Reconozco que la primera vez que vi la expresión Rayos Uva como nombre de un vino, y además de Rioja, no me produjo buena impresión. Sonaba demasiado moderno y eso me hacía pensar en vinos que tal vez
cierto abogado defendiera pero que probablemente no fueran de mi gusto.
Sin embargo, poco después encontré un
comentario muy elogioso sobre el Rayos Uva 2007 en el blog de alguien tan poco sospechoso de defender excesos a cuenta de modernidad como es
Manuel Camblor. Además enlazaba a una
entrevista en el diario La Rioja con Olivier Rivière, el interesante personaje creador del vino. Así que reconsideré mi postura inicial y decidí probar ese vino.
Recordé que originalmente lo había visto en una oferta de una web comercial. Pero supuse que comprar un Rioja, cualquiera que fuese, viviendo en Logroño, no tenía que ser muy difícil. Craso error. Comencé mirando en tiendas y nada. Pronto me di cuenta de que no iba por buen camino. Pero claro, siempre me quedaba la opción de presentarme en la bodega y compralo allí mismo. ¿O no?
El caso es que decidí buscar la situación de la bodega por internet y para mi sorpresa no encontré absolutamente nada. Ni página web propia ni menciones a la bodega en otras páginas. Nada. Pasé entonces a la web del Consejo Regulador y entré en su
buscador de bodegas. De nuevo el fracaso. Pensé entonces que debía refinar la búsqueda, que un productor de Rioja tenía que estar en la web del Consejo. Así que recordé que en la entrevista se mencionaba que Rivière se había establecido en la Rioja Alta y más en concreto en Cárdenas. Probé de nuevo a buscar, sin especificar nombre, pero limitando la búsqueda a este municipio. Así obtuve dos resultados y ninguno parecía correcto. Finalmente, y casi por casualidad, encontre en
esta web una asociación de nombres. Aquí denominaban la bodega Olivier Rivière - Yolanda Aransay. Y ahora sí, ésta sí que figuraba en la web del Consejo. Yolanda Aransay es una de las dos bodegas que aparecen registradas en Cárdenas. ¡Bingo!
Y a Cárdenas me dirigí ese mismo fin de semana. Aparecí por allá un sábado por la mañana esperando econtrar la bodega abierta, ahora que está tan de moda vistarlas. Pero no hubo suerte, ese día no estaban. Pregunté un poco y llegué a hablar con una persona de la familia que me atendió amablemente. Me hablaron de los vinos de Yolanda Aransay y me animaron a volver otro día o a llamar por teléfono para quedar en otra ocasión. En esa situación me parecía bastante fuera de lugar preguntar por los vinos de extraño nombre de un enólogo francés. Así que lo hice tímidamente y la respuesta fue clara: aquí no hay ningún francés que haga vino.
No viene al caso, pero para que el viaje no fuese totalmente desaprovechado, paramos a la vuelta en Tricio para visitar la Basílica de
Santa María de Arcos, construída en el siglo V sobre un mausoleo romano del siglo III.
¿Fin de la historia? Todavía no. En ese momento vino en mi ayuda Javier, otro de los habituales de este blog y gran experto de las búsquedas en internet. Entre muchos datos que no viene al caso mencionar, encontró una explicación a la asociación de nombres. En
esta foto se puede apreciar la etiqueta que indica que Yolanda Aransay embotellaba los vinos de Olivier Rivière, quien por cierto, sólo venía identificado con un código postal de Logroño.
Ahora sí que tuve que reconocer que estaba en un callejón sin salida. Sólo me quedaba encargar el vino por internet (en
lavinia, por completar los datos) si es que quería probarlo. Y, maravillas de la vida moderna, un pedido realizado a última hora de la mañana llegaba a primera hora de la mañana del día siguiente (me habían dado dos días de plazo aproximado).
Lo primero que me sorprendió fue la etiqueta. Esta vez el embotellador es Bodegas Ruiz de Viñaspre, en Laguardia. Es decir, Rivière se había marchado de Cárdenas y ahora estaba en Rioja Alavesa (¿sólo el embotellado o también las uvas y la elaboración?). Manteniendo, eso sí, su código postal de Logroño. Por otro lado encontré una
nueva mención de Camblor referida ahora a la cosecha 2008 y en términos no tan entusiastas como la primera. Para completar el panorama, no encontraba Rayos Uva 2009 y además
este artículo (de nuevo Javier) daba la impresión de que su situación por aquí no era precisamente estable y que además podía estar interesado en cambiarse a tierras burgalesas. Vamos que el misterio seguía en el aire.
¿Y el vino? Pues bueno, sin duda. Muy frutal, con intensos aromas y más que satisfactorio en boca. Nos recordó al probarlo a los buenos cosecheros de Rioja Alavesa. Con una salvedad muy importante que es el precio. No creo que su idea de intervenir poco en los vinos (ni menos aún la idea puramente mística de lo que llaman
biodinámica) justifique el que se pida por un vino joven un precio cercano a los ocho euros la botella. No lo entiendo.
Por cierto, que la no intervención llevada al extremo hace que aparezcan posos en cantidades verdaderamente exageradas. Hasta el punto de compactarse y formar grandes trozos al final de la botella. Malo no será, pero en tal cantidad llega a resultar molesto.
Y ya lo último (por ahora). Cuando hace unos días se anunció en el diario La Rioja que la próxima cata que iban a organizar (y a las que ya hemos asistido en
otras ocasiones) era precisamente con Olivier Rivière, tanto Javier como yo nos apuntamos inmediatamente. Esperamos con muchas ganas que nos toque para poder encontrar así respuesta a los interrogantes que aún nos quedan sobre sus vinos, todos ellos de peculiar nomenclatura. Y de paso probarlos, claro. Será el próximo miércoles. De momento lo que ya sabemos es que sigue por aquí, lo cual, visto lo visto, no es poco.
Actualización:Hoy martes por la mañana ha salido la lista de afortunados ganadores del sorteo que da acceso a la cata con Olivier Rivière. Lamentablemente ni Javier ni yo estamos entre ellos, por lo que nos quedaremos sin saber, al menos de primera mano, la respuesta a tantos interrogantes que tenemos. Nos tendremos que contentar con leer la crónica posterior.
Actualización 2ª:Ayer se celebró la cata y hoy ya se puede leer la
crónica de la misma. Muchos interrogantes encuentran finalmente respuesta. Aunque alguno, como dónde se pueden comprar sus vinos en Logroño, debe esperar a los comentarios de los lectores. Al final se venden en
La Vinería. Si resulta que no había que irse muy lejos. :-) Una pena en todo caso no haber podido catarlos en esta ocasión.