
La carta es también minimalista. Nosotros probamos el menú estación de invierno en el que se podía elegir entre tres primeros, tres segundos y cuatro postres.
De los primeros elegimos las Pochas de Tudela con chorizo, oreja y rabo con guindillas de Ibarra y la Pasta fresca salteada con guarnición boloñesa al parmesano. Ambos platos bien de sabor, en particular las pochas con todos sus complementos, pero ambos también demasiado hechos: la pasta más cocida que al dente y las pochas bastante deshechas.






Las raciones son menos abundantes de lo que suele ser normal en la mayoría de restaurantes. A mi me parecieron adecuadas: suficiente cantidad para quedar satisfecho pero no excesivamente lleno.
La comida se puede acompañar con vino joven de Rioja o también se puede elegir entre otros diez vinos de Rioja, Valles de Sadacia, Navarra y Pontevedra. Nosotros probamos el QP de Maetierra Dominvm, un vino de autor que nos pareció equilibrado aunque algo moderno para nuestro gusto.
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