El pasado 23 de julio se celebró en los aledaños de la calle Bretón de los Herreros la segunda sesión logroñesa de este Riojano joven y fresco de 2009. Y tengo que empezar mi comentario con un par de quejas sobre la organización.
A diferencia de lo sucedido el año pasado, los vales de cata han cambiado de una jornada a otra. Así que nosotros, que habíamos comprado bastantes de ellos para evitar colas los demás días, nos encontramos con que todos los que teníamos eran inservibles. Y no, no los canjeaban por vales nuevos.
Para colmo, como este año no se venden vales sin copa, no nos ha quedado más remedio que seguir acumulando copas. Y no es que estén mal, de hecho son las de vino blanco del juego que vendía hace un tiempo el diario La Rioja, uno de los patrocinadores del evento. Pero la verdad, da la sensación de que les quedaron muchas sin vender y han aprovechado la ocasión para colocarlas.
Dicho esto, el evento en sí fue de nuevo un gran éxito en cuanto a afluencia de público. Para lo bueno y para lo malo, como ya comentamos de la jornada anterior. Buen ambiente en general pero mucha aglomeración, largas colas en las casetas de la organización (nadie se libraba de comprar de nuevo los vales), mucha gente que sólo quiere beber lo que sea, y bodegueros que terminan agotados.
Así, pudimos presenciar escenas impropias de lo que se presenta como una cata de vinos. Por ejemplo, en una mesa veo a una persona que planta cinco copas sobre la misma y espeta a voz en grito:
-¿Qué vino dais aquí?
-Pues tenemos... -empiezan a responder con amabilidad-.
-¡Ponme el mejor! -le cortan bruscamente-.
Y el bodeguero que se arma de paciencia y sirve un tinto mientras intenta explicar sus bondades a quien no tiene mayor interés en escucharlas.
En el mismo lugar nosotros tenemos la mala suerte de dar con otra persona cuya paciencia ya se ha debido agotar. Así que cuando preguntamos por las variedades de uva del cava que estamos probando nos encontramos con un cortante: -¡Pues las variedades del cava!
Y bueno, ya suponemos que serán macabeo (que por aquí llamamos viura), parellada y xarel·lo. Pero no habría estado mal una confirmación, unos porcentajes, algún comentario sobre su cultivo tal vez.
O en otra mesa, ya terminando el evento, vemos cómo intentan disimular mientras mezclan el contenido de varias botellas en una. Y al pedirles un blanco, la petición de limpiar primero la copa de un tinto anterior es ignorada, obteniendo en lugar del blanco solicitado, un extraño "clarete" mezcla de dos vinos bien distintos.
Pero dejando todo esto aparte, también fue una nueva ocasión de probar algunos vinos interesantes que paso a comentar.
Nostros empezamos por la novedad que suponía la presencia de Benito Escudero, de Grávalos. Probamos su cava Dioro Baco rosado brut. Está elaborado a base de pinot noir. Presenta un bonito color frambuesa, aromas afrutados (fresas) y resulta fresco y agradable en boca.
En Marqués de Ulía nos ofrecen su crianza 2005. Rojo cereza de intensidad media alta. En nariz resulta algo alcohólico con su 13% de alcohol, aunque también encontramos aromas a frutas. En boca, pese a que también se nota el alcohol, resulta fino y equilibrado.
Después visitamos El Patrocinio, bodega cooperativa de Uruñuela. Probamos su nuevo cava brut. Color amarillo verdoso de poca intensidad. Aromas florales y frutales (melocotón, manzana). En boca fresco y, pese a ser brut, levemente dulce.
Vintae ofrece vinos muy variados de distintas bodegas. Nosotros probamos de Castillo de Maetierra (Valles de Sadacia) su blanco Libalis. Elaborado a base de moscatel, viura y malvasía. Amarillo tirando a dorado. Aromas a moscatel. En boca es muy suave y con un leve dulzor, pese a ser un vino seco. También probamos el tinto Gavanza, de Maetierra Dominum (Rioja). Denominado "de autor", como tal se comporta. Color picota muy intenso. Aromas intensos a fruta con presencia de alcohol que se hace aún más intenso en boca. Sin duda un vino moderno.
De Bodegas Bretón comenzamos probando su Iuvene, un tinto joven. Color violeta. Aromas a frutas rojas de intensidad media. En boca es suave, agradable, fresco y levemente astringente.
Después nos ofrecen su Loriñón Crianza. Color picota. Aromas a frutas maduras y madera. En boca es inicialmente astringente para dar paso a una buena acidez que persiste agradablemente.
Terminamos nuestro recorrido (y nuestros vales) en David Moreno. Probamos su blanco, su clarete y también su tinto de crianza. Son vinos de calidad que ya conocemos de otras ocasiones así que, dadas las circunstancias, no hace falta decir más.
Y el próximo jueves será la sesión final de este Riojano joven y fresco 2009. Veremos qué nos depara.
A diferencia de lo sucedido el año pasado, los vales de cata han cambiado de una jornada a otra. Así que nosotros, que habíamos comprado bastantes de ellos para evitar colas los demás días, nos encontramos con que todos los que teníamos eran inservibles. Y no, no los canjeaban por vales nuevos.
Para colmo, como este año no se venden vales sin copa, no nos ha quedado más remedio que seguir acumulando copas. Y no es que estén mal, de hecho son las de vino blanco del juego que vendía hace un tiempo el diario La Rioja, uno de los patrocinadores del evento. Pero la verdad, da la sensación de que les quedaron muchas sin vender y han aprovechado la ocasión para colocarlas.
Dicho esto, el evento en sí fue de nuevo un gran éxito en cuanto a afluencia de público. Para lo bueno y para lo malo, como ya comentamos de la jornada anterior. Buen ambiente en general pero mucha aglomeración, largas colas en las casetas de la organización (nadie se libraba de comprar de nuevo los vales), mucha gente que sólo quiere beber lo que sea, y bodegueros que terminan agotados.
Así, pudimos presenciar escenas impropias de lo que se presenta como una cata de vinos. Por ejemplo, en una mesa veo a una persona que planta cinco copas sobre la misma y espeta a voz en grito:
-¿Qué vino dais aquí?
-Pues tenemos... -empiezan a responder con amabilidad-.
-¡Ponme el mejor! -le cortan bruscamente-.
Y el bodeguero que se arma de paciencia y sirve un tinto mientras intenta explicar sus bondades a quien no tiene mayor interés en escucharlas.
En el mismo lugar nosotros tenemos la mala suerte de dar con otra persona cuya paciencia ya se ha debido agotar. Así que cuando preguntamos por las variedades de uva del cava que estamos probando nos encontramos con un cortante: -¡Pues las variedades del cava!
Y bueno, ya suponemos que serán macabeo (que por aquí llamamos viura), parellada y xarel·lo. Pero no habría estado mal una confirmación, unos porcentajes, algún comentario sobre su cultivo tal vez.
O en otra mesa, ya terminando el evento, vemos cómo intentan disimular mientras mezclan el contenido de varias botellas en una. Y al pedirles un blanco, la petición de limpiar primero la copa de un tinto anterior es ignorada, obteniendo en lugar del blanco solicitado, un extraño "clarete" mezcla de dos vinos bien distintos.
Pero dejando todo esto aparte, también fue una nueva ocasión de probar algunos vinos interesantes que paso a comentar.
Nostros empezamos por la novedad que suponía la presencia de Benito Escudero, de Grávalos. Probamos su cava Dioro Baco rosado brut. Está elaborado a base de pinot noir. Presenta un bonito color frambuesa, aromas afrutados (fresas) y resulta fresco y agradable en boca.
En Marqués de Ulía nos ofrecen su crianza 2005. Rojo cereza de intensidad media alta. En nariz resulta algo alcohólico con su 13% de alcohol, aunque también encontramos aromas a frutas. En boca, pese a que también se nota el alcohol, resulta fino y equilibrado.
Después visitamos El Patrocinio, bodega cooperativa de Uruñuela. Probamos su nuevo cava brut. Color amarillo verdoso de poca intensidad. Aromas florales y frutales (melocotón, manzana). En boca fresco y, pese a ser brut, levemente dulce.
Vintae ofrece vinos muy variados de distintas bodegas. Nosotros probamos de Castillo de Maetierra (Valles de Sadacia) su blanco Libalis. Elaborado a base de moscatel, viura y malvasía. Amarillo tirando a dorado. Aromas a moscatel. En boca es muy suave y con un leve dulzor, pese a ser un vino seco. También probamos el tinto Gavanza, de Maetierra Dominum (Rioja). Denominado "de autor", como tal se comporta. Color picota muy intenso. Aromas intensos a fruta con presencia de alcohol que se hace aún más intenso en boca. Sin duda un vino moderno.
De Bodegas Bretón comenzamos probando su Iuvene, un tinto joven. Color violeta. Aromas a frutas rojas de intensidad media. En boca es suave, agradable, fresco y levemente astringente.
Después nos ofrecen su Loriñón Crianza. Color picota. Aromas a frutas maduras y madera. En boca es inicialmente astringente para dar paso a una buena acidez que persiste agradablemente.
Terminamos nuestro recorrido (y nuestros vales) en David Moreno. Probamos su blanco, su clarete y también su tinto de crianza. Son vinos de calidad que ya conocemos de otras ocasiones así que, dadas las circunstancias, no hace falta decir más.
Y el próximo jueves será la sesión final de este Riojano joven y fresco 2009. Veremos qué nos depara.