Roma, la ciudad eterna, la gran capital del mundo antiguo y todavía una importante ciudad del moderno. En Roma se pueden encontrar maravillas arquitectónicas desde hace más de dos mil años hasta la actualidad. Una ciudad que agota nuestras palabras para el asombro y la maravilla y que, sin embargo, por el legado cultural que los romanos nos dejaron, podemos sentir como propia.
Con motivo de la boda de la que ya os hablé, pasamos hace poco unos días en Roma. Y por supuesto aprovechamos para volver a visitar alguno de sus monumentos más conocidos. Os pongo unas fotografías.
Y ¿qué decir de la comida? Italia ha exportado su cocina a todo el mundo. No hay lugar del planeta donde no se pueda encontrar pasta o pizza. Desde luego que la cocina italiana es mucho más, por no hablar de la gran variedad y calidad de sus vinos. Pero estas dos comidas son ideales para el turista y logran su máxima expresión en su lugar de origen.
Por todo el centro de Roma se encuentran locales abiertos a la calle donde se pueden comprar porciones de pizza de muchas variedades. Es habitual que se vendan al peso y poder elegir un trozo del tamaño que se desee. Suelen ser muy sabrosas y acompañan bien en días calurosos con la cerveza Peroni, una refrescante rubia típica del lugar.
Otra posibilidad es sentarse a comer tranquilamente en algún restaurante. No es fácil pero sí conveniente evitar lugares muy turísticos. Así se puede disfrutar de un menú como éste de bruschetta pomodoro y pasta carbonara (había otras varias opciones) que acompañamos con un rico vino del Lazio. Sencillo y sabroso.
Para terminar voy a poner una escena de la película La vida de Brian de los geniales Monty Python que me recordaron hace poco: ¿qué han hecho los romanos por nosotros? Pues eso. :-D
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