Restaurante Melo-jia
Dirección: Calle Córcega nº 250 (Barcelona)
Teléfono: 93 000 92 78
Web: http://melo-jia.com/
Precio orientativo: 20 euros por persona
Ir a un restaurante chino de los típicos que se encuentran en la mayoría de las ciudades españolas después de haber estado en China es como nadar en una piscina después de haber experimentado las olas y la brisa del mar. Hay a quién le gusta la seguridad que ofrece la primera, pero no es lo mismo... Hay algunas excepciones (el Asia Gallery en Madrid, el Out of China en Barcelona, entre otros), pero suelen ser caras y a menudo demasiado recargardas. Así que nunca podremos agradecer lo suficiente a nuestra compañera epicúrea Ester, junto con la que hemos redactado esta entrada, la recomendación de ir al Melo-Jia de Barcelona.
Melo-Jia o Can Melo significa la casa de Melo, y esa es precisamente la sensación que se tiene al comer allí, la de estar en la casa de una magnífica cocinera china. Casi una "mamma" china, porque en ocasiones, hasta nos hemos encontrado a la señora Melo haciendo sus dim sum caseros en una de las mesas de un rincón del restaurante, mientras su hija y otro camarero atendían a los comensales.
Melo-Jia o Can Melo significa la casa de Melo, y esa es precisamente la sensación que se tiene al comer allí, la de estar en la casa de una magnífica cocinera china. Casi una "mamma" china, porque en ocasiones, hasta nos hemos encontrado a la señora Melo haciendo sus dim sum caseros en una de las mesas de un rincón del restaurante, mientras su hija y otro camarero atendían a los comensales.
Siempre que volvemos a Barcelona, la visita a este restaurante es obligada. Nos gusta el local, céntrico, minimalista, límpio y acogedor. Su música de fondo tranquila y a bajo volumen, que permite mantener una conversación sin tener que esforzarse para ello. Nos gusta el trato agradable, familiar y, al mismo tiempo, muy profesional de sus dueños. También su clientela, gente del barrio en su mayoría, profesionales de las oficinas y los negocios de alrededor que van allí a comer el menú del día, o a disfrutar de una cena tranquila entre amigos. Siempre grupos pequeños, porque la organización del local no permite lo contrario. Pero sobre todo nos gusta su oferta gastronómica. Somos adictas a sus dim sum y a su salsa agridulce con un toque picante. Cada vez que lo hemos visitado, hemos ido probando también algún otro plato de los que ofertan en su carta y ninguno nos ha defraudado.
Suelen recibirnos como a los viejos amigos, con un abrazo, y mientras esperamos no suelen faltar los frutos secos, la soja macerada y algún capricho para los niños en la mesa. Para los mayores, hay varios tipos de cerveza, como esta Moritz hecha en Barcelona.
Como decía, somos adictos a su dim sum, así que solemos pedirlos todos. Nos es imposible decidir. Shao mai de carne y verdura al vapor, Wan tun de carne, Si xi jiao al vapor, Xia-Jiao de gambas al vapor, Xiao Long Bao, etc.:
El Pato Beijing o pato laqueado, ese gran plato de la cocina China que algunos de los epicúreos tuvimos la oportunidad de probar en el restaurante de Pekín que le ha dado fama universal (Quanjude Kaoyadian), está cocinado de manera más delicada que en los restaurante chinos al uso.
Los crepes que lo envuelven son sutiles, casi transparentes. El pato, tierno pero con la piel crujiente, como ordena la tradición, está también cortado en finos filetes.
Los crepes que lo envuelven son sutiles, casi transparentes. El pato, tierno pero con la piel crujiente, como ordena la tradición, está también cortado en finos filetes.
El cerdo salteado con verduras y salsa agripicante no tiene nada que ver con otros platos de carne de cerdo, ternera o pollo que se puedan tomar en otros restaurantes chinos, que, por lo menos a mí, al final acaban sabiendo todos igual. En este plato el cerdo se presenta cortado en finas tiras, muy bien condimentado y con un sabor picante dominante. Muy recomendable.
No hay que dejar de probar el rollito de berenjena en tempura. Rellena con una crema de queso muy ligera y bien caliente resulta delicioso.
Y para terminar, los postres caseros, como este Xi Mi Lu, postre a base de leche de coco, acompañado por una copita de licor.
Este restaurante dispone tambien de servicio de entrega a domicilio, llegando la comida en su punto, lo que hace de él una buena opción para cuando no apetece salir de casa. Si se tiene la suerte de estar en Barcelona, claro.
Afortunadamente, pronto volvemos a Barcelona y volveremos al Melo-Jia, sin falta y sin dudarlo, como quién vuelve a casa por navidad, con las mismas ganas de reencontrarnos con esta familia que ha logrado romper un gran número de los tópicos que se relacionan con los restaurantes chinos en España. El Melo-Jia es un restaurante en el que se puede disfrutar de algunos de los platos más sabrosos de la cultura china, pero no es "un chino". Es un restaurante de calidad, pero no de postín. Es, sencillamente, un rinconcito de China en España, regentado por una familia que es el mejor ejemplo que nos hemos encontrado hasta la fecha de integración y fusión cultural chino-española.
Afortunadamente, pronto volvemos a Barcelona y volveremos al Melo-Jia, sin falta y sin dudarlo, como quién vuelve a casa por navidad, con las mismas ganas de reencontrarnos con esta familia que ha logrado romper un gran número de los tópicos que se relacionan con los restaurantes chinos en España. El Melo-Jia es un restaurante en el que se puede disfrutar de algunos de los platos más sabrosos de la cultura china, pero no es "un chino". Es un restaurante de calidad, pero no de postín. Es, sencillamente, un rinconcito de China en España, regentado por una familia que es el mejor ejemplo que nos hemos encontrado hasta la fecha de integración y fusión cultural chino-española.