Vinícola Miolo se encuentra en el Vale dos Vinhedos, primera región vinícola de Brasil con indicación de procedencia. Esta bodega fue fundada en 1897 por Giuseppe Miolo, quien llegó allí procedente de Venecia. Actualmente el Grupo Miolo se compone de varias bodegas en distintos lugares de Brasil y también tiene acuerdos comerciales con grupos de otros países: Costa Pacífico de Chile, Los Nevados de Argentina y Osborne de España, de quien distribuye, entre otros, el vino Montecillo, de Rioja.
Para saber más del Grupo Miolo, nada mejor que visitar el blog de nuestros amigos de QVinho, quienes han hablado del mismo en varias entradas. Además, han tenido ocasión de catar el vino más emblemático de su bodega, el Miolo Lote 43 del año 2004.
Nosotros hemos tenido acceso a unas botellas de otro de los vinos de la línea Super Premium de esta bodega, el Miolo Cuvée Giuseppe de 2003, así llamado en honor al fundador de la misma.
Se trata de un tinto elaborado a partir de uvas Cabernet Sauvignon y Merlot seleccionadas, cultivadas en parcelas con una producción media de 8000 Kg. por hectárea. Tras una cuidada fermentación, el vino es envejecido separadamente (Cabernet y Merlot) en barricas de roble francés durante 12 meses. Posteriormente continúa su envejecimiento en botella.
La presentación del vino es muy elegante. Una botella con etiqueta moderna y sencilla envuelta en papel que recuerda al fundador y la fecha de fundación.
Al servir el vino muestra un color granate muy intenso. Sus aromas recuerdan frutas negras, balsámicos, tostados y pimienta, mostrando un agradable equilibrio entre fruta y madera.
Sin embargo en boca nos sorprende con un inicio bastante ácido que deja paso a una sensación astringente, para terminar con un recuerdo cálido y algo amargo.
Esperábamos un vino de más estructura, así que nos hemos llevado una cierta decepción. Pienso que tal vez no ha evolucionado bien en botella, puesto que también encontramos posos muy abundantes al final. Lo comprobaré en cuanto abra otra y comentaré el resultado en caso de ser distinto.
Para acompañar la cata tuvimos de nuevo el placer de contar con una originalidad de Nacho, nuestro cocinero titular. Nos preparó unas tapas de dorada sobre pomelo, cubierta con fresas y aliñada con vinagre balsámico de módena. Presentada sobre pan ligeramente tostado fue una excelente combinación de frutas y pescado. Una gozada.
Para saber más del Grupo Miolo, nada mejor que visitar el blog de nuestros amigos de QVinho, quienes han hablado del mismo en varias entradas. Además, han tenido ocasión de catar el vino más emblemático de su bodega, el Miolo Lote 43 del año 2004.
Nosotros hemos tenido acceso a unas botellas de otro de los vinos de la línea Super Premium de esta bodega, el Miolo Cuvée Giuseppe de 2003, así llamado en honor al fundador de la misma.
Se trata de un tinto elaborado a partir de uvas Cabernet Sauvignon y Merlot seleccionadas, cultivadas en parcelas con una producción media de 8000 Kg. por hectárea. Tras una cuidada fermentación, el vino es envejecido separadamente (Cabernet y Merlot) en barricas de roble francés durante 12 meses. Posteriormente continúa su envejecimiento en botella.
La presentación del vino es muy elegante. Una botella con etiqueta moderna y sencilla envuelta en papel que recuerda al fundador y la fecha de fundación.
Al servir el vino muestra un color granate muy intenso. Sus aromas recuerdan frutas negras, balsámicos, tostados y pimienta, mostrando un agradable equilibrio entre fruta y madera.
Sin embargo en boca nos sorprende con un inicio bastante ácido que deja paso a una sensación astringente, para terminar con un recuerdo cálido y algo amargo.
Esperábamos un vino de más estructura, así que nos hemos llevado una cierta decepción. Pienso que tal vez no ha evolucionado bien en botella, puesto que también encontramos posos muy abundantes al final. Lo comprobaré en cuanto abra otra y comentaré el resultado en caso de ser distinto.
Para acompañar la cata tuvimos de nuevo el placer de contar con una originalidad de Nacho, nuestro cocinero titular. Nos preparó unas tapas de dorada sobre pomelo, cubierta con fresas y aliñada con vinagre balsámico de módena. Presentada sobre pan ligeramente tostado fue una excelente combinación de frutas y pescado. Una gozada.
Actualización:
Hace unos días abrí otra botella de este vino y me encontré con algo bastante diferente. Similar en aromas, tal vez con más recuerdos de ahumados, pero radicalmente distinto en boca. Efectivamente el vino tiene una acidez característica pero no tanto como mostraba la anterior botella. Y además se muestra fino, bien estructurado y sobre todo muy agradable.
Sin duda, en este caso sí es el vino que esperaba.
Me queda una tercera botella que espero poder compartir con quienes estuvisteis en la anterior cata.
Hace unos días abrí otra botella de este vino y me encontré con algo bastante diferente. Similar en aromas, tal vez con más recuerdos de ahumados, pero radicalmente distinto en boca. Efectivamente el vino tiene una acidez característica pero no tanto como mostraba la anterior botella. Y además se muestra fino, bien estructurado y sobre todo muy agradable.
Sin duda, en este caso sí es el vino que esperaba.
Me queda una tercera botella que espero poder compartir con quienes estuvisteis en la anterior cata.