domingo, 15 de mayo de 2011

Cata con David Moreno

 Ayer martes se celebró, como siempre en el Hotel Husa Gran Vía de Logroño, una nueva cata de las que organiza el Diario La Rioja. Y en el sorteo de las cincuenta plazas para asistir resulté ser uno de los elegidos para conocer y catar los vinos de David Moreno.

Empezamos viendo un vídeo sobre la bodega y su historia. Es la vida de David Moreno quien, tras marcharse con su familia a trabajar a Barcelona durante muchos años, vuelve finalmente a su pueblo, Badarán, para dedicarse a lo que más le gusta: hacer vino.

Pronto empezamos a catar los vinos. Van a ser seis tintos; pese a la fama que tiene el clarete de la zona, y el suyo en particular, no ha traído ninguno. Explica que el mercado pide más tinto que clarete y por eso es lo que más le interesa producir y dar a conocer. Además defiende, y con razón, la gran calidad que tienen sus tintos.

Comenzamos con un vino joven. Elaborado con semi maceración carbónica (no todo, pues en algunos lugares confunden la aguja con el vino picado, nos dice, así que no puede tener mucha) y añadiendo el 25% del raspón. Color bonito de intensidad media, como son los vinos tradicionalmente en Rioja, nos insiste en varias ocasiones. Afrutado en aromas y redondo en boca, mostrando efectivamente algo de aguja. Un vino fácil de beber, como quiere que sean todos sus vinos, pero con cuerpo. Lleva un 80% de Tempranillo y un 20% de Garnacha, que quita aspereza y añade acidez. Nos cuenta que en tiempos era costumbre añadir, en su lugar, como un 10% de Viura.

Crianza 2007. De nuevo color bonito de media capa. Aromas de roble fino. Un vino sin ninguna aspereza. Ha pasado 14 meses en barricas de roble, ninguna de las cuales tiene más de 5 años. Nos cuenta que las barricas más nuevas se utilizan para los vinos de gama alta. También nos dice que inicialmente tenía más roble americano que francés, pero que poco a poco ha ido cambiando a la inversa.

Selección de la Familia 2005. Un vino criado año y medio en barrica, con más roble francés que americano. Aroma que nos describe como limpio y amplio. Un vino con más cuerpo y que ha recibido varios premios, como un Oro en Tempranillos al Mundo o ser nombrado el mejor vino de España en relación calidad precio.

Reserva 2004. Dos años en barrica y dos años y medio en botella. Limpio de aromas y algo dulzón (redondo) en boca. Con cuerpo, aunque nunca excesivo, pues no quiere elaborar vinos "difíciles de beber". Un vino clásico de Rioja. En este caso el porcentaje de Tempranillo sobre la Garnacha sube al 85% ó 90%, pues así mantiene mejor el color con los años.

Gran Reserva 2001. De una cosecha excelente, encontramos un vino todavía muy entero. Color evolucionado adecuadamente con la edad. Muestra también los aromas propios de un vino de 10 años.

Vobiscum 2004. El "vino de autor" de la bodega. Se elabora en pequeñas cantidades con uvas seleccionadas de viñedos de casi 100 años de edad y cuya producción es de unos 3000 kg/ha. Se cría en roble francés nuevo y presenta más color (aun siendo de capa media). También tiene más estructura y algo de aspereza. Nos lo describe como un vino "para chuletón". Su grado también sube hasta el 13,7%.


Tras la cata llegan las preguntas. Sobre la procedencia de las uvas nos explica David Moreno que tiene 80 ha de viñedo propio y el resto lo compra principalmente por la zona, en Badarán y Cárdenas, aunque también algo en Uruñuela y en Rioja Baja.

No podían faltar tampoco preguntas sobre el clarete, del que nos cuenta elabora con un 50% de Viura y un 50% de Garnacha. Para este vino selecciona las uvas tintas de grado entre 12% a 12,5%, mientras que de 12,5% en adelante las destina a tintos. Para obtener el color característico macera en un 25%, pues de macerar todo le saldría rosado.

Al terminar, David Moreno nos cuenta una interesante historia. Hacia el año noventa atravesaba una época de dudas sobre el futuro y viabilidad de la bodega. Entonces decidió pasar dos semanas en el Monasterio de Valvanera para hacer cuentas, meditar y encomendarse además a la Patrona de La Rioja, cuya imagen también puso en su bodega. Fue poco después cuando supo que su vino había sido elegido en la Cata de los Rotarios, lo que le garantizaba unas ventas importantes. Esa elección se repetiría al año siguiente. Desde entonces tiene David Moreno lo sucedido por un verdadero milagro.

También nos insiste que su bodega está siempre abierta a visitas (salvo días festivos por la tarde, aclara). Se puede recorrer libremente o en visita guiada. También se pueden probar allí todos sus vinos y acompañarlos con una tapa de chorizo. Además la bodega es muy bonita. Yo puedo confirmar todo ello, pues he estado allí ya un par de veces. La última para disfrutar de un concierto.

En definitiva, una cata de vinos de estilo clásico de Rioja y de gran calidad, en la que he disfrutado de todos ellos. Y una gozada el poder escuchar a David Moreno, quien logra contagiarnos su pasión por su bodega, sus vinos y su tierra.

7 comentarios:

Javier dijo...

_Audentes fortuna iuvat_ :-)

Una cata muy interesante, sin duda. Lástima que sea tan difícil acceder a ellas. Una curiosidad; dices que el grado del Vobiscum 2004 "sube hasta el 13,7%". Supongo entonces que los demás estarán entre el 12 y el 13%, ¿no?

Guillermo dijo...

Pues los demás estaban más bien por el 13%. Sobre el grado alcohólico nos dijo David Moreno que había aumentado en los últimos años. Algo que, también reconoció, va en contra de la facilidad de beber que busca en sus vinos.

Márian dijo...

Estupenda crónica.
Ante este despliegue de información y conocimiento, sólo podemos guardar silencio, aprender y agradecer.

Guillermo dijo...

Lo cierto es que fue una gozada escuchar a David Moreno explicarnos sus vinos y su bodega. Yo disfruté y aprendí mucho. Y una de las razones de escribirlo todo aquí es que no se me olvide.

Márian dijo...

Agradezco que lo escribas ya que me encanta este mundo pero lo desconozco casi todo.
No necesitas hacerlo "para que no se te olvide" en absoluto.
David Moreno, supo transmitir vívidamente su pasión por lo que ama. Lo recordarás cada vez que que disfrutes de su vino. Como Proust con su magdalena.

Anónimo dijo...

Et tout d’un coup le souvenir m’est apparu. Ce goût, c’était celui du petit morceau de madeleine que le dimanche matin à Combray (parce que ce jour-là je ne sortais pas avant l’heure de la messe), quand j’allais lui dire bonjour dans sa chambre, ma tante Léonie m’offrait après l’avoir trempé dans son infusion de thé ou de tilleul (...) Et dès que j’eus reconnu le goût du morceau de madeleine trempé dans le tilleul que me donnait ma tante (quoique je ne susse pas encore et dusse remettre à bien plus tard de découvrir pourquoi ce souvenir me rendait si heureux), aussitôt la vieille maison grise sur la rue, où était sa chambre, vint comme un décor de théâtre s’appliquer au petit pavillon donnant sur le jardin, qu’on avait construit pour mes parents sur ses derrières (ce pan tronqué que seul j’avais revu jusque-là) ; et avec la maison, la ville, la Place où on m’envoyait avant déjeuner, les rues où j’allais faire des courses depuis le matin jusqu’au soir et par tous les temps, les chemins qu’on prenait si le temps était beau.

Marcel Proust
À la recherche du temps perdu
Du côté de chez Swann (1913)

Guillermo dijo...

Hermosa cita. Gracias por compartirla.