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Viníssimo
Resulta complicado hablar de lo más cercano y conocido. Tienes miedo de resaltar lo obvio y dejarte lo importante. O de ofender sin pretenderlo o de cosechar una mirada extraña que te hace dudar.
Tal vez por esto no hay ninguna entrada en esta bitácora sobre bares o restaurantes de Logroño. Lo cercano asusta. Lo conocido intimida. Hoy es hora de romper este tabú: vamos a hablar del... restaurante Iruña de Pamplona :-D No, es broma. Del bar y restaurante Viníssimo de la calle San Juan.
Conocimos el lugar por casualidad y nos cautivó desde el primer día: primero con su carta de vinos, después con los pinchos de la barra y siempre con la simpatía de sus propietarios, Alberto y Kathy.
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El Viníssimo es un oasis de frescura y originalidad en medio del quizás excesivamente homogéneo panorama de la restauración logroñesa. Aquí, en el feudo del pimiento del piquillo y el tempranillo, nos alegró inmensamente encontrar este rinconcito ecléctico y cosmopolita, donde se pueden encontrar muy buenos riojas, pero también disfrutar de muchas otras variedades y denominaciones nacionales y extranjeras.
El Viníssimo es un "melting pot" donde se cuece una sabrosa y variada oferta gastronómica. Kathy procede de la pérfida Albión y Alberto es de Tarazona, pero ha recorrido Inglaterra y Francia durante sus años de formación como sumiller. Todo esto se refleja en la carta: montaditos de queso de cabra sobre naranja confitada, "ménage à foie", vieira y morcilla, canguro con setas, carpaccio de buey con salsa de albahaca y parmesano... La elección es siempre difícil. Lo que te pide el cuerpo es probarlo todo y, cuando ya lo has probado, los sabores se graban en la memoria. El Viníssimo crea adicción y ya sabemos al salir de allí que el síndrome de abstinencia nos acompañará toda la semana hasta el viernes siguiente. Lo tenemos asumido. Es un sufrimiento muy placentero. Puro hedonismo.