De los vinos italianos siempre me ha gustado su calidad, su gran variedad y sobre todo, el respeto a las uvas autóctonas, que les dan su carácter único. Por ello, y pese a las limitaciones de equipaje, no dejé de aprovechar la reciente visita a Roma para traerme al menos una botella de vino. El elegido fue este Cutizzi Greco di Tufo 2011, un blanco de la bodega Feudi di San Gregorio.
Greco di Tufo es una denominación de origen controlada y garantizada (DOCG) de la Campania que conocimos gracias a Anna en nuestra visita a Nápoles, y del que guardaba muy buen recuerdo. La variedad Greco, que también se identifica con la Trebbiano, es una uva presente desde muy antiguo en Italia, posiblemente traída por los griegos del Mediterráneo oriental. El tufo es la roca volcánica en la que frecuentemente se cultiva esta variedad.
Este vino, que finalmente abrimos ayer, mostró unos buenos aromas con predominio de notas florales. En boca nos pareció expresivo y con la suficiente acidez para resultar fresco y muy agradable. Un vino de calidad y con mucha personalidad.
Nosotros lo tomamos junto a, entre otras cosas, dos buenos quesos italianos. Un mascarpone extraordinariamente cremoso y un provolone que hicimos fundir con el microondas en un recipiente de barro. Este último resultó perfecto para untar, y mejor todavía con el añadido de un poco de buen aceite de oliva (virgen extra) y algunas especias.
2 comentarios:
¡Sigh!v :-(
Ídem...
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