Empecemos por decir que la comida inglesa goza de bastante mala fama. Una mala fama que se demuestra inmerecida cuando se consigue probar la auténtica comida tradicional de este país. Pero ocurre es que tal cosa es cada vez más difícil para el visitante, puesto que tanto en los restaurantes como en los pubs lo que encontramos es es su mayor parte una selección de comidas de otros lugares del mundo junto a una pequeña y limitada representación de la gastronomía local.
Por suerte para mi, en esta ocasión estoy pudiendo disfrutar, gracias a la generosidad de unas personas extraordinariamente amables, de unas comidas que nunca en otras visitas a Inglaterra había podido probar y que me están encantando.El mismo día que llegué tomamos para cenar un Lancashire Hot Pot realmente delicioso. Consiste en un guiso de cordero con patatas y otras verduras variadas. La carne era abundante, estaba tierna y el característico sabor del cordero era el predominante.
Decidimos acompañarlo con un Marqués de Murrieta reserva de 2000. Y fue una excelente elección. Se trata de un vino de aroma afrutado y especiado, en el que se distingue perfectamente el roble. Y de sabor resultó muy agradable, con un ligero toque astringente. Un Rioja al estilo clásico que completó una cena perfecta.
La ocasión lo merecía.
La ocasión lo merecía.
1 comentario:
Tiene buen aspecto, aunque para que la comida fuera totalmente inglesa habría que sustituir el reserva de Murrieta por una pinta de cerveza negra... el vino quedaría mejor con las alubias pintas que me han servido en la venta de Piqueras y que he tenido que acompañar con un Peñaclara del año por aquello de no hacer pasar un mal rato al conductor. :-)
Publicar un comentario