Un año mas, volvimos a acercarnos a Aranda de Duero para disfrutar de las XV Jornadas Gastronómicas. Después de la buena experiencia del año pasado no podíamos faltar. Fue difícil elegir el cual restaurante comer, ¡el listón está muy alto! Al final nos decidimos por el Asador Casa Florencio, situado en la calle Isilla, en el centro de Aranda.
Comenzamos con una Crema vichysoisse con boletus y virutas de lechazo. No muy fría y de sabor suave. Continuamos con un Rollito crujiente de lechazo con crema de manzana asada, muy buena combinación de sabores.
Seguimos con unas Lecheritas con yogur árabe. Hasta los no amantes de la casquería tuvimos que reconocer... ¡Que estaban muy buenas! Por último, y como anunciando el plato principal, una Terrina de lechazo con crema fría de ajos y cous-cous de verduritas.
No tardó en llegar el lechazo asado con la piel bien crujiente y la carne muy tierna. Lo acompañamos con una ensalada de lechuga de Medina y cebolla. En la foto vemos el lechazo ya partido. El vino que tomamos fue un Monteabellón Crianza 2012.
De postre tomamos esta torrija caramelizada con crema de almendras y chupito de canela. Para terminar licores, cafés y unas galletitas, todo incluido en el menú, que costó 37 euros por persona. Muy buena relación calidad precio. Y nos regalaron una morcilla de El Revillano a la que habrá que hincar el diente pronto.
Aparte de este homenaje en las Jornadas Gastronómicas tuvimos tiempo de ir de pinchos.
Volvimos a Lagar de Isilla, un viejo conocido. Y es que ese pincho de bacalao bien merece mas de una visita al lugar. ¡Sin desmerecer al resto, que también estaban muy buenos!
En el mismo Casa Florencio disfrutamos de estos pinchos con unos vinitos. Pulpo, langostinos...
Muy recomendable también es La Pícara, recién abierto en la calle de Santa María, al lado de la iglesia. Muy moderno, su decoración nos encantó y sus pinchos también.
Y, por fin, pudimos ir a Los Rastrojos. Este año “El huevo de Vidal???” se llevó el premio "Tapa de Oro". Muy bien presentados, muy elaborados ambos pinchos y muy bien fusionados los diferentes ingredientes. Fuimos con muchas expectativas y marchamos muy satisfechos.
Y antes de volver a la tierra, comida en la casa vieja. No pudimos terminar la cazuela de conejo a la prebe, pero dejamos los platos relucientes untando salsa con la torta de Aranda. Al final, la comida mas sencilla es la que mejor sabe.
No puedo terminar esta entrada sin darle las gracias a Mirella por organizar este gran fin de semana.¡Nos vemos muy pronto!
No puedo terminar esta entrada sin darle las gracias a Mirella por organizar este gran fin de semana.¡Nos vemos muy pronto!