El pasado miércoles tuvo lugar una
nueva cata de las organizadas por el Diario La Rioja. En esta ocasión los vinos catados fueron los de bodegas
Beronia, de Ollauri, con el interés añadido de que este año celebra su 40 aniversario.
La cata fue conducida por la enóloga María Jesús Sáez, quien empezó por hablarnos de la historia de la bodega. Fue fundada en 1973 por unos amigos de Vitoria amantes de la buena mesa y, por supuesto, del buen vino y su idea inicial era elaborar exclusivamente reservas. El nombre de la bodega procede de los berones, tribu celta que habitaba parte de La Rioja actual allá por el siglo III a.C.
En el año 1982 la bodega fue comprada por
González Byass. También han empezado a elaborar otros vinos distintos de los reservas, en particular un crianza muy fácil de encontrar en hostelería y que
nos gusta mucho. Por otra parte sus vinos, reconocía María Jesús, se han "modernizado" en los últimos años, pese a seguir considerándolos como clásicos de Rioja. En la cata veríamos hasta qué punto.
Como uno de los datos más llamativos de la bodega y sus vinos destacaría su interés por la variedad de uva tinta Mazuelo. Es parte importante de sus mejores vinos e incluso llegan a elaborar un reserva monovarietal (que por desgracia no probamos en esta ocasión) con esta uva. Algo realmente inusual.
Otra peculiaridad es que la mayor parte de las barricas con que cuentan son mixtas de roble francés y americano. En ellas las duelas son de roble americano mientras que las tapas son de roble francés. Con esto trasladan al vino las mejores cualidades de ambos tipos de roble.
Comenzamos la cata con el Viñas Viejas 2010. Tempranillo 100% con 10 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés y un 14% de alcohol. Rojo violáceo con aromas a frambuesa, cereza, regaliz y madera. En boca cerezas y taninos. Un buen vino, de los que ahora se llaman "de autor" y de corte absolutamente moderno.
En segundo lugar probamos el Reserva 2009. Tempranillo 94%, Graciano 3% y Mazuelo 3% con 20 meses de crianza en roble mixto y francés y 14% de alcohol. Color picota intenso, aromas a cereza en licor y balsámico, fruta potente en boca.
Pasamos después al Gran Reserva 2006. Tempranillo 92%, Graciano 4% y Mazuelo 4% con 26 meses en roble francés y 14% de alcohol. Granate muy intenso, aromas complejos de frutas negras y balsámicos con frescura en boca donde recuerda al regaliz.
El siguiente vino fue el que denominan 198 Barricas 2006. Una selección de las mejores 198 barricas de la bodega en añadas excelentes. Tempranillo 90%, Mazuelo 9% y Graciano 1% con 24 meses en barricas nuevas de roble americano y francés, 14% de alcohol. Color granate de intensidad media, aromas a membrillo, cuero y tabaco y con la densidad en boca que le aporta el tanino del Mazuelo.
Como último de los vinos actuales de la bodega probamos el Beronia III a.C. 2010, así denominado en recuerdo a los antiguos berones. Un vino de Tempranillo 94%, Graciano 3% y Mazuelo 3% con 15 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés, 14% de alcohol. Color picota muy intenso, aromas minerales y balsámicos, potente en boca con fruta y chocolate.
Terminamos la cata con un vino muy especial, el que llamaron Cosecha Fundacional 1973. Es decir, el vino con el que inauguraron la bodega y que en realidad no fue elaborado en ella, como nos pudo confirmar quien lo conoció en su momento. Color teja de intensidad media baja, mantenía buenos aromas a pasas, compota y madera vieja, mientras que en boca conservaba todavía una buena acidez. Por comparar con los anteriores, su grado alcohólico era del 12%. Un lujo probarlo 40 años después de su elaboración.
Como conclusión diría que efectivamente los vinos que elabora en estos momentos Beronia son más bien de corte moderno, aunque la tradición de la bodega fuese la de elaborar clásicos de Rioja. De entre los que probamos, quizá el de estilo más clásico fuese el 198 Barricas, salvo por el 14% de alcohol, que ya parece algo inevitable. Tanto el Reserva como el Gran Reserva eran muy de estilo moderno pese a su presentación como clásicos, mientras que el Viñas Viejas y el III a.C. eran totalmente del gusto moderno.
Obviamente fuera de comparación se situaba el Cosecha Fundacional de 1973 del que sin embargo podemos obtener una lección: es posible elaborar un tinto con un 12% de alcohol y que se conserve perfectamente muchos años. Además, en mi opinión, hace que sea más agradable a la hora de acompañar una comida. Así eran los vinos clásicos de Rioja, extraordinariamente finos.
En todo caso una cata entretenida y en la que probamos unos vinos de gran calidad y muy cuidada elaboración. También conocimos muchos detalles de la historia y de los métodos de elaboración de esta interesante bodega de Rioja. Mi agradecimiento a la bodega y a los organizadores.