La finca está situada en la ladera de un monte donde crece el pino y el peculiar pinsapo (picea abies), que da nombre al vino. Esta circunstancia da un toque peculiar a la fruta debido a la altura del cultivo (650 metros sobre el nivel del mar).
Aunque en tiempos llegó a ser un pequeño pueblo, hoy día solo alberga la bodega, que ocupa el antiguo edificio de un convento-hospital. Enfrente pervive la iglesia, reconstruida en el siglo XVII a partir de un templo anterior medieval del cual conserva un muro y un contrafuerte. Todos los edificios son de los siglos XVII, XVIII y XIX y están restaurados o en proceso de restauración. En la página web de la hacienda (www.elternero.com) se puede realizar una estupenda visita virtual.
Al llegar a la bodega fuimos recibidos por Ana, que fue nuestra anfitriona durante todo el recorrido. Tras las presentaciones, nos describió brevemente el lugar y su historia y pasamos a visitar la instalaciones. Ocupan todo el antiguo edificio del convento, vaciado por completo y convertido en una única nave con una separación longitudinal que divide los depósitos de la sala de barricas. La separación es de metacrilato, lo que proporciona una singular vista desde la entrada (situada en lo que fue el anterior primer piso y hoy galeria superior), pues de un solo vistazo se abarca todo el proceso de vinificación: desde la entrada de la uva a las prensas hasta su crianza en barrica. Solo el embotellado se realiza fuera de esta gran nave.
Tras visitar la bodega, la sala de embotellado y una pequeña sala de exposiciones con herramientas de viticultura, tomamos asiento para catar los vinos. Probamos, por este orden, el Miranda semicrianza, el Miranda crianza y el Picea 650 de 2003 (producto enseña de la casa).
Nuestra impresión fue la de un vino exquisítamente equilibrado, con el toque justo de madera y un sabor intenso a frutas del bosque/cerezas maduras, suave al paladar, nada astringente, pero muy persistente en el tiempo y en la memoria (de hecho no podemos olvidarnos de él...). El Picea 650 ha recibido el premio, "Bacchus de Oro" y el Miranda el "Tempranillo de Plata" que podéis ver bajo estas líneas. Son totalmente merecidos.
Viñedos del Ternero es una bodega pequeña. Esta aparente limitación acaba siendo una virtud, sobre todo porque tienen muy claro lo que quieren hacer: un vino cuidado, selecto y mimado. Eso exige unos cuidados y una atención que solo pueden permitirse con un producto limitado. El resultado es francamente estimulante. Lógicamente, habrá que esperar futuras añadas para poder comprobar la evolución de la bodega y del vino, pero de momento, el resultado es muy prometedor. Y, además, con un toque de "ruptura", creando productos que superan el etiquetado normal de Rioja. Porque, desde luego, no hacen vino del año...
Después de una agradable charla al calor de los vinos, nos despedimos de Ana y de la bodega. Nos quedó una grata impresión y desde aquí queremos agradecer a ambos, a Ana y a Viñedos del Ternero, su amabilidad y sus atenciones.
Aunque en tiempos llegó a ser un pequeño pueblo, hoy día solo alberga la bodega, que ocupa el antiguo edificio de un convento-hospital. Enfrente pervive la iglesia, reconstruida en el siglo XVII a partir de un templo anterior medieval del cual conserva un muro y un contrafuerte. Todos los edificios son de los siglos XVII, XVIII y XIX y están restaurados o en proceso de restauración. En la página web de la hacienda (www.elternero.com) se puede realizar una estupenda visita virtual.
Al llegar a la bodega fuimos recibidos por Ana, que fue nuestra anfitriona durante todo el recorrido. Tras las presentaciones, nos describió brevemente el lugar y su historia y pasamos a visitar la instalaciones. Ocupan todo el antiguo edificio del convento, vaciado por completo y convertido en una única nave con una separación longitudinal que divide los depósitos de la sala de barricas. La separación es de metacrilato, lo que proporciona una singular vista desde la entrada (situada en lo que fue el anterior primer piso y hoy galeria superior), pues de un solo vistazo se abarca todo el proceso de vinificación: desde la entrada de la uva a las prensas hasta su crianza en barrica. Solo el embotellado se realiza fuera de esta gran nave.
Tras visitar la bodega, la sala de embotellado y una pequeña sala de exposiciones con herramientas de viticultura, tomamos asiento para catar los vinos. Probamos, por este orden, el Miranda semicrianza, el Miranda crianza y el Picea 650 de 2003 (producto enseña de la casa).
Nuestra impresión fue la de un vino exquisítamente equilibrado, con el toque justo de madera y un sabor intenso a frutas del bosque/cerezas maduras, suave al paladar, nada astringente, pero muy persistente en el tiempo y en la memoria (de hecho no podemos olvidarnos de él...). El Picea 650 ha recibido el premio, "Bacchus de Oro" y el Miranda el "Tempranillo de Plata" que podéis ver bajo estas líneas. Son totalmente merecidos.
Viñedos del Ternero es una bodega pequeña. Esta aparente limitación acaba siendo una virtud, sobre todo porque tienen muy claro lo que quieren hacer: un vino cuidado, selecto y mimado. Eso exige unos cuidados y una atención que solo pueden permitirse con un producto limitado. El resultado es francamente estimulante. Lógicamente, habrá que esperar futuras añadas para poder comprobar la evolución de la bodega y del vino, pero de momento, el resultado es muy prometedor. Y, además, con un toque de "ruptura", creando productos que superan el etiquetado normal de Rioja. Porque, desde luego, no hacen vino del año...
Después de una agradable charla al calor de los vinos, nos despedimos de Ana y de la bodega. Nos quedó una grata impresión y desde aquí queremos agradecer a ambos, a Ana y a Viñedos del Ternero, su amabilidad y sus atenciones.
5 comentarios:
Ha sido un placer revisitar aquel lugar sin moverme del sillón. Lo cierto es que pasamos un rato agradable disfrutando con la conversación de Ana. ¡Qué raro es encontrar bodegueros que no tengan prisa y que estén dispuestos a sentarse a charlar hoy en día!!! Y qué suerte la nuestra de haber dado con una...
Este año también estaremos en Ezcaray.
Os esperamos.
Saludos
Hemos visto el programa... salvo imprevistos de última hora, por allí estaremos.
Para enero, podéis pasar a catar lo nuevo, incluído el reserva de Picea 650. Se llamará "Sel de su merced".
Saludos
Estaremos encantados de probarlo. Muchas gracias.
Seguro que está riquísimo.
Saludos.
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