Se ha celebrado en la Ribera del Duero el Concurso de Tapas, Pinchos y Banderillas que, como el año pasado, hemos vuelto a presenciar.
Son muchos establecimientos los que hemos tenido la oportunidad de visitar, y bastantes (quizá demasiadas) las tapas que hemos probado entre el 19 y el 28 del lluvioso pasado mes de abril.
El primer fin de semana hubo bastante afluencia de gente en la gran mayoría de los establecimientos, sobre todo los del centro de Aranda, se notaba que empezaba el concurso con gran espectación por parte de todos. También durante el día festivo de Castilla y León, en el que la gente se animó a salir de tapas dado el buen tiempo.
El primer lugar al que entramos a probar suerte fue el Asador Casa Florencio, donde se presentaban dos tapas. Casiopea, tapa caliente, y Andrómeda, la fría, ambas de lechazo, curioso el acompañamiento servido en un pequeño vaso de chupito, la fría con salsa de pimiento y vichyssoise y la caliente con un pequeño sorbete de romero. El vino elegido para el maridaje fue Lu&Be 2010 de Bodegas Dominio de Cair, situada en La Aguilera.
Seguidamente fuimos al Restaurante El Lagar de Isilla, donde había dos tapas igualmente. Placer adulto era el nombre de la tapa caliente, con lechazo como materia prima, y 007: Mezclado no agitado el nombre de la tapa fría debido a la presentación en una copa de cóctel. La primera consistía en una masa crujiente con un guiso de lechazo bañado con salsa y espuma tropical (maracuyá, piña y mango) decorado con chocolate crujiente. La segunda tenía en el fondo de la copa tomate caramelizado con mousse de anchoas y crema de pimientos, la decoración tenía una recreación de aceituna y, en vez de pajita, espaguetti frito, galleta salada casera y salsa de naranja con martini. El vino era El Lagar de Isilla Roble o El Lagar de Isilla Rosado, de Bodegas El Lagar de Isilla, en La Vid. Podemos ver el resultado y la explicación de la elaboración de ambas tapas en este video.
Después nos acercamos al Bar Restaurante Cine Aranda, de reciente apertura. La tapa caliente, Clásica, consistía en una pequeña pizza con tomate, queso y lechazo. Y la tapa fría, Revolución. Ambas acompañadas con Rivendel, de Red Bottle International.
También nos pasamos por el Bar Restaurante El Somatén, en que probamos las dos tapas, Pajares y Esteso, sí sí, éstos eran los nombres de las dos tapas. La tapa caliente consistía en un pequeño bocatita de chistorra con una salsa de mostaza presentado con un papel a cuadros. Lu&Be de Bodegas Dominio de Cair para acompañar a ambas tapas.
En el Asador El Ciprés se presentaba una única tapa, Caprichos, una tapa caliente que podíamos acompañar con Rivendel Tinto de Red Bottle International, o Arrocal Rosado, de Bodegas Arrocal. Se trataba de una mezcla de setas y foie con crujiente de arroz.
Ya para la segunda tanda de pinchos fuimos a otros establecimientos. Comenzamos en Bar La Biblioteca, un pequeño lugar en el que había dos tapas El Refranero (Uvas y queso saben a beso) y El Principito. La primera, la fría, era un triángulo de pan de torta de Aranda con queso y mermelada, decorada con una gominola y almendra picada, todo ellos acompañado de Rosado y Tinto Barrica Morozán, de Bodega La Asunción de Nuestra Señora, de Gumiel de Izán.
En La Resinera, pudimos probar una tapa distinta, una brocheta llamada Brotes Verdes, elaborada con gambas a la plancha y un toque de chocolate, con crujiente de maiz y brócoli. Una tapa caliente apta para celíacos. Alvides Barrica, de Bodega Casado Alvides, de Villalba de Duero, fue el vino que acompañaba a la brocheta.
Cafetería Garden era el siguiente establecimiento de nuestra particular ruta. La tapa fría era Frescura, que tenía una base de aguacate y cebolla roja donde se situaba una gamba en ceviche y tomate cherry regado con una farsa de aceituna negra y anchoa y unas virutas de chocolate negro. Pero elegimos la Tapa caliente, denominada Flor de Garden, que llevaba en el fondo patata pochada con cebolla, una capa de distintas setas y hongos (champiñon, trompeta negra, trufa) y un huevo trufado poché en forma de flor, todo ello decorado con un crujiente de jamón y aceite de pimiento dulce. Muy rico y sabroso. El vino que tomamos fue Rubiejo Barrica, de Bodegas y Viñedos Alto Sotillo.
Seguidamente nos pasamos por el Bar-Restaurante Trasgu, a probar ambas tapas. La caliente, Mini Burguer Kobe, era una pequeña hamburguesita en pan de torta de Aranda de buey japonés, rúcula, queso y compota de tomate. La tapa fría se llamaba Kumato Sorpresa, y se trataba de un tomate, de la variedad kumato, relleno de mousse de ventresca sobre un fondo de gazpacho y aceite de perejil. La explicación en el video. Tinto joven Manso, de Bodegas Asenjo y Manso, era el vino acompañante.
En el Mesón-Bar Las Cubas también se presentaban dos tapas. "Del mar el mero" "y de la tierra el cordero" era el nombre de ellas, ambas calientes. La primera, unos taquitos de mero con patata cordobesa bañados con una reducción de naranja y salpicados de almendras, servido en una concha de vieira. La segunda, una brocheta crujiente de mollejas. Para beber, pudimos elegir entre Recorba Tinto, de Real Sitio de Ventosilla, o Alto Miraltares Rosado, de Bodega Alto Miraltares.
Cambiamos de zona para llegar al Mesón El Cordero y probar su única tapa, en este caso caliente, la Suprema de Lechazo con foie, que llevaba, como su propio nombre indica, lechazo con foie sobre un pan de torta con cebolla caramelizada, crujiente de puerro y tomate. Muy sabrosa esta otra manera de comer lechazo. Si os quedáis con ganas, podéis ver el video donde se explica cómo se elabora. Y para beber, Admiración Ricardo, de Bodegas Rojo.
Para culminar la noche, nos decidimos por Casa Silviano, para degustar su tapa caliente, Lomo a las finas hierbas. Un lomo a la plancha, de adobado casero, característico del local, acompañado con un pimiento verde a la plancha. Y el vino elegido era Silencio de Valdiruela, de Bodegas Castillo de Gumiel.
En otra sesión de la ruta, aprovechando nuestra visita a Bodegas Portia en Gumiel de Izán, probamos la tapa que allí se ofrecía, Bocadito de Portia. Una tapa fría apta para celíacos consistente en lechazo churro escabechado, piña, rúcula, canónigo, caramelo de ajo, crema de módena y pil-pil servido sobre pan de torta. Podéis ver la elaboración en el video. El vino, como no podía ser de otra forma, fue Ebeia crianza.
Y de vuelta a Aranda, no pudimos resistirnos a probar los famosos eschabechados del Mesón de la Villa. Por eso, nos decantamos por la tapa fría, De nuestros escabechados, un muslo de codorniz escabechado, pimiento confitado, maché, cebolla escabechada con aceite y vinagre sobre una tosta de pan. La otra opción era la tapa caliente, Torrezno marino, una corteza de cerdo molida con langostino, reducción de vino dulce y pasas acompañando al torrezno. Mucho mejor lo explican personalmente en este video. Para beber dos opciones, Claro Silencio Valdiruela, de Bodegas Castillo de Gumiel, o Tinto Valnogal 6 meses, de Bodegas y Viñedos Robeal.
En el Plan 37, pudimos probar las dos tapas que se ofrecían: Caribe, la caliente, un crepe de lechazo, queso e ibéricos con reducción de Ribera y Pedro Ximénez; y Antártida, la fría, caramelo de chocolate relleno de salmón y bacalao marinados con mango, acompañado por un chupito de zumo de frutas del bosque. El vino, Ebeia, de Bodegas Portia.
Nos pasamos después por el Restaurante La Perla a probar su Bombón lechal, ya que el día anterior nos comentaron que se había terminado, y para no perder nuestra oportunidad, por ahí que fuimos. La tapa, que estaba acompañada por Rivendel, de Red Bottle International, era caliente y tenía la apariencia de un flan, ya que llevaba huevo y una salsa decorada con piñones. Pero mucho mejor se explica en el video.
Restaurante Arandos era el siguiente punto de nuestra ruta. Aquí había dos tapas y probamos ambas. La caliente, riquísima, llamada Nido de lechazo, un timbal de patata de Burgos con lechazo churro asado con su salsa, setas de cardo y huevo soufflé gratinado con reducción de vino tinto. Y Dolce Vita era un cóctel frío sobre una base de salmorejo y ajo blanco decorado con uvas tempranillo, crujiente de jamón y aceite de pimentón. Mucho mejor ver la elaboración en el video. El vino, como no podía ser de otra forma, Lagar de Isilla Roble o Rosado.
Para terminar la noche, nos dirijimos al Asador Restaurante Miguel, donde probamos la tapa que allí tenían, la ¡¡Siono!!, es decir, un paté de lechazo con melocotón caramelizado, patata asada laminada, pasta gratinada, tomate natural y perejil. No sabemos si es la mezcla del melocotón con el lechazo, o que ya habíamos probado unas cuantas tapas, pero ésta no nos supo especialmente buena, además, la pasta gratinada dejaba que desear. El vino que acompañaba la tapa era Sentido, de Bodegas y Viñedos Neo, en Castrillo de la Vega.
En el Mesón-Bar Las Cubas también se presentaban dos tapas. "Del mar el mero" "y de la tierra el cordero" era el nombre de ellas, ambas calientes. La primera, unos taquitos de mero con patata cordobesa bañados con una reducción de naranja y salpicados de almendras, servido en una concha de vieira. La segunda, una brocheta crujiente de mollejas. Para beber, pudimos elegir entre Recorba Tinto, de Real Sitio de Ventosilla, o Alto Miraltares Rosado, de Bodega Alto Miraltares.
Cambiamos de zona para llegar al Mesón El Cordero y probar su única tapa, en este caso caliente, la Suprema de Lechazo con foie, que llevaba, como su propio nombre indica, lechazo con foie sobre un pan de torta con cebolla caramelizada, crujiente de puerro y tomate. Muy sabrosa esta otra manera de comer lechazo. Si os quedáis con ganas, podéis ver el video donde se explica cómo se elabora. Y para beber, Admiración Ricardo, de Bodegas Rojo.
Para culminar la noche, nos decidimos por Casa Silviano, para degustar su tapa caliente, Lomo a las finas hierbas. Un lomo a la plancha, de adobado casero, característico del local, acompañado con un pimiento verde a la plancha. Y el vino elegido era Silencio de Valdiruela, de Bodegas Castillo de Gumiel.
En otra sesión de la ruta, aprovechando nuestra visita a Bodegas Portia en Gumiel de Izán, probamos la tapa que allí se ofrecía, Bocadito de Portia. Una tapa fría apta para celíacos consistente en lechazo churro escabechado, piña, rúcula, canónigo, caramelo de ajo, crema de módena y pil-pil servido sobre pan de torta. Podéis ver la elaboración en el video. El vino, como no podía ser de otra forma, fue Ebeia crianza.
Y de vuelta a Aranda, no pudimos resistirnos a probar los famosos eschabechados del Mesón de la Villa. Por eso, nos decantamos por la tapa fría, De nuestros escabechados, un muslo de codorniz escabechado, pimiento confitado, maché, cebolla escabechada con aceite y vinagre sobre una tosta de pan. La otra opción era la tapa caliente, Torrezno marino, una corteza de cerdo molida con langostino, reducción de vino dulce y pasas acompañando al torrezno. Mucho mejor lo explican personalmente en este video. Para beber dos opciones, Claro Silencio Valdiruela, de Bodegas Castillo de Gumiel, o Tinto Valnogal 6 meses, de Bodegas y Viñedos Robeal.
En el Plan 37, pudimos probar las dos tapas que se ofrecían: Caribe, la caliente, un crepe de lechazo, queso e ibéricos con reducción de Ribera y Pedro Ximénez; y Antártida, la fría, caramelo de chocolate relleno de salmón y bacalao marinados con mango, acompañado por un chupito de zumo de frutas del bosque. El vino, Ebeia, de Bodegas Portia.
Nos pasamos después por el Restaurante La Perla a probar su Bombón lechal, ya que el día anterior nos comentaron que se había terminado, y para no perder nuestra oportunidad, por ahí que fuimos. La tapa, que estaba acompañada por Rivendel, de Red Bottle International, era caliente y tenía la apariencia de un flan, ya que llevaba huevo y una salsa decorada con piñones. Pero mucho mejor se explica en el video.
Restaurante Arandos era el siguiente punto de nuestra ruta. Aquí había dos tapas y probamos ambas. La caliente, riquísima, llamada Nido de lechazo, un timbal de patata de Burgos con lechazo churro asado con su salsa, setas de cardo y huevo soufflé gratinado con reducción de vino tinto. Y Dolce Vita era un cóctel frío sobre una base de salmorejo y ajo blanco decorado con uvas tempranillo, crujiente de jamón y aceite de pimentón. Mucho mejor ver la elaboración en el video. El vino, como no podía ser de otra forma, Lagar de Isilla Roble o Rosado.
Para terminar la noche, nos dirijimos al Asador Restaurante Miguel, donde probamos la tapa que allí tenían, la ¡¡Siono!!, es decir, un paté de lechazo con melocotón caramelizado, patata asada laminada, pasta gratinada, tomate natural y perejil. No sabemos si es la mezcla del melocotón con el lechazo, o que ya habíamos probado unas cuantas tapas, pero ésta no nos supo especialmente buena, además, la pasta gratinada dejaba que desear. El vino que acompañaba la tapa era Sentido, de Bodegas y Viñedos Neo, en Castrillo de la Vega.
Para el último día, parece que no, pero quedaban más pinchos que probar. Empezamos en Mesón Rioduero, de Fresnillo de las Dueñas, para probar ambas tapas: Rulo de rabo de toro y Calabacín relleno. La primera tenía rabo de toro en su salsa, pan italiano, puré de patata a la pimienta y crujiente de boniato. La segunda, calabacín a la plancha relleno con hígado de pato, mermelada de tomate, piñones y puerro frito. Muy sabrosas las dos. En el video, podéis ver cómo se elabora. El vino elegido era Lugar de San Antonio Tinto, de Bodegas Dominio de San Antonio, ó Lagar de Isilla Rosado, de Bodegas Lagar de Isilla que habíamos probado en otras ocasiones.
Volvimos a Aranda para entrar en el Mesón El Roble, donde habían preparado Tahona, una tapa caliente consistente en una bomba de hojaldre al horno rellena de carne seleccionada de lechazo con cilantro, cebollino y crema de queso, adornada con pasas de corinto. Podéis ver la explicación de cómo es su elaboración en el video. El vino fue Septiembre, de Uvaguilera.
Sin movernos demasiado de la zona, pasamos a probar Alborada en el Bar BMV, que se trataba de una tapa caliente basada en un pimiento relleno de marisco acompañado de verdura caramelizada en tempura. Y para acompañar, Briego Vendimia Seleccionada 2010, de Bodegas Alberto y Benito, en Fompedraza.
Y para finalizar nuestra ruta gastronómica, nos fuimos al Bar Casanova, donde se presentaban dos tapas. La caliente, Timbal de rabo, que se presentaba sobre pan de torta y unas virutas de verdura. Y la fría, Festival de sabores, que llevaba ensaladilla Casanova con mousse de salmón y gambas. Se puede ver el video para ver la elaboración. La bebida elegida era Ricardo 6 meses Barrica, de Bodega Jose Mª Rojo, ó Rivendel Roble, de Red Bottle International, que ya habíamos probado anteriormente.
Y hasta aquí, lo que nos ha dado de sí estos días, en los que hemos podido saborear distintas y variadas tapas, muchas de ellas a base de lechazo, como no podía ser de otra forma en la comarca donde nos encontramos, y comprobar que el arte de la comida en miniatura tiene muchos aliados. La originalidad, en algunos casos sorprende por su presentación, en otros por la mezcla de sabores al elegir los ingredientes. Y el vino, cómo no, D.O. Ribera del Duero, nunca falla en este tipo de acontecimientos, y sobre todo, acompañando al ingrediente estrella, el lechazo. En definitiva, un concurso que año a año gana espectadores y al que cada vez más se unen más establecimientos conocedores del éxito que alcanza el concurso. ¡Nos veremos el año que viene!
2 comentarios:
Como os cuidais¡¡¡
Que rico¡¡
¡Que atracón! Hasta el 9 de mayo no vamos a saber quién ganó.
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