La semana pasada se ha celebrado en Valladolid una nueva edición de su
Concurso Nacional de Tapas. Comenzaba el lunes y ya el miércoles se elegía a los
ganadores. Pero hasta el domingo era posible probar todas las tapas participantes en distintos bares de la ciudad gracias al hermanamiento de estos locales con los que venían de toda España. De esta manera un recorrido por Valladolid se convertía en una posibilidad de conocer algunas de las mejores tapas de todo el país.
La selección de participantes se realiza entre todos los inscritos por un jurado en una fase previa documental que tiene en cuenta, entre otros méritos, el haber ganado un concurso provincial o autonómico. Una condición que deben cumplir todos los pinchos presentados es que el valor de sus ingredientes no supere los 1,20 euros.
Los seleccionados pasan entonces a la fase presencial en la que se eligen el ganador, dos segundos premios y varios accésits. El jurado puntúa de 0 a 10 en cuatro aspectos: sabor, originalidad, presentación y aplicación comercial, con multiplicadores de 4, 3, 2 y 1 respectivamente en cada apartado. Es decir, que un punto en sabor vale el doble que uno en presentación, por ejemplo. Se puede encontrar la información detallada en la web del
Ayuntamiento de Valladolid.
Nosotros empezamos nuestra ruta en
Los Zagales, un sitio que
nos encanta, para probar el pincho campeón. Se llama
Pan, queso y vino y lo presentaba el
Baby Beef Rubaiyat de Madrid.
Consiste en un pan de yuca relleno de Torta del Casar y media uva macerada en vino tinto. Nos gustó, desde luego, pan y queso es una combinación infalible, pero tengo que decir que no nos apasionó. Al fin y al cabo era también nada más que pan y queso (yo no llegué a sentir la uva) y de tamaño minúsculo. No para dos bocados, que sería correcto, sino apenas para uno. Habiendo probado hace poco el sabroso y espectacular
ganador del año pasado da la impresión de que juegan en categorías diferentes.
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el pincho campeón |
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el riquísimo y espectacular campeón saliente |
Sin apenas desplazarnos entramos en el
Fortuna 25 donde probamos el
Puz-le-go a la cubana de
La Fábrica de Ceres, de Lerma, Burgos. Una tapa de arroz a la cubana presentado en forma de lego y con una fina tostadita cortada como una pieza de puzzle. A cambio, y por exigencia de la presentación, el arroz y el tomate formaban una masa gelatinosa colocada sobre el huevo en la que dominaba el sabor del tomate. Además no llevaba plátano frito, lo que para mí es fundamental en este plato. En todo caso muy llamativo visualmente.
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se ve que falta el plátano |
Nuestra siguiente parada fue el Mar Cantábrico pues nos atraía el
Soufflé Sefardí de
El Fogón Sefardí, restaurante de Segovia de cocina castellana en el que además están recuperando la cocina de los antiguos judíos españoles. La tapa consiste en un soufflé de
almodrote de berenjenas con gulas salteadas sobre salsa roja. En este caso la presentación no buscaba ningún juego visual, aunque era adecuada. A cambio el sabor nos pareció excelente.
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qué bien comían los sefardíes |
En el Villa Paramesa hicimos un cambio de tercio para probar tapas dulces. Pedimos el
Bob limón del
Bar Zeruko, de San Sebastián. Es un bizcocho de limón que simula ser el pan en un plato que imita un huevo frito con chistorra, aunque todos los elementos son dulces. Efectista y sabroso. Como nos enteramos de que además el Villa Paramesa había ganado el premio de
pincho postre del concurso provincial de Valladolid, aprovechamos para probar su
Un canto al vino. Este pincho representa mediante chocolate un corcho así como unas cepas sobre el suelo terroso del viñedo.
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me comí a Bob Esponja ¡que no se enteren mis sobrinos! |
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el terroir ahora se come y sabe a chocolate |
El Caballo de Troya es un restaurante que también dispone de un buen bar al que se accede por un elegante patio. Estaba hermanado con el restaurante
Ospi de Sallent, Barcelona. Su tapa, el
Esférico de pulpo a la gallega con panceta ibérica y pistachos venía presentado en una lata acompañado de una deliciosa crema de patata. Un clásico elaborado con una interesante variación.
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mira que nos dieron la lata con el pulpo |
Cuando en el
Zamora [flash] nos sacaron las paellas nos quedamos de piedra. ¿Se habían confundido? No, porque habían dicho paella. Pues es que, como se ve en la foto, la
Paella, dulce paella del
Goxodenda de Fuenterrabía, Guipúzcoa, tiene el logradísimo aspecto de un café cortado acompañado de una pasta. La "pasta" es el arroz, el "café" es el caldo de la paella en el que untarlo. Y lleva un poco de crema por encima imitando la que se forma en un cortado. Resulta muy sorprendente y está rico. Se llevó, con todo merecimiento, uno de los dos segundos premios.
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esto es una paella, en serio |
La Abadía es uno de los bares de Valladolid que presentaba su propia tapa,
La dama blanca vestida de negro,
ganadora del concurso provincial de este año. Una rica hamburguesa de sepia (la dama blanca) con el pan (su vestido) de color negro gracias a la tinta. De lo que más nos gustó.
Aquí un vídeo de su preparación. También estaban hermanados con
Le Pain Quotidien de Madrid que traían un
Cocido en dos bocados. Una versión del clásico plato madrileño en tamaño pincho, muy logrado tanto en sabor como en su presentación de emparedado vertical, y que mereció un accésit.
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la dama blanca manchaba de negro pero estaba muy rica |
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emparedado de cocido madrileño |
Terminamos nuestra ronda de pinchos en el
Ángela, hermanado con dos bares.
La Brocheta, de Santander, ofrecía un rico
Coulant de carrillera con corazón de yema de huevo en el que la yema hacía el papel del líquido interior del
bizcocho de chocolate del que toma el nombre. Por su parte el Chelsy de Pamplona también tenía un pincho de carne, el
Chelsy energy bar, una deliciosa porción de cordero con nuez y crema de maíz
ganador este año de la Semana del Pincho de Navarra. Además, como el Ángela tiene también un buen surtido de tapas, no pudimos dejar de probar su
Del jardín de Tere, aunque sólo fuera por la lista de ingredientes: flor de alcachofa con corazón de mousse y jamón de pato, setas y piñones de Pedrajas, sobre jardín de azafrán, helado de espárragos y polvo de aceitunas. Ahí es nada.
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coulant sin chocolate pero con carrillera |
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la mejor barrita energética que he visto |
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nos entretuvimos contando los ingredientes |
Fueron muchas las tapas que no pudimos probar en esta ocasión. Por ejemplo, era imposible por el tiempo que teníamos llegar al Moka, bastante separado de la mayoría de bares participantes y donde preparaban el
Rioja magnum gran reserva. Por suerte, este delicioso "polo" de rabo de buey con el que
El Arriero de Sorzano, La Rioja, ganó el concurso
regional, ya lo
hemos probado antes. Sí que intentamos probar el
Pincho de tortilla de patatas del
Atelier Belge de Madrid, muy interesante por su presentación líquida, pero estaba ya agotado cuando llegamos.
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mmm, polo de Rioja |
En definitiva fue una jornada muy bien aprovechada pues probamos gran número de tapas, todas muy ricas, la mayoría de ellas premiadas, y procedentes de distintos lugares de España. Muchas gracias a nuestras anfitrionas que nos acompañaron y guiaron en tan interesante y divertida ruta de pinchos.
3 comentarios:
¡¡Pero que buena pinta tiene todo!!
Que envidia cochinaaaaaaaaaaaaaaa
Es lo bueno de contar con una anfitriona, que te sabe llevar a lo mejorcito de la ciudad! Yo he tenido que pasar rápido la sesión de fotos porque si no...
Eso sí, yo al año que viene me apunto!!
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