lunes, 3 de agosto de 2015

La Corniche

Restaurante La Corniche
Brousses les Antibels
St Antonin Noble Val
www.brousses.wix.com/la-corniche
Abierto todo el año
Cerrado los domingo por la tarde y los lunes al mediodía
Menú: 30€


El restaurante La Corniche está escondido en una curva de la relajante y sombreada carretera que lleva a St Antonin Noble Val en la región de los Midi-Pyrénées (Francia). Está lejos de todo, pero merece un viaje sólo para disfrutar de sus delicias. Es pequeño, sin pretensiones, muy acogedor y regentado por una pareja de chefs anónimos que hacen maravillas con los productos locales de temporada. Se puede comer en el interior, que ofrece una agradable decoración de tipo campiña inglesa, o preferiblemente en la terraza con unas vistas impresionantes de las Gargantas del Aveyron.
Mientras esperábamos nos deleitaron con unos entremeses de la casa: una tarteleta aromatizada con comino y una generosa sopa de remolacha con croutons, fresca y sabrosa, ideal para un día de verano como el que pasamos allí. 


Sería dificil elegir uno entre los primeros platos, pero si hay que hacerlo, definitivamente sería el Pressé de pain d'epice au foie gras, que corresponde a la foto que hay más abajo. Un pan de especias entre capas de foie, con un toque de sal, que se derretía literalmente en la boca:
  

Pero tanto los platos variados de pescado, de viandas locales, el Terrine de jarret de porc au foie gras maison o el Ris d'agneu poêles estaban deliciosos: 


Tampoco era fácil equivocarse con los segundos. El único defecto que pudimos sacar fue la poca variedad en la guanición, pero estando basada la carta en los productos locales de temporada, y siendo las verduritas tan frescas y sabrosas, no hubo mayor problema en seguir disfrutando de la comida. La gallina de guinea con salsa de setas (Pintade sauce aux cépes), el cordero de la zona (Quercy) en su jugo, el Confit de pato con salsa de setas (Confit du Canard sauce aux cépes) y la ternera a la salsa de pimienta (Pavé de veau sauce au poivre): todos jugosos, sabrosos y al punto.



Mención aparte merecen los postres. No perderé tiempo en describirlos. Una imagen vale más que mil palabras:  


Todo lo anterior lo acompañamos de un vino tinto de la denominación de Frontón (Côtes du Frontonnais), negro como el carbón, la luz no lograba atravesarlo, pero el exceso de color iba acompañado de un sabor sorprendentemente afrutado y fresco, nada alcohólico. Ideal para un día de verano y para disfrutar de una inolvidable comida bajo la sobra de un emparrado de glicíneas con vistas a un hermoso valle.


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