Este verano, además de disfrutar de las cervezas habituales, también hemos podido calmar la sed en El Dorado con las distintas cervezas que traen cada mes.
En julio conocimos la Cuvée des Trolls, cerveza cuya historia compensa con imaginación lo que le falta de tradición. Inicialmente se elaboraba en una pequeña cervecería que la marca Dubuisson tiene en la ciudad universitaria de Louvain la Neuve (Lovaina la Nueva), donde al parecer se sigue haciendo para el consumo de los estudiantes. Pero además ahora también se elabora en la cervecera matriz de la misma marca, gracias a lo cual se puede disfrutar en otros lugares.
Su nombre se debe a la leyenda que atribuye su especial sabor a los poderes de los trolls que pasean por la cervecería por la noche. Aunque también podría deberse a que lleve curaçao. Quién sabe.
El caso es que el curaçao, perdón, los trolls, le proporcionan unos agradables aromas afrutados, que a nosotros nos recordaron sobre todo a manzanas en compota. Una cerveza que con un 7% de grado alcohólico nos parece original, refrescante y muy interesante.
Para el mes de agosto cambiamos a otra cerveza más representativa de los calores que nos esperaban, la Lucifer. Es ésta una de las muchas cervezas de nombre demoníaco que han ido surgiendo, tengo que decirlo aunque sea un mal chiste, al calor del éxito de la Duvel, la cerveza que originalmente empleó esta denominación.
Extrañamente cuando Moortgat, propietario de la Duvel y celoso de las imitaciones, compró la cervecera Liefmans, propietaria de la Lucifer, no aprovechó para eliminarla del mercado. En cambio la vendió a Het Anker, conocida por las Gouden Carolus y quienes volvieron a elaborarla con una receta mejorada.
El caso es que, como era de esperar, la Lucifer es una cerveza rubia que alcanza el 8% de alcohol gracias a su segunda fermentación en botella. Muestra aromas a cereales y resulta en boca intensa, amarga y refrescante.
Como curiosidad, su copa tiene un tallo muy grueso que le permite prescindir del pie y además viene con marca para dos medidas diferentes: 25 y 33 cl. Por suerte, como en El Dorado conocen a su clientela, la versión que han traído es la mayor. Es que aquí se pasa algo más de calor que en Bélgica.
Pero esto no es todo. Además de las dos cervezas anteriores, y seguramente por el éxito que tuvo el verano pasado, también hemos tenido durante los meses de julio y agosto la posibilidad de pedir de nuevo la original Liefmans fruitesse. Desde luego no nos podemos quejar por opciones.