lunes, 20 de julio de 2009

Riojano joven y fresco 2009

De nuevo se está celebrando esta fiesta del vino joven y de crianza que ya comentamos el año pasado. En esta ocasión, como novedad, comenzó el día 9 de julio jueves, pero en Oviedo. Si algún lector de este blog tuvo ocasión de estar allí agradeceríamos cualquier impresión que nos quisiera dejar sobre ello en los comentarios.
El pasado jueves 16 de julio ya volvió a su ubicación habitual del entorno de la calle Bretón de los Herreros de Logroño. También se celebrará en este mismo lugar el próximo jueves 23 y el también jueves 6 de agosto.
Prevenidos por lo sucedido el año pasado decidimos llegar pronto para evitar aglomeraciones, al menos mientras fuese posible. Así no tuvimos problema en hacernos con una copa y los tickets de cata, que este año no se venden por separado. Completaban el kit un cuaderno de cata y un lapicero, buena idea aunque difíciles de usar si ya tienes una copa en una mano.
Otra novedad es que la organización había dispuesto planos de situación de las mesas de las distintas bodegas presentes en el acto. Así que tomamos unos momentos para ubicarnos y nos dirigimos a visitar lo que nos pareció más interesante.
Comenzamos por la bodega San Prudencio [flash]. Aquí probamos su Envite Seducción, un original blanco semidulce que, según nos explicaron, se elabora con viura y malvasía deteniendo la fermentación en el momento adecuado. Con su agradable dulzor y su 10,5% de alcohol es un vino muy fácil de beber. También probamos su Envite crianza de 2006, servido de una espectacular botella de 5 litros, que no es ni con mucho la mayor de las que disponen en esta bodega. Intenso en aromas y equilibrado en boca es sin duda un buen tinto.
En segundo lugar nos dirigimos a Viña Ijalba [flash]. Esta bodega dispone de vinos monovarietales de todas las variedades de Rioja y en los últimos años ha ampliado su gama. Nos dejamos aconsejar y empezamos probando su Maturana Tinta de 2005. Es un vino de gran fuerza, muy amargo y extraordinariamente astringente. También probamos el Graciano de 2005. Intenso, con cuerpo, fino y bastante astringente (aunque lejos del anterior). Nos dijeron que acompañaría muy bien carnes a la brasa y yo estuve de acuerdo.
A partir de aquí visitamos alguna bodega más pero la gran afluencia de gente hacía difícil desplazarse y catar los vinos en condiciones. Tampoco los expositores estaban en condiciones de dar muchas explicaciones y en algún caso hasta se comportaban con cierta brusquedad. Así que sin nada más que reseñar nos dirigimos a la cercana calle Laurel para finalizar la jornada con unos buenos pinchos.
Y el próximo jueves habrá más.

1 comentario:

Javier dijo...

Por suerte o por desgracia, estos eventos acaban muriendo de éxito. Es tanta la gente que se acerca con su copa que los bodegueros acaban desbordados y agobiados, sirviendo sin parar y ajenos a cualquier pregunta, curiosidad o explicación. Para esto, que pongan camareros profesionales y todos lo agradeceremos, empezando por los propios bodegueros, que podrán estar a lo suyo: promocionar sus vinos.