Los vinos de Gran Canaria se elaboran actualmente amparados por la D.O. Gran Canaria. Esto es así desde el año 2006 en que se unieron la D.O.
Monte Lentiscal, que abarcaba el municipio de Monte Lentiscal y otros
cercanos en la zona noreste de la isla, con la D.O. Gran Canaria que
cubría el resto de su territorio. En todo caso los vinos de la antigua
denominación Monte Lentiscal siguen llevando el detalle de su origen en
la etiqueta.
En mi reciente estancia en Gran Canaria tuve la fortuna de poder visitar una bodega muy especial, situada precisamente en la subzona de Monte Lentiscal, Bodegas Plaza Perdida, donde también se elaboran los Vinos la Vica. Esto fue gracias a un amigo, Antonio, que me presentó al enólogo y viticultor Luis Molina.
Luis está reconocido como el primer enólogo canario y acredita ya una gran experiencia, puesto que ha trabajado para distintas bodegas de Gran Canaria siendo responsable de algunos de los vinos más conocidos de esta isla. En estos momentos elabora los vinos de la Bodega Plaza Perdida así como los de su propio proyecto, Vinos la Vica, que nos explica con gran detalle y entusiasmo.
En primer lugar visitamos la bodega. Aquí su dueño Santiago Robaina, conocido como Marcelo, amablemente nos enseña el lugar. En el exterior podemos ver una prensa antigua que da cuenta de la tradición vinícola de la zona. Pero dentro del edificio encontramos una instalación moderna, cuidada y adecuada para el pequeño volumen de producción que se elabora. Disponen de una prensa moderna y una embotelladora. También vemos una pequeña sala de barricas para la crianza de los vinos. Terminamos la visita a la bodega probando su excelente tinto de listán negro con tres meses de crianza en roble francés.
Posteriormente nos dirigimos a la finca de Luis donde vemos con más detalle sus viñedos. Cultivados sobre terreno volcánico, en espaldera y con riego se puede apreciar que se encuentran bien cuidados, con el esmero que merece la materia prima para unos vinos de calidad. Las variedades elegidas son las que mejor se adaptan a la zona. El listán negro que se complementa con la tintilla para tintos y en blancos la malvasía y el moscatel, que también se elabora seco.
Es precisamente la combinación de variedades elegidas, unida a una crianza de tres meses en barrica de roble francés, lo que da a estos vinos su carácter y los diferencia de otros de la zona. Por ello resultan unos vinos de más complejidad que unen a sus características frutales las notas de madera que proporciona la crianza. Lo comprobamos disfrutando del vino de Viñas la Vica, muy similar, como era de esperar, al que probamos antes, pues ambos siguen el mismo proceso de elaboración.
En definitiva, estamos hablando de una producción muy limitada y muy cuidada de vinos de alta calidad totalmente recomendables para quien quiera disfrutar de buenos vinos de Gran Canaria. Una visita muy instructiva para mí que aprovecho para agradecer de nuevo a mis anfitriones.
En mi reciente estancia en Gran Canaria tuve la fortuna de poder visitar una bodega muy especial, situada precisamente en la subzona de Monte Lentiscal, Bodegas Plaza Perdida, donde también se elaboran los Vinos la Vica. Esto fue gracias a un amigo, Antonio, que me presentó al enólogo y viticultor Luis Molina.
Luis está reconocido como el primer enólogo canario y acredita ya una gran experiencia, puesto que ha trabajado para distintas bodegas de Gran Canaria siendo responsable de algunos de los vinos más conocidos de esta isla. En estos momentos elabora los vinos de la Bodega Plaza Perdida así como los de su propio proyecto, Vinos la Vica, que nos explica con gran detalle y entusiasmo.
En primer lugar visitamos la bodega. Aquí su dueño Santiago Robaina, conocido como Marcelo, amablemente nos enseña el lugar. En el exterior podemos ver una prensa antigua que da cuenta de la tradición vinícola de la zona. Pero dentro del edificio encontramos una instalación moderna, cuidada y adecuada para el pequeño volumen de producción que se elabora. Disponen de una prensa moderna y una embotelladora. También vemos una pequeña sala de barricas para la crianza de los vinos. Terminamos la visita a la bodega probando su excelente tinto de listán negro con tres meses de crianza en roble francés.
Marcelo muestra su vino, entre Antonio y este cronista |
Posteriormente nos dirigimos a la finca de Luis donde vemos con más detalle sus viñedos. Cultivados sobre terreno volcánico, en espaldera y con riego se puede apreciar que se encuentran bien cuidados, con el esmero que merece la materia prima para unos vinos de calidad. Las variedades elegidas son las que mejor se adaptan a la zona. El listán negro que se complementa con la tintilla para tintos y en blancos la malvasía y el moscatel, que también se elabora seco.
Es precisamente la combinación de variedades elegidas, unida a una crianza de tres meses en barrica de roble francés, lo que da a estos vinos su carácter y los diferencia de otros de la zona. Por ello resultan unos vinos de más complejidad que unen a sus características frutales las notas de madera que proporciona la crianza. Lo comprobamos disfrutando del vino de Viñas la Vica, muy similar, como era de esperar, al que probamos antes, pues ambos siguen el mismo proceso de elaboración.
En definitiva, estamos hablando de una producción muy limitada y muy cuidada de vinos de alta calidad totalmente recomendables para quien quiera disfrutar de buenos vinos de Gran Canaria. Una visita muy instructiva para mí que aprovecho para agradecer de nuevo a mis anfitriones.
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