso del tiempo hemos llegado a conocer buena parte de lo que allí se ofrece (no todo, es imposible). Así que decidimos ampliar horizontes y conocer algo más del ancho mundo. Comenzamos en la calle San Juan, con timidez, casi avergonzados por salirnos del recorrido habitual, y allí encontramos nuestra inspiración en forma de vino blanco: un estupendo verdejo de Rueda que lleno nuestro corazón de poesía y nuestro ánimo de valor. Los comentarios de Nacho, experto en la materia, terminaron de convencernos: hay vida más allá de los pinchos habituales, más allá del chuletón y los pimientos. Cocinar es también una forma de arte y para apreciarla es necesario que a la vista y al oído se añadan el gusto y el olfato. Un simple trozo de queso puede combinarse para dar lugar a una explosión de sabores nuevos, que llenan el paladar y abren la vista.

Así comenzó el viaje: queríamos conocer la cocina de autor.

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