lunes, 28 de diciembre de 2009

Lo que vino del Perú


A la espera de que Anabel nos escriba una larga y detallada entrada sobre su estancia en el Perú, vamos a comentar algo sobre el vino que se trajo y que nos ofreció junto a la esplendida cena que podemos ver a la izquierda.

Se trata de un "borgoña" de Santiago Queirolo, conocido productor peruano de vinos y piscos. Aclaremos inmediatamente que la denominación borgoña hace referencia en Perú a una variedad de uva y al vino que se elabora con ella, sin nada que ver con la región francesa del mismo nombre. Confiesa una graduación alcohólica de 11 grados. A la vista se presenta con un color granate de baja intensidad, muy apagado. En nariz resulta muy dulce, con aromas a confitura de frutas rojas, almíbar y caramelos de cubalibre. En boca es igualmente dulce, sedoso, un poco amargo y queda algo de acidez en el posgusto, que desaparece rápidamente, pues tiene una persistencia corta.

El vino es sorprendente. Tiene algo extraño que no alcanzamos a ver, pues el dulzor es excesivo y la sensación alcohólica es sorprendente para su graduación. Anabel, bastante divertida, nos aclara que la elaboración del vino no es la que estamos acostumbrados. La vendimia, en marzo o abril, lleva las uvas a los lagares, donde tiene lugar la fermentación alcohólica. Producida ésta, se pasa al destilado, del que se obtienen tres productos: alcohol, pisco y cola de pisco. El vino que estamos probando se elabora añadiendo el alcohol de la primera destilación al mosto de uva. Esa es la explicación a tanto dulzor: ¡estamos bebiendo mosto con alcohol! :-)

La bebida tradicional del Perú es el pisco, procedente del destilado de la uva, como hemos visto. Con él se elabora el pisco sour, un cóctel considerado por los peruanos como su bebida nacional. Se puede preparar fácilmente, pero también se vende embotellado. El que probamos, cortesía de Anabel, presenta un color blanco-lechoso y un intenso aroma a limón. En boca es suave, con gusto a alcohol, limón y ácido. La verdad es que está muy bueno, aunque no hay que abusar, ya que tiene 22 grados.

La última de las bebidas que vino del Perú es un refresco, la "Inca-Kola", otro producto típico, elaborado mediante una fórmula secreta a partir de hierba luisa. El color es amarillo fosforito, con una burbuja de gran tamaño. En nariz presenta un aroma a gominolas y en boca un sabor muy dulce solo suavizado por el CO2.

En fin, damos las gracias a Anabel por la cena y por las bebidas y esperamos impacientes su relato del viaje a Perú.



domingo, 27 de diciembre de 2009

Bad Bergzaberner Kloster Liebfrauenberg Beerenauslese 2008

Bad Bergzabern es un balneario alemán situado en plena región vinícola del Palatinado. La bodega Andreas Oster, que figura como embotellador de este vino, se encuentra en la localidad de Cochem, en la región de Renania Palatinado. Y más en concreto en el número uno de la calle que muy apropiadamente lleva el nombre de Weingartenstrasse (calle de los viñedos).

Este vino que nos ocupa está calificado como beerenauslese, lo que significa, como ya comentamos en otra ocasión, que las uvas han sido seleccionadas individualmente y están afectadas de la llamada podredumbre noble. Esta forma benévola del hongo Botrytis cinerea hace que las uvas se sequen y produzcan vinos dulces de singulares características.
Se trata por tanto de un vino blanco dulce, probablemente de variedad riesling. Su graduación alcohólica es del 11,5%.

A la vista se presenta limpio, brillante y muestra un bonito tono dorado. Sus aromas son florales y cítricos. Y en boca resulta dulce, pero también con una buena acidez que le da frescura y un toque amargo, lo que hace que nos recuerde al pomelo. Su persistencia es media y agradable.
En conjunto un vino equilibrado y muy satisfactorio.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Gouden Carolus Noël / Christmas

Continuando la serie sobre degustación de las cervezas de la cervecera belga Het Anker que el bar "El Dorado" está desarrollando durante estos últimos meses, toca hoy hablar de la Gouden Carolus Christmas.

Se trata de una cerveza especial belga, de temporada, que se elabora para Navidad. Nos cuentan que comienza a elaborarse en agosto, para dejarla reposar en tanques durante dos semanas y, posteriormente, someterla a una segunda fermentación hasta mediados de octubre, cuando se embotella. Alcanza una graduación alcohólica de 10,5º . Las cerveceras belgas y alemanas tienen una larga tradición en la elaboración de este tipo de cervezas de temporada, aunque Het Anker estuvo treinta y ocho años sin fabricarla, hasta 2002, año en que retomo la tradición con gran éxito de crítica y público.

Se nos presenta en botellín y, aunque se anuncia como negra, su color es más bien café, de un bonito rubí tostado. La densa espuma inicial desaparece rápidamente, quedando en la mesa una elegante copa que puede dejase reposar sin miedo. En nariz muestra aromas a frutas rojas, lo cual sorprende a nuestros olfatos vinícolas, que no los esperaban. En boca, reaparecen las frutas rojas y el regaliz, con un alcohol perfectamente integrado. Queda un posgusto amargo, refrescante y delicioso. Al calentarse, la cerveza va mostrando nuevas facetas y llegamos a encontrarle incluso aromas a licor (brandy u oporto añejo).

En suma, una muy agradable cerveza, de consumo reposado, apta para una sobremesa navideña o para acompañar la conversación junto a la estufa en estos días de frio. Y, aprovechando la ocasión, utilizamos el posavasos de la cerveza para desearos a todos una Feliz Navidad.


domingo, 20 de diciembre de 2009

La Geria malvasía seco 2006

Como ya conté hace unos días, La Geria es un paraje natural de Lanzarote donde se cultivan viñedos y se elaboran vinos con denominación de origen. La variedad de uva principal es la blanca malvasía que produce vinos secos, dulces y semidulces. Una característica especial de estos viñedos, aparte de la dificultad de su cultivo, es que no son injertados, pues la filoxera afortunadamente no llegó a las islas Canarias por lo que, a decir de los expertos, el carácter de cada variedad se mantiene en toda su pureza.
También se llama La Geria una de las bodegas que visité durante mi reciente estancia en Canarias. Ya comenté que en esta bodega atendían continuamente a grandes grupos de turistas, para lo que estaban muy bien preparados. También tenían sus vinos a la venta perfectamente envueltos para viajar, rodeados de plástico de burbujas. Muy práctico, pero un error para mí. Ese envoltorio me impidió ver que el blanco joven que me llevaba no era de 2008, lo que hubiera sido deseable, sino de 2006. Y al abrirlo se nota bastante. Una pena y una mala costumbre de muchas bodegas que no me parece sea de recibo.
El vino de aspecto está correcto. Brillante y de tono amarillo pajizo. Pero ya en aromas flojea pues se le nota que pasó su mejor momento, aunque conserva notas florales y frutales no muy intensas. Y lo mismo ocurre en boca, donde resulta fresco y muestra una buena persistencia, aunque también deja notar su excesivo tiempo en botella.
En definitiva, pienso que es un vino correcto, pero apostaría a que en su momento fue bastante mejor. Lástima que la misma bodega tire piedras en su propio tejado.

sábado, 19 de diciembre de 2009

L'amiral sauvignon blanc 2007

Acompañamos hoy la comida con este blanco de la denominacion Sancerre. Es de tonalidad dorada clara. Tiene suaves aromas de flores y frutas blancas. Y en boca es suave, equilibrado y con una buena persistencia. Resulta muy agradable.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Restaurante Mandarín (Hotel Riu Oliva Beach)

Restaurante Mandarín
Dirección: Avda. Grandes Playas, Corralejo, Fuerteventura
Teléfono: 902400502
Web: www.riu.com
Precio orientativo: n/a (sólo para huéspedes del hotel)

Como ya comenté hace unos días, en el hotel en que me alojo hay dos restaurantes temáticos que funcionan a la hora de cenar. El segundo de ellos es de comida oriental y lo llaman Mandarín. Está en un salón elegantemente decorado con maderas lacadas en negro y algunos farolillos colgando del techo. Estilo oriental, pero sin estridencias innecesarias.

Básicamente es un restaurante de comida china, aunque también se encuentran especialidades japonesas, como el sushi, las verduras en tempura o el pollo teriyaki. Allí estos días he cenado algunos platos verdaderamente interesantes.

Entre los primeros destacaría el Rollito de primavera o las Verduras en tempura. También la Ensalada de arroz con pollo y cacahuetes.

De entre los segundos son reseñables el Filete de perca adobado y sobre todo el Lomo de buey con salsa de sésamo, unos finísimos filetes de buey marinados en una salsa especiada.

Para acompañar los platos había distintas salsas disponibles, entre ellas la de cacahuete. Para mi gusto le faltaba un toque picante, pero por lo demás estaba bien conseguida. La utilicé con unos fideos, a los que realzó notablemente.

Pero casi lo mejor de todo fue el postre. El Plátano frito con salsa de miel está delicioso. Para mi gusto mejor incluso que el plátano flambeado (ahora que lo he probado) del temático canario. Desde el principio atrae con intensos aromas dulces y tostados. Además, al estar el plátano frito, resulta muy suave y dulce y la salsa de miel lo complementa de maravilla. Y por supuesto, la materia prima, no hace falta decirlo, que aquí es excelente.

Un punto más a favor de este lugar.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Lanzarote

Hoy he aprovechado la cercanía de la isla de Lanzarote para visitarla. A bordo del elegante ferry Volcán de Tindaya no se tarda más de media hora en llegar desde Corralejo hasta Playa Blanca.
Nada más llegar se ve que el paisaje cambia. Lanzarote es una isla de negras rocas volcánicas en la que destacan las blancas casas encaladas de sus pueblos.

Además en Lanzarote se cultiva y más en concreto, se cultiva la vid. No es algo sencillo: hay que cavar para retirar la lava y llegar a la tierra fértil y también hay que proteger las plantas. Tampoco la vendimia debe ser nada fácil. El resultado es un paisaje casi alienígena pero de extraña belleza. Recorriendo la carretera que cruza el Valle de La Geria se pueden ver los viñedos y visitar sus bodegas, que elaboran fundamentalmente vinos blancos de la variedad malvasía y tintos de la autóctona listán.

Una de las primeras bodegas que aparecen junto a la carretera es La Geria. Se puede visitar lo que es la bodega en sí, pero hay que avisar con antelación. Lo que siempre se puede es probar sus vinos en la tienda que tienen abierta al efecto. Yo he probado los más típicos, es decir, un blanco de malvasía (en este caso seco) y un tinto de listán. El blanco me ha gustado y el tinto me ha parecido, como poco, original, así que me he llevado una botella de cada. El problema de esta bodega es que resulta muy turística: en el tiempo que a mi me ha llevado probar dos vinos y comprar dos botellas han pasado por allá no menos de cuatro autobuses de turistas, con el barullo que se puede imaginar. Aun así me han atendido perfectamente.

Más adelante he llegado a Bodegas El Grifo (por el animal mitológico, que nadie piense nada raro :-). Tienen un pequeño museo del vino que resulta interesante de ver. Con la entrada se incluye la cata de uno de sus vinos. Además de los habituales malvasía seco, dulce y semidulce, tenían también otros vinos más originales como un tinto de listán con algo de shiraz, un espumoso de malvasía o un malvasía dulce de tres cosechas distintas y envejecido en madera. Al final me he decidido a probar este último y ha sido todo un acierto. Su aroma de pasas y madera era tan intenso que me ha llegado nada más servir la copa. De color yodo por su edad y envejecimiento, resultaba en boca dulce y ajerezado. No he tenido más remedio que llevarme una botella. Aquí además no había aglomeraciones y la cata ha resultado muy instructiva puesto que he podido preguntar por todos sus vinos y me han contestado amablemente y con todo detalle. Una visita muy provechosa.

Tras la visita de estas bodegas he seguido camino hacia otra parada obligada en Lanzarote, la Fundación César Manrique. La fundación se encuentra en Taro de Tahíche, la que fuera casa del artista que tan decisivamente contribuyó a que Lanzarote sea lo que es hoy. En ella se puede admirar la arquitectura que, por ejemplo, aprovecha burbujas volcánicas para alojar acojedores salones y también varias obras del propio Manrique, así como de otros artistas tales como Picasso o Miró.
Como ya iba siendo hora de comer me he dirigido hacia la costa oeste de la isla. Me habían recomendado la localidad de El Golfo como un buen sitio para comer y así es. Allí se encuentran numerosos restaurantes con especialidades en pescados y mariscos. Yo me he detenido en Casa Torano, un restaurante en el que es posible comer cómodamente sentado en su terraza a pocos metros del mar.
Restaurante Casa Torano
Dirección: Avda. Marítima El Golfo 36, El Golfo, Yaiza, Lanzarote
Teléfono: 928173058
Precio orientativo: 35€

Para entrantes me han recomendado los productos que tenían frescos del momento. Entre ellos he elegido unas lapas que verdaderamente recordaban en su sabor al mar del que acababan de salir. Como segundo he tomado una parrillada de pescado que también ha resultado excelente. Como bonus, acompañando al pescado había unas papas arrugadas que estaban deliciosas, sobre todo añadiéndoles un poquito de mojo picante.
He acompañado la comida con una copa de malvasía seco que ha demostrado sus virtudes, maridando a la perfección con ambos platos.
Tras la comida he proseguido mi visita recorriendo el Parque Nacional de Timanfaya. Es una zona protegida en la que se encuentran varios volcanes que aún mantienen algo de actividad. Los paisajes de negras rocas volcánicas y montañas son espectaculares.



Para terminar me he dirigido a Teguise, antigua capital de Lanzarote. Es una bonita población de casas blancas en las que además se pueden admirar edificios como la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe o el Castillo de Santa Bárbara.



Y con todo lo anterior ya el sol se ponía y mi tiempo en Lanzarote llegaba a su fin. Había mucho más para ver, pero tendrá que ser en otra ocasión. De nuevo el ferry me ha traído de vuelta a Fuerteventura, donde ya me quedan pocos días de estancia. Intentaré disfrutarlo hasta el final.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Restaurante Canario (Hotel Riu Oliva Beach)

Restaurante Canario
Dirección: Avda. Grandes Playas, Corralejo, Fuerteventura
Teléfono: 902400502
Web: www.riu.com
Precio orientativo: n/a (sólo para huéspedes del hotel)

El hotel Riu Oliva Beach es un complejo hotelero (lo que ahora llaman un resort) situado en la zona de las Grandes Playas, en Corralejo, Fuerteventura.
El comedor principal del hotel (llamado Restaurante Atlántico) es un bufet en el que se encuentra comida de buena calidad y de una asombrosa variedad.

Pero además en el hotel hay dos restaurantes que denominan temáticos y en los que sólo se dan cenas, previa reserva además, dado su pequeño tamaño. El primero de ellos y que comento hoy es el Canario. También funciona a modo de bufet pero, como su nombre indica, con una selección de especialidades propias de las Islas Canarias para elegir.

De entre lo que me pareció más reseñable están entre los primeros el Arroz con conejo y caracoles o las Patatas arrugadas con mojo. El primero podía ser similar a una paella, sabroso, aunque hay que decir que los caracoles que me tocaron en suerte debían haber sufrido la crisis inmobiliaria porque habían abandonado sus casas tiempo antes de llegar a mi plato. También las patatas estaban sabrosas y además el típico mojo canario, verde en este caso, las acompañaba de maravilla.
De entre los segundos me llamaron la atención los pescados. Había Pescado frito y también Filete de mero con mojo. Y una preparación de carne con mezcla de sabores dulce y salado, la Pechuga de pollo con piñones, pasas y cebolla verde.
Para postre quería probar el plátano flambeado que figuraba en la carta, pero lamentablemente no había. Así que me tuve que conformar con unos trozos de melocotón en almíbar, eso sí, regados con un poquito de licor de plátano. :-)

En definitiva, un sitio en el que conocer algunas de las elaboraciones más típicas de la cocina canaria sin tener que salir del hotel.

Actualización:

Hoy, a modo de despedida, he vuelto a cenar en el restaurante temático canario. De nuevo, al ser un bufet, he podido probar varios platos en pequeñas cantidades. Entre los primeros he elegido un Salteado de judías verdes con cebolla y tomate y también unos Fideos gordos con pescado y marisco. Ambas opciones muy satisfactorias.

Para segundo he tomado una excelente Pechuga de pollo con piñones, pasas y cebolla verde. El pollo estaba ya troceado y el acompañamiento hacía una sabrosa salsa. Además le he añadido un poco de arroz blanco que lo ha complementado estupendamente. Y también de segundo he probado un Asado de pierna de cerdo acompañado de una rica salsa.

Además hoy sí había Plátano flambeado para terminar una muy agradable cena.

martes, 8 de diciembre de 2009

Paisajes de Fuerteventura

Llaman a Fuerteventura la isla tranquila. Y es fácil entender por qué. Aquí no hay prisas, no hay aglomeraciones, no hay atascos. Lo que sí hay son soberbios paisajes.
En Fuerteventura la arena de las playas se confunde con la del desierto. Se puede llegar en bicicleta hasta Corralejo por caminos entre el mar y las dunas. Pero también se pueden ver montañas y disfrutar de la arquitectura local en el camino que lleva desde La Oliva a Betancuria, antigua capital de la isla. Y paisajes todavía más espectaculares si se tiene la presencia de ánimo de continuar por una estrecha y virada carretera de montaña hasta volver a la costa en Ajuy.
Pongo a continuación algunas fotos que he hecho estos días.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Fuerteventura

Las islas Canarias se encuentran en una latitud mucho más meridional que la península Ibérica. Esto hace que gocen de un clima excepcional, similar a una eterna primavera. Por eso en invierno son un destino ideal para pasar unas vacaciones alejado del frío.
Y aquí estoy, en Fuerteventura, una isla en la que predomina el paisaje desértico de dunas y donde hoy mismo he disfrutado de un soleado día de playa tomando el sol e incluso bañándome en el mar. Todo esto mientras recordaba las nieves que había visto tan sólo un día antes durante mi viaje hasta aquí.
Pero no todo va a ser sol y playa. Espero también tener tiempo para conocer algo más de la isla y de la gastronomía local. Y contarlo en este mismo blog.
Por cierto, no he retocado la foto. El color es real. El cielo y el mar se ven así de bonitos en la zona de las Grandes Playas. El intenso azul del mar se debe a lo limpia que está el agua. Nadar aquí es una verdadera gozada.

martes, 1 de diciembre de 2009

Gayarre, restaurante

Gayarre
Dirección: Ctra. Aeropuerto, nº 370, Zaragoza
Teléfono: 976344386
Web: www.restaurantegayarre.com
Precio orientativo: 50€

El Gayarre es probablemente uno de los más conocidos restaurantes de Zaragoza. Siempre había oído hablar muy bien de él y tenía ganas de probarlo. Al fin la ocasión llegó y éstas han sido mis impresiones.

Para empezar el lugar de por sí ya invita a disfrutar tranquilamente de una buena comida: el Gayarre es un caserón con varios comedores (también dan banquetes) de elegante decoración y rodeado de plácidos jardines.
El servicio es lo que uno espera encontrar en un restaurante de categoría: atento, eficaz y además muy amable.
La carta es amplia, con platos tradicionales en los que sin embargo se permiten elaboraciones modernas. Llama la atención la variedad de pescados y mariscos pese a no ser precisamente típicos de la zona. También la carta de vinos muestra una cuidada selección capaz de contentar a cualquiera.

Antes de empezar a comer nos obsequiaron con unos aperitivos. Un choricillo frito y unas aceitunas muy bien elaboradas junto con un poco de tomate natural para untar en pan. Esto último, combinado con el excelente aceite de oliva que teníamos en la mesa (una botellita de Dauro, de bodegas Roda) resultó ser delicioso.

Muy pronto llegaron los primeros platos. Una sopa de chilindrón con albóndigas de bacalao. El chilindrón hacía una sopa muy sabrosa y a la vez acompañaba perfectamente a unas suaves bolas de bacalao. Todo ello bien calentito, lo que en un día frío resultaba aún más de agradecer.
El otro primero era un carpaccio de pulpo con salsa de patata y aceite de pimentón. Ni más ni menos que una deconstrucción del clásico pulpo a la gallega. Un resultado igual en sabor pero totalmente diferente en texturas. Muy logrado y servido además con una selección de distintas sales para aderezarlo: una sal de Ibiza, otra roja de Hawai y una tercera, denominada de diamante, en roca y con su rallador para servirse uno mismo.
Tras los primeros, los segundos no se hicieron esperar. Los riñoncitos de lechal con arroz basmati estaban exquisitos.
Por otra parte la hamburguesa con croqueta de queso, cebolla caramelizada y salsa de mostaza era otra originalidad de la casa. Encontrar una hamburguesa en la carta de un restaurante así es como poco sorprendente, pero viendo los detalles de su elaboración había que probarla. Las propias hamburguesas eran de carne de calidad. Picada con fina textura y gran sabor. En su punto, algo tostadas por fuera y uniformemente bien hechas (pese a su grosor) por dentro. Y el acompañamiento completaba lo que sería una hamburguesa con queso en un nuevo ejercicio de deconstrucción totalmente exitoso al añadir el queso rebozado, la cebolla caramelizada aportando un agradable toque dulce y la salsa de mostaza, más suave que una mostaza normal. También había unas patatas fritas en finas láminas. Por supuesto, de ketchup ni hablar. :-)
Mientras esperamos los postres tuvieron el detalle de ofrecernos unas uvas de mesa para picar. Grandes y jugosas aunque mucho menos dulces que las que se suelen emplear para elaborar vino.




Entre los postres había varias elaboraciones de repostería, como las cañas rellenas de crema.
Y también otra sorpresa: el dulce de borraja con melocotón y yogurt. Presentado en un vaso con los ingredientes separados por capas. Primero se encontraba el yogurt con textura de mousse. Inmediatamente debajo estaban los trozos de melocotón. Y en la parte inferior la borraja, preparada en dulce pero conservando a la vez su característico sabor. Ya sé que esta verdura no es del gusto de todo el mundo, pero a mi me ha encantado. Además llevaba azúcar sin disolver que crujía dulcemente al morderla.
Para acompañar la comida seguimos el consejo del sumiller, quien tras una agradable conversación sobre distintos vinos, nos recomendó un blanco Inédito, de Bodegas Lacus [flash], de Aldeanueva de Ebro. Nos explicó que este vino se elabora a partir de garnacha gris y también nos aseguró que lo tienen en exclusiva en este restaurante. El vino, de 2008 y con un respetable 13% de alcohol, tenía un color pajizo de baja intensidad aunque mostraba algún reflejo muy pálido de tono salmón. Sus aromas eran más frutales que florales, de intensidad media baja. Y en boca tenía un inicio fresco y algo dulce que se desvanecía pronto, dejando una sensación cálida. Correcto, resultó particularmente adecuado con los primeros.

Terminada la comida nos ofrecieron una copita de pacharán, con el detalle de que se encontraba parcialmente helado, con finas láminas heladas que se fundían apenas entrar a la boca. Una última sensación original para acabar.



En conclusión, un restaurante en el que se puede disfrutar relajadamente de una comida tradicional con detalles de modernidad muy bien incorporados.