El 17 de abril pasado publicamos una entrada sobre la cena de Navidad del año 2004. La disculpa por tanta tardanza era obvia: el blog se inauguró en Marzo :-) Este año vamos mejor de tiempo: solo va a entrar con un mes de retraso.
La cena se celebró el veintialgo de diciembre, un par de días después de Navidad. Nos reunimos en un estupendo local cedido para la ocasión por nuestra generosa anfitriona y procedimos a preparar la cena. No nos costó mucho, la verdad. Como podeis ver en las fotografías adjuntas, casi todo son fiambres, quesos y embutidos. ¡No solo de grandes platos vive el hombre! Aun así, Nacho no perdió la oportunidad de demostrar sus habilidades culinarias preparando unos riquisimos volovanes de chorizo y morcilla y Agustina nos deleitó con una estupenda ensalada enriquecida. Las gildas o pinchos de guindilla con anchoa, santo y seña de nuestra logia, fueron preparadas por Javier con su acostumbrada eficacia (o sea, ninguna). De los vinos y el cava podría hablar durante horas... si los recordase. Eso sí, estaban buenísimos: un blanco italiano (Insolia), un tinto italiano (Devon), un tinto de la tierra (el reserva de David Moreno) y un cava extraordinario (L'Alzinar). Y el postre: un estupendo helado de turrón preparado por Agustina que mereció los elogios de todos los presentes.
En suma, una agradabilísima reunión de amigos que procuraremos repetir varias veces más a lo largo del año para que la próxima Navidad sea aún mejor.
La cena se celebró el veintialgo de diciembre, un par de días después de Navidad. Nos reunimos en un estupendo local cedido para la ocasión por nuestra generosa anfitriona y procedimos a preparar la cena. No nos costó mucho, la verdad. Como podeis ver en las fotografías adjuntas, casi todo son fiambres, quesos y embutidos. ¡No solo de grandes platos vive el hombre! Aun así, Nacho no perdió la oportunidad de demostrar sus habilidades culinarias preparando unos riquisimos volovanes de chorizo y morcilla y Agustina nos deleitó con una estupenda ensalada enriquecida. Las gildas o pinchos de guindilla con anchoa, santo y seña de nuestra logia, fueron preparadas por Javier con su acostumbrada eficacia (o sea, ninguna). De los vinos y el cava podría hablar durante horas... si los recordase. Eso sí, estaban buenísimos: un blanco italiano (Insolia), un tinto italiano (Devon), un tinto de la tierra (el reserva de David Moreno) y un cava extraordinario (L'Alzinar). Y el postre: un estupendo helado de turrón preparado por Agustina que mereció los elogios de todos los presentes.
En suma, una agradabilísima reunión de amigos que procuraremos repetir varias veces más a lo largo del año para que la próxima Navidad sea aún mejor.
volovanes de chorizo y morcilla | el plato de gildas resultó un poco gamberro |
¡no todo es alta cocina! | unos sobraron y otros... no |
la logia en navidad | buenas botellas... y mejor vino |