La semana del 21 al 27 de abril se han celebrado en Calahorra las XII Jornadas Gastronómicas de la Verdura. Han sido días de numerosas actividades relacionadas con la buena mesa y en particular con las excelentes verduras locales. Además varios restaurantes prepararon menús específicos con la verdura como protagonista y hasta 21 bares participaron con pinchos de verdura en la ruta de pinchos. A esto último decidimos dedicarnos en esta ocasión y paso a comentar nuestras impresiones.
Comenzamos la ruta en el Café Rioja. Abarrotado de gente tanto en el local como en la terraza, aprovechando el buen día, su éxito es evidente. Aun así, gran número de personas tras la barra sacaban los pedidos a buen ritmo. De los dos pinchos que ofrecía nos decidimos por el Ratatouille del mar, un bacalao envuento en hojaldre y acompañado de un puré de verduras. El resultado sabroso, aunque en la parte negativa pondremos la dificultad de comerlo porque no era fácil untar el bacalao en la salsa y que el hojaldre estaba algo aceitoso.El Carpe Diem no figuraba como participante en la ruta; sin embargo en su barra había numerosos pinchos de verduras.De entre ellos elegimos uno llamado florecilla de la huerta y otro a base de champiñón rebozado. Ambos gustaron, aunque el primero con su recipiente a base de patata, su interior de crema de verduras y el detalle de la tira de cebolla en lo alto más parecía una vela que una flor.Lo peor es que aun con un local no muy lleno las personas que debían atender parecían tener mejores cosas que hacer. Tardaron mucho en atendernos, mucho más en servirnos y aun más en cobrarnos. Pero no era un trato especial. Varios otros clientes también se sentían olvidados en sus peticiones. Cosa que era cierta. Una pena.
De aquí en adelante ya fuimos mal de tiempo porque entre habernos apartado del centro para llegar al Carpe Diem y lo mucho que nos entretuvieron en él pues los bares empezaban a cerrar.
Nuestra siguiente visita fue a La Tacita de Juan. Aquí probamos los Caracolillos preñados de frutos de la huerta. Se trataba de unos caracoles de pasta de gran tamaño rellenos de verduras, entre las que recuerdo destacaba la alcachofa. Antes pedimos el Nido de huevo con verduras pero lamentablemente ya se había terminado.Al salir nos dirigimos al cercano The Swing pero ya estaba cerrado, por lo que ya empezamos a temer que se nos acababa la comida. No fue así porque el Andalucía seguía abierto y además tenía existencias de gran variedad de pinchos. De todo lo que nos ofrecieron decidimos tomar el Saquito de verduras. El hojaldre crujiente, el relleno sabroso, la salsa adecuada y la base de pasta negra nos convencieron. Inmediatamente lo designamos el mejor pincho de la jornada.Y ya para terminar no nos quedaba más que ir al Porqus Porqus y pedir que nos dieran de comer. Una vez más este bar se convirtió en nuestra salvación cuando los demás cierran. Este año no participaba en la ruta de pinchos de verdura así que pedimos un par de raciones de las que nunca fallan: unas clásicas patatas bravas y un mousse de foie de pato. Nos supieron a gloria.La conclusión es que quedamos un tanto decepcionados de esta ruta de pinchos. Entre la distancia que separa los bares y lo limitado de los horarios de apertura no da tiempo a comer en condiciones. Mucho peor es intentar cenar, como hemos hecho en otras ocasiones, ya que más bien parece que abren para la merienda y cierran en general muy pronto. A destacar de lo probado el Saquito del Andalucía, que nos encantó y nos hizo recordar otros buenos pinchos que hemos probado en este bar anteriormente.
Comenzamos la ruta en el Café Rioja. Abarrotado de gente tanto en el local como en la terraza, aprovechando el buen día, su éxito es evidente. Aun así, gran número de personas tras la barra sacaban los pedidos a buen ritmo. De los dos pinchos que ofrecía nos decidimos por el Ratatouille del mar, un bacalao envuento en hojaldre y acompañado de un puré de verduras. El resultado sabroso, aunque en la parte negativa pondremos la dificultad de comerlo porque no era fácil untar el bacalao en la salsa y que el hojaldre estaba algo aceitoso.El Carpe Diem no figuraba como participante en la ruta; sin embargo en su barra había numerosos pinchos de verduras.De entre ellos elegimos uno llamado florecilla de la huerta y otro a base de champiñón rebozado. Ambos gustaron, aunque el primero con su recipiente a base de patata, su interior de crema de verduras y el detalle de la tira de cebolla en lo alto más parecía una vela que una flor.Lo peor es que aun con un local no muy lleno las personas que debían atender parecían tener mejores cosas que hacer. Tardaron mucho en atendernos, mucho más en servirnos y aun más en cobrarnos. Pero no era un trato especial. Varios otros clientes también se sentían olvidados en sus peticiones. Cosa que era cierta. Una pena.
De aquí en adelante ya fuimos mal de tiempo porque entre habernos apartado del centro para llegar al Carpe Diem y lo mucho que nos entretuvieron en él pues los bares empezaban a cerrar.
Nuestra siguiente visita fue a La Tacita de Juan. Aquí probamos los Caracolillos preñados de frutos de la huerta. Se trataba de unos caracoles de pasta de gran tamaño rellenos de verduras, entre las que recuerdo destacaba la alcachofa. Antes pedimos el Nido de huevo con verduras pero lamentablemente ya se había terminado.Al salir nos dirigimos al cercano The Swing pero ya estaba cerrado, por lo que ya empezamos a temer que se nos acababa la comida. No fue así porque el Andalucía seguía abierto y además tenía existencias de gran variedad de pinchos. De todo lo que nos ofrecieron decidimos tomar el Saquito de verduras. El hojaldre crujiente, el relleno sabroso, la salsa adecuada y la base de pasta negra nos convencieron. Inmediatamente lo designamos el mejor pincho de la jornada.Y ya para terminar no nos quedaba más que ir al Porqus Porqus y pedir que nos dieran de comer. Una vez más este bar se convirtió en nuestra salvación cuando los demás cierran. Este año no participaba en la ruta de pinchos de verdura así que pedimos un par de raciones de las que nunca fallan: unas clásicas patatas bravas y un mousse de foie de pato. Nos supieron a gloria.La conclusión es que quedamos un tanto decepcionados de esta ruta de pinchos. Entre la distancia que separa los bares y lo limitado de los horarios de apertura no da tiempo a comer en condiciones. Mucho peor es intentar cenar, como hemos hecho en otras ocasiones, ya que más bien parece que abren para la merienda y cierran en general muy pronto. A destacar de lo probado el Saquito del Andalucía, que nos encantó y nos hizo recordar otros buenos pinchos que hemos probado en este bar anteriormente.
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