Destiempo 2005

Hace unos días Noa organizó una de sus cenas gastronómicas. Y en tal ocasión nos dio a probar una botella de Destiempo 2005.
Destiempo es un tinto de la Denominación de Origen Méntrida (Toledo) que elabora Ana Bombal. La propia Ana ha sido tan amable de explicarme todo el proceso que ha seguido el vino, así que le cedo la palabra:
"Está elaborado a partir de una selección de Garnacha vieja y Syrah (30 %), mediante un proceso de fermentación con temperatura controlada (incluída una maceración prefermentativa en frío durante 24- 36 horas), 7-10 días hasta el descube, trasiegos varios y crianza en barricas nuevas de roble francés (500 Litros) durante casi 5 meses, con battonages semanales para aumentar la estabilidad de la materia colorante y la polimerización de los taninos y manoproteínas (es decir, aumentar la sensación de volumen en boca). El proceso de clarificación fue muy leve, y se realizó una ligerísima filtración."
También me ha enviado una imagen de la contraetiqueta, donde se expresa el significado de este vino.
A todo ello sólo añadiré que es un vino en el que todos los detalles se han cuidado con mimo absoluto. Y eso se nota: nos encantó.
Por cierto, que el nuevo Destiempo 2006 ya está en botella y según asegura la autora ha mejorado con respecto al anterior. Habrá que probarlo.

Etiopía, México, Logroño

Breve resumen gráfico de la cena del viernes pasado, en la que nos fuimos de continente en continente:



A lo largo de la cena tuvimos ocasión de probar cuatro tintos no muy habituales. Por este orden:

-Gouder: un tinto joven de las tierras altas etíopes. 11'5 grados. correcto.
-Valmar1997. Cavernet Sauvignon de Baja California. La opinión general es que se trataba de un vino "anguloso", muy astringente. No convenció demasiado.
-Vino de piedra 2004. Ensenada. México. Un vino elaborado principalmente con tempranillo. Muy equilibrado, agradable al paladar, con finos toques de madera. El favorito de la jornada. Recomendable volver a buscarlo en futuras visitas a México.
-Axumit. Otro vino de las tierras altas etíopes. Según la etiqueta, en la que no figuraba año de cosecha, se trataba de un vino tinto dulce. Su olor y sabor, que recordaban algún jarabe o vino medicinal, nos desconcertaron. Dado nuestro desconocimiento de los vinos etíopes, no podemos estar seguros de si se trataba de un vino que nos ha llegado en mal estado o de algún tipo de vino peculiar al que no estamos acostumbrados.