domingo, 15 de septiembre de 2013

Blood into Wine

Blood into Wine es una película documental y promocional sobre la bodega Caduceus. Fue dirigida en 2010 por Ryan Page y Christopher Pomerenke. En ella se nos cuenta cómo el polifacético Maynard James Keenan llegó a cultivar un viñedo y elaborar vino, junto con Eric Glomski, en la región de Verde Valley de Arizona.

Keenan es conocido principalmente como cantante de los grupos de rock Tool y A Perfect Circle, así como por su propio grupo Puscifer. También es humorista y actor y su peculiar sentido del humor se percibe en muchos momentos de esta película. Sin embargo, en una falsa entrevista de televisión que va apareciendo por partes, en distintos momentos y en la que los entrevistadores tan sólo se burlan de él y de su vino, sus reacciones son auténticas, según el director Ryan Page.

En la película vamos conociendo los distintos problemas que tiene el cultivo de la vid en Arizona. El suelo pobre en principio puede ser beneficioso, pero el clima desértico es demasiado seco. Los viñedos necesitan riego y antes de instalarlo hay que resolver el problema del control del agua por parte de las antiguas empresas mineras de la región. Paradójicamente es en invierno cuando mueren muchas de las vides a causa del frío que hace también en esa zona en esa época del año. Otro problema importante es el de las uvas comidas por distintos animales como mapaches o jabalíes.

Keenan, cuyos abuelos elaboraban vino en Italia, explica que trata de hacer un vino de su gusto. Podemos observar a lo largo de la película distintas variedades de uva, algunas de ellas de origen italiano, como Sangiovese o Nebbiolo, con las que elabora distintos vinos. Nos llama la atención sobre el que llama Judith en recuerdo de su madre que murió tras una larga enfermedad. Espera que las botellas de ese vino puedan viajar por todo el mundo, cosa que su madre, según nos cuenta, no pudo hacer.

Es en definitiva una película interesante por la parte que tiene de documental y entretenida por lo peculiar de alguna de sus escenas, aunque tal vez sus 95 minutos de duración sean algo excesivos. En todo caso nos permite conocer cómo la determinación de Keenan ha conseguido cultivar uva en un lugar difícil y con ella elaborar vinos que han gustado a muchos críticos. A ver si podemos probar nosotros alguno de ellos.

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