domingo, 9 de agosto de 2015

Un fin de semana en Uppsala

Uppsala una ciudad sueca situada unos 78 km al noroeste de Estocolmo. Es la cuarta mayor ciudad de Suecia después de Estocolmo, Göteborg y Malmö. Los inicios de la ciudad los encontramos kilómetros más al norte de su localización actual, en Gamla Uppsala. Es también una ciudad estudiantil, en ella se encuentra universidad más antigua de Escandinavia, la Universidad de Uppsala, fundada en 1477. Ahí han estudiado muchas personalidades suecas, entre ellas, nuestro amigo Linneo.


Carlos Linneo nació en Rashult (Suecia) en 1707 y falleció en Uppsala en 1778. Cursó estudios en las universidades de Lundt y Uppsala donde se estableció como médico privado y, a partir de 1741, como profesor de medicina de la universidad.
Se le considera el creador de la clasificación de los seres vivos o taxonomía, desarrolló un sistema de nomenclatura binomial que hoy seguimos usando. La publicación de su obra Species plantarum en 1753 marca el inicio oficial de la aplicación de la nomenclatura moderna en la biología. 


Llegamos a la ciudad en tren desde Estocolmo, unos 45 minutos de trayecto. Nuestra primera parada en Uppsala fue en la universidad, donde tuvimos la gran oportunidad de visitar el herbario (con cita previa). Y es que, cuando la botánica es tu pasión, este es un momento único en la vida. El profesor a cargo del herbario nos mostró antiguas colecciones de plantas que guardan allí y luego pudimos estar en el herbario moderno, donde la experta en la materia revisó algunos pliegos.

Habíamos quedado en la cantina de la universidad para comer, así que dirigimos nuestros pasos hacía allí. Como hacía un día muy bueno, nos quedamos en las mesas de la calle para hacer un poco la fotosíntesis. El menú consistió en hamburguesas, ensalada de salmón y ensalada de gambas. Ojo a las gambas, ¿cuantas nos hubieran tocado si la ensalada fuera made in Spain? Y mucho cuidado con la fauna, como ponía en un cartel, que los pájaros estaban  listos para llevarse la comida de los platos.




Aprovechamos la tarde para ver el Jardín botánico. Este jardín se fundó en el año 1655 y fue el primero de este tipo en Suecia. Un gran incendio lo destruyó en su mayor parte pero en 1741 Linneo fue nombrado responsable del jardín y comenzó su restauración. El resultado es lo que vemos hoy en día. De estilo francés, unas 1300 especies diferentes se cultivan aquí. El jardín jugó un papel muy importante para Linneo como profesor, ya que tenía un propósito educacional. Nada mejor que aprender en la propia naturaleza y no en un dibujo de un libro.



Y por la tarde barbacoa en la universidad. ¡Sidra, cerveza, comida a la brasa y muy buena compañía!


El sábado lo teníamos reservado para ir al campo. Después de un grandísimo desayuno español, con jamón serrano, queso, pan con tomate y aceite... atravesamos la ciudad parando para visitar la catedral, de estilo gótico, donde está enterrado  Linneo.


Nos cruzamos también con algún famoso. ¿Tal vez éste era el auténtico Thor? Y aprovechamos para comprar unos Kardemummabular en el pequeño mercado al aire libre que encontramos en la plaza. ¡Más ricos aun que los de canela de Estocolmo!

La intención era caminar por la orilla del río Fyrisån para llegar al lago Malaren. A ratos seguimos un Linnéstig, uno de los senderos botánicos que Linneo recorría con sus alumnos.



Confieso que no llegamos al lago, aunque no estaba lejos. Nos despistamos observando aves, plantas, comiendo en un embarcadero viendo pasar barquitos, haciendo ejercicio en un gimnasio vikingo... disfrutando de un día de relax al aire libre.



Para terminar el día cena y cine. Tomamos algo en una taberna estilo irlandés, hamburguesas, mejillones, fish and chips y postres compartidos. No nos vamos a olvidar de la peli, Guardians of the Galaxy, en versión original subtitulada en sueco. ¡Sesión friki juntos después de tantos años!




¡Y ya domingo! Aprovechamos nuestro último día en Uppsala para conocer los orígenes de la ciudad. Situada a unos 4 km del centro de la ciudad, Gamla Uppsala es un conjunto de túmulos construidos entre los siglos VI y XII. Destacan tres de ellos, los más grandes, en los que se dice que están enterrados grandes reyes vikingos. Hay un pequeño museo en el que merece la pena entrar para empaparse la historia del lugar. La iglesia de estilo románico comenzó a construirse en el siglo XII y fue la primera catedral de Uppsala. En la foto vemos el campanario, que está separado de la iglesia.



Muy cerca de la iglesia se encuentra el restaurante Odinsborg, Aprovechamos para disfrutar de algunos platos típicos de la zona, como el pastel de queso Västerbotten. Su sabor nos recordó un poco al del queso parmesano. En las fotos vemos también un salmón marinado con patatas en salsa y filete de cerdo en salsa. Todo muy rico.



No nos dio tiempo a visitar la casa de Linneo, donde vivió entre 1743 y 1778, y que hoy es un museo. Al lado de la casa hay un pequeño jardín botánico al que echamos un ojo desde la valla. Nos quedamos con muchas ganas de entrar.


Para despedirnos de la ciudad y casi preparando un nuevo viaje nos fuimos a cenar al restaurante Longhorn Texas. Además de cerveza y buena carne, encontramos sidra de pera.


 


El lunes vuelta a España con la maleta llena de arenques, queso, galletas, cecina de reno y buenos recuerdos. De Uppsala me quedo con su tranquilidad y su proximidad a espacios verdes. ¡Nos encantó! Les mando desde aquí un abrazo muy fuerte a nuestros amigos Fernando y Mirjam, ellos hicieron posible este viaje de reencuentro. ¡Volví adicta a la cachuela extremeña! Espero que disfruten conociendo Texas, tal vez el destino de mi próximo viaje. Pero necesitaré compañeros... ¿Quien se apunta? :-D

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