Este pasado fin de semana disfrutamos de una cata que terminó convirtiéndose en cena (¿no tendría que haber sido al revés?) y en la que probamos dos vinos muy interesantes.
Comenzamos con el Guitián, un blanco de la variedad Godello elaborado por Bodegas La Tapada en la Denominación de Origen Valdeorras. Este vino ha permanecido en depósitos de acero inoxidable sobre sus lías durante un perido de ocho meses, para después terminar su maduración en botella. Según dicen en la contraetiqueta, se espera que todavía evolucione favorablemente durante algunos años, aunque nosotros ya no lo comprobaremos. :-) Por cierto, mención también para la etiqueta que con su Victoria de alas simétricas y de diseño geométrico me recuerda al art decó: nos pareció bonita y elegante.
El vino nos resultó afrutado en aromas, con recuerdos especialmente a manzana. En boca es fresco, mostrando de nuevo la manzana y con buena persistencia. Una sensación cálida al final nos recuerda su 13% de alcohol.
Continuamos esta vez con un tinto de Rioja. El Cattus 2010 que elabora Álvaro Martínez Hernández y que explica muy bien en su web. Me quedo con la idea de buscar un vino con personalidad propia. También me gustaba mucho la opción que aparece abajo del todo, donde dice descargar botella, pero por desgracia la tecnología no está aún tan avanzada.
En todo caso explica la elaboración que incluye maceración prefermentativa en frío durante 48 horas, fermentación alcohólica y maceración durante 15 días y finalmente fermentación maloláctica y crianza en barricas de roble durante 11 meses. El embotellado corre a cargo de Bodegas y Viñedos Palacios Duque.
El Cattus también tiene una etiqueta llamativa de diseño limpio y sencillo en la que destaca un animal mitológico con cabeza de gato y una serpiente a modo de cola. En la contraetiqueta figuran algunos datos y una original descripción del vino. Así que podría decir que encontramos aromas de fruta madura y recuerdos de madera en un vino muy equilibrado en boca o bien, siguiendo la contraetiqueta, quedarnos con que su paso en boca se sucede a ritmo del "Watermelon Man" de Hancock y que su final es sólo comparable al de "Hey Jude" de Harrison, Starr, Lennon y McCartney. Ustedes elijan.
2 comentarios:
Pues la verdad, no termino de asociar las canciones con el vino. Claro que siempre he tenido muy mal oído músical...
Analizando brevemente ambas composiciones podemos encontrar unas analogías muy interesantes y sin duda muy intencionadas.
Watermelon Man es un blues con un ritmo marcado, muy expresivo y pegadizo, que nos atrapa y que no podemos evitar seguir.
Por otra parte Hey Jude es una canción que tras la cuarta estrofa cambia a un final muy llamtivo: es muy largo (más que el resto de la canción), alegre y se va difuminando muy lentamente.
Si yo elaborase un vino también querría que su paso en boca fuese tan expresivo como el ritmo de Watermelo Man y su final tan largo y agradable como el de Hey Jude. :-)
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