miércoles, 8 de septiembre de 2010

Buscando el tópico (salchichas y cerveza) en Alemania.

De periplo unos días por Alemania y compaginando el turismo habitual de visitas por los monumentos más emblemáticos, he podido disfrutar de la gastronomía mas conocida de este país en el exterior, salchicha y cerveza. Os adjunto una selección con los más “granao” del viaje para vuestro deleite.

Voy a empezar por Frankfurt, conocida mundialmente por bautizar a las salchichas tipo Frankfurt vendidas por todo el mundo con ese nombre. Cenamos un buffet libre en un restaurante denominado Ratskeller, fue como un aterrizaje forzoso en la cultura de la salchicha y como no, con la típica col agria tan amada por los estómagos con problemas de acidez. La cerveza, de las corrientes de botellín.


En la localidad de Erfurt, enclavada en la antigua RDA degustamos la salchicha ‘que se sale del plato’ con puré de patatas y col. El plato va acompañado de una salsa con mostaza. Respecto a la bebida, el plato iba acompañado de una Paulaner que me trajo recuerdos de tan buenos momentos de reunión del comité de Epicúreos. En este restaurante tenían una fuente, un pequeño homenaje, a esta cerveza.
Berlín, capital de Alemania tiene su salchicha autóctona, se denomina Berliner Currywurst y se acompaña con una cerveza berliner weisser (se toma con pajita) que lleva sirope de grosella u otras concentrados dulzones. La mezcla en principio puede parecer explosiva, aunque yo os puedo decir que esta realmente buena.


En Postdam me acorde de los viñedos de Rioja al visitar el palacio de Sanssouci

En este lugar empleaban como setos de separación de parterres unas vides que daban mas pena que gloria.










Nuremberg, probamos las salchichas y cerveza rubia típica de la localidad en el restaurante Bratwurst Friedl cercano a la plaza mayor. Las salchichas eran servidas sobre platos de hojalata en plan comida de cuartelillo, son de tamaño medio y son de carne de ternera.

Munich posee la cervecería mas grande del mundo Hofbräuhaus München, un edificio entero para comer y beber, varios patios (allí los denominas biergarten), tiendas, musica ambiente, camareros disfrazados... La carta es inmensa pero me quedo con el menú habitual; codillo bien tostado con salsa y patata. La patata está elaborada, no es cocida tal cual, la preparan separando el almidón de la masa y luego lo juntan dandole la forma que quieren, en este caso redondeada. El postre se compone de un hojaldre con azucar glass, natilla y nata. La cerveza se sirve en tamaño estandar de 1 litro. Aunque lo mejor no es la pitanza, es el ambiente. Comes en mesas compartidas y la gente baila y canta según van comiendo y bebiendo. Algo curioso es que en este restaurante te guardan bajo llave y en armario tu jarra (pesa 1.2 kg) para próximas visitas.

Heidelberg, pudimos observar de cerca del lupulo (adornaba las lamparas del techo), uno de los ingredientes de la cerveza, en una cervecería resturante+elaborador. Fabricaban cerveza de hasta 14º, aunque lo normal no era tomar este tipo si no la gama de rubias o tostadas. Respecto a la comida lo tipico; disfrutamos del codillo, filete de sajonia, patatas panadera, salchichas... en plan salvaje.





Rotemburgo, ciudad amurallada de la que gastronomicamente me quedo con unos postres denominados Schneeballen, son una masa de pasta tipo galleta cubierta de chocolate, canela o azucar.




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