Como ya es tradición, en las pasadas fiestas tuvo lugar una comida (otros años fue cena) en la que celebrar la Navidad entre amigos, disfrutando de la compañía y también de los manjares y vinos que se degustaron. Acontecimiento que paso a relatar para recuerdo de quienes estuvimos y conocimiento de quienes faltaron.
Mientras se ultimaban los preparativos para la comida nos dedicamos al aperitivo. Consistió en un foie micuit que se vio realzado por el acompañamiento de un excelente moscatel: un Ochoa de 2006, de la denominación de origen Navarra. No nos olvidamos de las clásicas gildas, "brindis" incluído.
Después empezamos la comida propiamente dicha con unas deliciosas setas en escabeche y una sabrosa tempura de pimiento y zanahoria. Y para beber un blanco de Rioja: Faustino V de 2005, un vino elaborado de la variedad viura, afrutado y que nos pareció correcto.
Continuamos con unos rollitos de jamón y ciruela pasa, seguidos del plato principal: unas bolas de carne y hojaldre cuidadosamente preparadas en espiral y que además de vistosas estaban crujientes y exquisitas. Para entonces ya nos habíamos pasado al tinto, que en esta ocasión fue un recomendado shiraz sudafricano.
El Raka Biography Shiraz de 2005 es un vino de color y aroma intensos. Pese a sus 14,5 grados de alcohol no resulta excesivo sino ciertamente agradable, con predominio en boca del característico sabor amargo de dicha variedad de uva.Para postre no podía faltar el turrón. Pero no de cualquier manera. Los hojaldres de manzana y pasas con espuma de turrón de Jijona son la versión moderna y casi se podría decir "deconstruída" de todo un clásico de los dulces navideños. Además llenan menos, o al menos eso parece.
Y ya sólo nos quedaba brindar con el que desde hace unos años es mi cava favorito, el Marquès de Gelida Pinot Noir Brut Reserva, una delicia de rosado. Cava que por cierto ha sido el primero de esta denominación, junto con el Marquès de Gelida Brut Exclusive en alcanzar los 90 puntos en "The Wine Advocate" de Robert M. Parker.
Que 2008 sea un año venturoso.
Mientras se ultimaban los preparativos para la comida nos dedicamos al aperitivo. Consistió en un foie micuit que se vio realzado por el acompañamiento de un excelente moscatel: un Ochoa de 2006, de la denominación de origen Navarra. No nos olvidamos de las clásicas gildas, "brindis" incluído.
Después empezamos la comida propiamente dicha con unas deliciosas setas en escabeche y una sabrosa tempura de pimiento y zanahoria. Y para beber un blanco de Rioja: Faustino V de 2005, un vino elaborado de la variedad viura, afrutado y que nos pareció correcto.
Continuamos con unos rollitos de jamón y ciruela pasa, seguidos del plato principal: unas bolas de carne y hojaldre cuidadosamente preparadas en espiral y que además de vistosas estaban crujientes y exquisitas. Para entonces ya nos habíamos pasado al tinto, que en esta ocasión fue un recomendado shiraz sudafricano.
El Raka Biography Shiraz de 2005 es un vino de color y aroma intensos. Pese a sus 14,5 grados de alcohol no resulta excesivo sino ciertamente agradable, con predominio en boca del característico sabor amargo de dicha variedad de uva.Para postre no podía faltar el turrón. Pero no de cualquier manera. Los hojaldres de manzana y pasas con espuma de turrón de Jijona son la versión moderna y casi se podría decir "deconstruída" de todo un clásico de los dulces navideños. Además llenan menos, o al menos eso parece.
Y ya sólo nos quedaba brindar con el que desde hace unos años es mi cava favorito, el Marquès de Gelida Pinot Noir Brut Reserva, una delicia de rosado. Cava que por cierto ha sido el primero de esta denominación, junto con el Marquès de Gelida Brut Exclusive en alcanzar los 90 puntos en "The Wine Advocate" de Robert M. Parker.
Que 2008 sea un año venturoso.
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