Gavillas de sarmientos

Aunque con cierto retraso por la época en la que nos encontramos, los epicureos estamos preparando las gavillas necesarias para las conocidas chuletadas del verano. El truco no es otro que el poseer un material de calidad y realizar un buen atado del conjunto. Los sarmientos deben estar enteros preferiblemente desnietados (os pongo un enlace de la cooperativa de Sotés donde existe una definición sobre la labor agricola) y deben provenir de viñedos en los no se haya realizado prepoda, ya que esta tarea agrícola los desmenuza.

Hoy en día han disminuido considerablemente las fuentes para la obtención de un material de calidad favorecidas por la mecanización del cultivo, aunque paralelamente ha crecido el mercado de venta de gavillas y como no el mercado negro de robo de las gavillas hechas. Os adjunto una foto con alguna de las gavillas preparadas para ser usadas sobre un montón de sarmientos.

TORRIJA CON SORPRESA

Dentro del amplio programa de actos para la Cuaresma 2011 organizado por la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño, tuvo lugar ayer, 24 de marzo, una charla gastronómica titulada "Dulce Cuaresma" e impartida por Juan Ángel Rodrígálvarez, de Pastelería Viena. Su propuesta fue una "torrija con sorpresa", que fue montada frente a los asistentes mientras Juan Ángel disertaba sobre la preparación, sus componentes, la calidad y un sinfín de cosas más. El publico asistente quedó fascinado tanto por la agradable charla como por el sensacional postre que iba apareciendo ante sus ojos. Como broche final, se produjo la degustación, también guiada por Juan Ángel, que fue capaz de conseguir que el público disfrutara dos veces del postre: una mientras lo escuchaba y otra mientras lo comía.

Torrija con sorpresa

La base del postre fue una torrija, aunque no la tradicional de pan, sino una variante más dulce y cremosa, a la que se incorporó una salsa a base de dátiles, peras y hormigos (especie de arrope o mermelada de uva que se hacía en La Rioja Baja). Por encima, los reposteros dispusieron un contenedor en forma de huevo (en alusión a los huevos de Pascua) rellenos con una mermelada de compota de manzana con frutos secos y grosellas. Junto a la torrija, un buñuelo relleno remató la espectacularidad del conjunto.

Una de vinos. (Monte Real. Reserva 2003. Marqués de Riscal. Reserva 2005. Vega Sicilia. Cosecha 1961. Champagne Canard-Duchêne)

Recientemente he tenido la oportunidad de disfrutar abundantemente con algunos vinos de los que os adjunto una muestra de alguno de ellos.

Monte Real. Reserva 2003. Bodegas Riojanas.

Realmente es un clásico de Rioja. Da sensación de vino apagado, falto de algo de vida. Olores típicos a tempranillo, mora y otras frutas. Madera poco elocuente. Boca un tanto tímido.

Marqués de Riscal. Reserva 2005.

Vino muy recomendable, se puede decir que ha sido el gran descubrimiento. Un vino vivo, con color, muchas reminiscencias a fruta, madera muy bien ensamblada. Miles de recuerdos a aromas de fruta madura. Boca muy golosa, realmente es un vino redondo en todo su conjunto.

Vega Sicilia. Cosecha 1961.

Ya solo el nombre comercial llama la atención. Logré conseguir una botella de este vino que he sometido a cata. Un vino completamente diferente de los vinos de Rioja. Lo mas llamativo de este vino es que a pesar de la edad conserva dureza (cierta astringencia) en boca. Presenta en botella un gran precipitado, por otra parte bastante lógico por su edad y en copa destaca la presencia de tonalidades cercanas al naranja reflejando la evolución que ha experimentado el vino. El conjunto esta desequilibrado pero presenta cierta originalidad en sus sensaciones.

Champagne Canard-Duchêne

La verdad es que los cavas españoles tienen un serio competidor con los Champagnes franceses. Es fino, refrescante, suave, tiene aromas agradables muy frutales. Recomendable para cualquier hora del día. Por cierto, no presenta ese postgusto tan marcado de los cavas españoles que los hace persistir en boca hasta cansarnos.

Restaurante Dharma. Logroño

En la Avenida de Portugal, 36, esta situado el restaurante Dharma.
Tras varios intentos fallidos por cenar [siempre lleno] hemos conseguido visitarlo. Desde la entrada se percibe un ambiente lo podríamos definir entre vanguardista e intimista. Desde la entrada se aprecia el comedor en el que existen varias mesas circulares con cómodos asientos. Sin dejarte tomar asiento las camareras te recogen el abrigo, toda una novedad para nosotros. En el ambiente se puede escuchar música de tipo new age (enigma) del que nos escuchamos todo el disco. Os cuelgo un enlace para ambientaros.

Respecto a la carta de platos se percibe una amplia variedad de platos de entre los que solicitamos recomendación. De los elegidos os cuelgo alguna foto.

Foie de pato con aliño (vinagre de modena) a compartir.

Solomillo con patatas caseras y pimientos rojos. Un medallón de solomillo tamaño CD.

Lomo de atún rojo con pimientos. Te tiene que gustar el sabor intenso del atún. El plato nos lo sirvieron un tanto frío y tuvimos que solicitar que lo calentaran.

Tarta de queso. Realmente el mejor plato, exquisito.

Respecto a la carta de vinos solicitamos copas de vino sueltas que no ofertaban, ofreciendo botellas pequeñas de Lan crianza.

Tras el postre y antes de pagar la cuenta te ofrecen un chupito bien frío cortesía de la casa.

En cuanto a la relación calidad-precio. Esta descompensada en el precio. Calculen 37€/persona con postre y pan pero sin vino.

Por último y tras devolver al cliente los abrigos, siempre con una sonrisa en la boca, las camareras nos obsequiaron una planta (primula) en este caso de color amarillo.

Asador El Cortijo - I Jornadas de La Matanza

Asador El Cortijo
Dirección: Calle Escobosa s/n Barrio El Cortijo, Logroño, La Rioja
Teléfono: 941216712 / 667812227
Web: www.asadorelcortijo.com
Precio orientativo: 25€ (menú Jornadas de La Matanza)

El Asador El Cortijo se encuentra en el barrio logroñés del mismo nombre. Este barrio es un pequeño núcleo situado en un meandro del río Ebro, rodeado de viñedos y unido al resto de la ciudad por unos cinco kilómetros de carretera que discurre junto al río.

El asador es un restaurante de comida tradicional con los asados como plato estrella. Cuenta con un gran comedor, capaz de albergar grandes grupos, decorado en estilo rústico con techo alto de madera, grandes mesas y una sensación de mucho espacio. Se encuentra anejo a las Bodegas Treviño, de donde toman sus vinos: joven o crianza. También dispone de un amplio jardín en que pueden jugar los niños.

Las Jornadas de La Matanza (del cerdo, se entiende por el logotipo y los platos) se están celebrando desde el ocho de enero y hasta el próximo 27 de marzo. Durante enero y parte de febrero se sirvió un menú y durante el resto de febrero y marzo se está sirviendo otro menú diferente.

Este segundo menú [pdf] que probamos nosotros (el anterior es similar) está total y absolutamente compuesto por las distintas especialidades que se elaboran a base de las variadas partes del cerdo. Es un menú fuerte, intenso, espectacular y sin ninguna concesión a lo políticamente correcto en materia de comida supuestamente saludable. Que nadie espere encontrar aquí otra cosa que no sea carne, grasa, colesterol, sal y un poquito de picante. Todo, eso sí, muy sabroso y preparado en su punto. Un menú probablemente para no repetir con mucha frecuencia, pero del que es una gozada disfrutar en alguna ocasión.

Sin ningún preámbulo llegan los primeros entrantes: croquetas de jamón (con una buena bechamel) y papada, finas láminas de pura grasa verdaderamente deliciosa. Y buen indicador de lo que nos espera.

Según vamos vaciando platos nos siguen trayendo el resto de los entrantes, sin pausa pero sin prisa, como debe ser. Así vamos disfrutando de lacón, chorizo asado (un clásico), picadillo de salchichón, revuelto de morcilla (pena que el sabor de la morcilla quedara tapado por los pimientos picantes) y manitas guisadas. Las manitas deliciosas. Para mi gusto, lo mejor de toda la comida. Claro, que a mi me encantan las manitas.

Para tomarnos un respiro, tras los entrantes y antes de los platos principales (sí, es un poco raro llamarlos así pero en este caso viene determinado más que nada por el orden) nos sirven un sorbete. La verdad es que se agradece y ayuda a preparar algo de hueco para lo que nos queda.

Entonces llegan las carrilleras (tiernas pero con un leve sabor a quemado, todo hay que decirlo) acompañadas de patatas fritas y después un plato con el secreto y la careta que ya terminan de llenarnos.

Sin embargo los postres consiguen que hagamos un esfuerzo final. La morcilla dulce está muy rica y además hay un postre casero a elegir entre una media docena. Por ejemplo flan o cuajada.

El vino, como ya he dicho, es de Bodegas Treviño y lleva el nombre de Marqués de Treviño. El joven está incluído en el menú, con un pequeño suplemento en caso de elegir el crianza. Nosotros empezamos con el joven (de 2009, una pena no haber probado el de este año) para los entrantes y luego pasamos al crianza (de 2007). Ambos vino proceden, según la etiqueta, de cepas de baja producción y mayor calidad, cultivadas en vaso y sin superar las dos yemas por pulgar. El crianza ha pasado además más de un año en barrica. Los dos vinos acompañan muy bien la comida y nos gustan mucho. Riojas típicos, bien elaborados y con un recuerdo especial para los aromas del crianza.

Al terminar, aprovechamos que hacía muy buen día para dar un paseo por los alrededores. Así pudimos disfrutar del paisaje de viñedos que rodean El Cortijo y además empezar a bajar la comida.

Nicolas Potel "Vieilles Vignes" Pinot Noir 2009

Debo reconocer que, de entre los vinos franceses, siento especial debilidad por los tintos de la Borgoña. Esto es así debido en gran medida a la uva Pinot Noir, que me encanta y que en esta región produce unos vinos excepcionales, de gran finura y elegancia.

Y con estas mismas palabras, fino y elegante, se puede describir a este vino de Nicolas Potel que traje desde Inglaterra. Un tinto elaborado con uvas procedentes de viñedos viejos, de color no muy intenso, pero sin duda bonito, generoso en aromas y muy equilibrado en boca, donde muestra unos agradables taninos.